Muchas gracias por su consulta. Efectivamente, el cerdo era considerado como animal ceremonialmente inmundo dentro de la ley de Moisés, porque no cumplía con los requisitos para ser considerado como animal ceremonialmente limpio. Levítico 11:1-8 dice: Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra.  De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo.  También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.  También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.  De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.

Por lo que dice esta Escritura, los judíos no debían ni tocar la carne de este animal y si lo hacían quedaban inmundos hasta la noche. Muy bien. ¿Pero por qué es que ahora muchas personas no sólo tocan carne de cerdo sino que la comen? La razón es porque en la actualidad no estamos más bajo la ley de Moisés sino bajo la gracia. A nosotros se aplica pasajes bíblicos como el que tenemos en Colosenses 2:16-17 donde dice: Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.

Por estar bajo la gracia, los creyentes tenemos plena libertad de comer o no comer carne de cerdo y nadie tiene el derecho de juzgarnos si lo hacemos o no lo hacemos. Sin embargo, debemos tomar en cuenta los principios bíblicos para no herir a un hermano débil, conforme a lo que dice Romanos 14:1-3 donde leemos: Recibid al débil en la fe,  pero no para contender sobre opiniones.  Porque uno cree que se ha de comer de todo;  otro,  que es débil,  come legumbres.  El que come,  no menosprecie al que no come,  y el que no come,  no juzgue al que come;  porque Dios le ha recibido.

Que el Señor le otorgue discernimiento espiritual para no menospreciar ni juzgar al hermano que come carne de cerdo.