Vamos a dar lectura al pasaje bíblico en el Antiguo Testamento acerca de las ciudades de refugio, en lo que tiene que ver específicamente con esto de si el asesino involuntario salía de la ciudad de refugio. Se encuentra en el libro de Números 35:25-28. La Biblia dice: y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre,  y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio,  en la cual se había refugiado;  y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote,  el cual fue ungido con el aceite santo.  Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio,  en la cual se refugió,  y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio,  y el vengador de la sangre matare al homicida,  no se le culpará por ello; pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote;  y después que haya muerto el sumo sacerdote,  el homicida volverá a la tierra de su posesión.

Las ciudades de refugio son un cuadro o un símbolo, de la posición que tiene el creyente ante Dios. Por haber recibido a Cristo como su Salvador el creyente ha entrado a una ciudad de refugio, por decirlo así, o a un estado espiritual en el cual tiene protección absoluta de modo que su acusador, Satanás, está impedido de hacerle pagar con la muerte eterna por el hecho de ser pecador. La protección en la ciudad de refugio duraba hasta que el sumo sacerdote moría. En el caso del creyente, su Sumo Sacerdote es Cristo Jesús y por ser Dios, no muere jamás, de modo que el creyente puede disfrutar de seguridad eterna en su ciudad de refugio. La ley del Antiguo Testamento en lo que tiene que ver con las ciudades de refugio, proporcionaba una seguridad temporal para el asesino involuntario, pero en Cristo Jesús, los creyentes tenemos seguridad eterna. No existe la posibilidad de que un creyente sea sacado de su ciudad de refugio o que por sí mismo salga de su ciudad de refugio. Note lo que dice Romanos 8:35-39 ¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación,  o angustia,  o persecución,  o hambre,  o desnudez,  o peligro,  o espada?

Rom 8:36  Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero.  Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,  ni la vida,  ni ángeles,  ni principados,  ni potestades,  ni lo presente,  ni lo por venir, ni lo alto,  ni lo profundo,  ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,  que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

En el Antiguo Testamento, quien entraba a la ciudad de refugio podía perder la vida si salía de la ciudad de refugio antes que muera el sumo sacerdote, pero en el Nuevo Testamento, no existe la posibilidad de que un creyente salga de la seguridad que le brindó Cristo cuando ese creyente le recibió como Salvador.