Ni bien entró el pecado en el mundo la consecuencia inmediata fue la guerra, el clima de enemistad y los conflictos. Veamos, en primer lugar Dios le informó a la serpiente que a partir de entonces estaban en guerra. La palabra enemistad tiñe el relato, “enemistad entre ti y la simiente de la mujer”, o sea entre Satanás y el mismo Dios y su Hijo. Y ya le anticipaba quién iba a ser el perdedor: “Él te herirá en la cabeza.” Luego le dijo a la mujer que habría enemistad y lucha de poder dentro de su matrimonio: “Tú”, le dijo a Eva, “desearás estar por encima de tu marido, pero no lograrás, siempre él se enseñoreará sobre ti.” ¡Linda advertencia! ¡Y por seguro que se cumplió, se cumple y se seguirá cumpliendo dentro de cada casa! Y como si estas sentencias no hubieran alanzado, los termina expulsando del Edén, y alejando de su presencia. Comenzó allí la enemistad de criaturas con Creador. Enemistad que tuvo que ser reconciliada en Cristo por el mismo Dios, de lo contario seguiríamos hasta hoy imposibilitados de acceder a su presencia.

Como ves lo que logra el pecado es la guerra, el conflicto, la comunicación rota. De ahí todos nuestros conflictos territoriales entre naciones, étnicos entre razas, sociales entre castas, Etc. De ahí los divorcios, las guerras, los crímenes pasionales y cuanta forma de pleito y enemistad existan. La raíz es siempre la misma y entonces la solución sigue siendo la misma reconciliarse con Dios, abandonar el pecado, dejar que Dios nos perdone, nos restaure y nos haga nuevas criaturas capacitadas nuevamente para disfrutar de Dios. Intentar vivir en paz entre las criaturas mientras persista la enemistad con el Creador es la peor utopía de toda la vida. Primero lo primero, arregla tus cuentas con Dios y luego con tus semejantes. Cuando disfrutes de armonía interior tu mundo cambiará de un clima de guerra a un clima de paz.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Intentar vivir en paz entre las criaturas mientras persista la enemistad con el Creador es la peor utopía de la vida.