¿Por qué el apóstol dice que no se pida por el que cometió tal pecado?

Qué tal si damos lectura al texto en 1 Juan 5:16. La Biblia dice: “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.»


El apóstol Juan ha estado enseñando acerca de la oración. Un principio básico en cuanto a la oración es orar conforme a la voluntad de Dios. Si queremos que nuestras oraciones sean respondidas afirmativamente por Dios, es imperativo que esas oraciones sean hechas conforme a la voluntad de Dios. De otra manera no serán respondidas afirmativamente por Dios. Como buen maestro, el apóstol Juan quiere dar un ejemplo de lo que ha enseñado en cuanto a orar en la voluntad de Dios, y es justamente en ese contexto donde entra este asunto del pecado de muerte.

Si un creyente comete un pecado y de algún modo, ese pecado, es de conocimiento de otro creyente. Este último creyente puede orar a Dios por el hermano que ha cometido el pecado con la finalidad que Dios no le discipline con la muerte física. Si la voluntad de Dios no ha sido disciplinar con la muerte física al creyente que cometió el pecado, Dios contestará la oración del creyente que oró por él creyente que pecó, y Dios le concederá vida. ¿Por qué? No porque el creyente oró con fe o demandó a Dios que no discipline con la muerte al creyente que pecó, sino porque la voluntad de Dios fue no disciplinar con la muerte a ese creyente que pecó. Se trata de una oración hecha en la voluntad de Dios. Pero ahora trasladémonos a otro escenario. Supongamos que la voluntad de Dios ha sido disciplinar con la muerte al creyente que pecó.

En este caso, aunque el otro creyente ore con fe y con persistencia para que Dios no discipline con la muerte física al creyente que pecó, Dios no contestará esta oración, porque su voluntad es disciplinar con la muerte física al creyente que pecó. Se trataría, en este caso, de una oración hecha no en la voluntad de Dios. Así que, el pecado de muerte no es un pecado específico o unos pecados específicos que Dios siempre disciplina con la muerte. Puede ser cualquier pecado, sólo Dios sabe por cuál pecado va a disciplinar con la muerte y cuándo va a disciplinar con la muerte por ese pecado. Por eso, para no correr ningún riesgo, es mejor tener al pecado lo más lejos posible en nuestras vidas. En conclusión, el pecado de muerte simplemente es el pecado que comete un creyente y por el cual Dios en su soberanía ha decidido castigar con la muerte física.

Sólo Dios sabe cuál pecado va a castigar con la muerte en determinado creyente y cuándo lo va a hacer. Las oraciones hechas a Dios a favor de un creyente que ha cometido algún pecado y por el cual la voluntad de Dios es castigar con la muerte, no tendrá respuesta de Dios por cuanto es una oración no hecha en la voluntad de Dios.