Mi pregunta tiene que ver con las siete iglesias que se mencionan en Apocalipsis capítulos 2 y 3. ¿Existe algún simbolismo en cuanto a las etapas de la iglesia cristiana a lo largo de esta dispensación?. Si existe. ¿A que iglesia corresponde la época en la cual vivimos en la actualidad?.

Con relación a su consulta, es necesario señalar que mucho del lenguaje de Apocalipsis es simbólico. Allí se habla de números, colores, minerales, joyas, animales, estrellas, candeleros, etc. Y cada una de estas cosas representa personas, cosas, o verdades.

Por ejemplo, notemos lo que dice Apocalipsis 1:20 donde leemos: «El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de tos siete candeleros de oro: Las siete estrellas son los Ángeles de las siete iglesias y los siete candeleros que has visto son las siete iglesias».

Juan vio en visión siete candeleros de oro y en medio de los siete candeleros a uno semejante al Hijo del Hombre que tenia en su diestra siete estrellas. Tanto los candeleros de oro como las estrellas son símbolos y el mismo libro de Apocalipsis nos da el significado.

Las siete estrellas representan a los ángeles de las siete iglesias y los siete candeleros representan a las siete iglesias. De modo que, no seria extraño que cada una de las iglesias en los capítulos 2 y 3 tengan también un significado simbólico, además del significado literal que ciertamente tienen.

Habiendo hecho esta aclaración, continuaremos diciendo que en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis tenemos cartas individuales dirigidas a siete iglesias locales ubicadas en lo que se llamaba Asia. Estas cartas pueden hallar aplicación en al menos tres diferentes maneras.

La primera, partiendo de una interpretación literal, las cartas describen las condiciones que existían en la realidad en las siete iglesias locales, durante el tiempo que Juan estaba escribiendo el Apocalipsis.

La segunda manera de aplicar, es que las cartas a siete iglesias nos dan una vista del Cristianismo en la tierra en cualquier momento de su historia. Con esto queremos decir que en cada instante de la historia de la iglesia han existido en mayor o menor grado todas y cada una de las características de las 7 iglesias de Asia.

Partiendo de esta manera de aplicación podemos afirmar entonces que hoy en día existen iglesias locales semejantes a la iglesia de Efeso, en las cuales se perdió el primer amor.

Existen iglesias locales semejantes a la iglesia de Esmirna, en las cuales se experimenta el fuego ardiente de la persecución.

Hay iglesias locales parecidas a la iglesia de Pergamo, en las cuales el Gobierno de los países y las iglesias hacen sus compromisos solemnes de cooperación mutua.

Existen iglesias parecidas a Tiatira, en las cuales se tolera falsa doctrina con la consecuencia inevitable de falta de santidad en sus miembros.

Existen iglesias locales parecidas a la iglesia de Sardis, en las cuales no existe sino mera formalidad, mundanalidad y política.

Existen también iglesias semejantes a la de Filadelfia, en las cuales hay un despertar por alcanzar a los perdidos con el evangelio de Cristo.

Existen también iglesias parecidas a la de Laodicea, caracterizadas por una tibieza enfermiza y con tendencia a abandonar la fe e ir tras la liberalidad y el ecumenismo.

La tercera manera de aplicar las cartas a las siete iglesias, es asumir que cada iglesia describe las condiciones de siete distintas épocas del cristianismo.

Viéndolo de esta manera, notaremos que existe una tendencia generalizada hacia la degradación en las iglesias. Algunos estudiosos de la Biblia creen que las tres primeras iglesias representan periodos consecutivos de la vida del cristianismo y que las cuatro iglesias restantes reflejan las condiciones del periodo final, antes de la venida del Señor en el aire para arrebatar a su iglesia.

Los que miran a las iglesias como símbolos de distintas épocas del cristianismo, normalmente dividen al cristianismo de la siguiente manera:

Efeso, representa la iglesia del primer siglo, al final de la era apostólica. Tenia cosas dignas de ser alabadas, pero nada compensaba el error garrafal de haber abandonado su primer amor.

Esmirna, representa el periodo de las grandes persecuciones, a partir del final del primer siglo hasta el año 316 DC aproximadamente. Durante esta época, la iglesia se desangro por la furia irracional de la persecución romana.

Pergamo, representa a la iglesia cristiana estableciéndose en el mundo bajo la égida del emperador romano Constantino. Este periodo abarco desde el año 316DC hasta el siglo quinto DC. En esta época la iglesia se vio forzada a comprometer sus convicciones para agradar al Estado. El matrimonio de la iglesia con el Estado jamás ha sido bien visto por Dios. Produce aberraciones que contradicen el verdadero propósito de la iglesia.

Tiatira, representa el periodo comprendido entre el siglo quinto hasta el siglo decimoquinto. Por mil años aproximadamente, cayo en doctrinas y practicas totalmente reñidas con la palabra de Dios. Por la gracia y misericordia de Dios, se mantuvo siempre un remanente fiel que a pesar de la corrupción reinante supo mantenerse firme sobre la Roca que es Cristo y que eventualmente provoco lo que se llama la Reforma con Lutero a la cabeza.

Sardis simboliza el periodo comprendido entre el siglo 16 y 17, el periodo de la pos reforma. Durante esta época, la iglesia cayo en letargo carente de realidad, con la mundanalidad que como cáncer debilitaba su fundamento. Filadelfia, representa el periodo comprendido entre los siglos 18 y 19, cuando surgieron grandes avivamientos y esfuerzos evangelisticos que dieron como resultado el envió de miles de misioneros por todo el mundo.

Laodicea, representa a la iglesia de los últimos días, caracterizada por la tibieza y apostasía Esta es la iglesia de los grandes esfuerzos ecuménicos y la tendencia cada vez más creciente hacia la liberalidad.

Ahora bien, cualquiera sea la interpretación que demos a esto de las iglesias, es innegable que la iglesia de Laodicea representa un cuadro vivido de a época en la cual estamos viviendo. Los bienes de lujo abundan en las manos de muchos creyentes mientras miles de almas están yendo al infierno por falta de medios económicos para llevarles el evangelio.

Los creyentes preferimos llevar las coronas en lugar de la cruz de Cristo. Nos entusiasma mas un evento deportivo o la televisión o la política que la persona de Cristo. Casi hemos perdido la sensibilidad a lo espiritual, no añoramos un avivamiento. Damos lo mejor de nosotros a los negocios de este mundo y lo que nos sobra de tiempo, dinero y energía lo damos al Señor y aun eso con la actitud de que lo estamos haciendo un favor.

Rodeamos a nuestros cuerpos de toda la comodidad posible a pesar que sabemos que en cuestión de unos pocos años esos cuerpos terminaran en una tumba fría. Acumulamos riqueza en lugar de renunciar a la riqueza. Amontonamos tesoros en la tierra en lugar de hacemos tesoros en el cielo. Pensamos que somos ricos y que nos hemos enriquecido y que de ninguna cosa tenemos necesidad, pero Dios nos dice: No sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Oh, cuan trágico es el momento que vive el cristianismo hoy en día.

Cuanto nos hace falta volver a la persona de Cristo para solamente en el encontrar el oro refinado en fuego para así ser ricos. Como despreciamos lo valioso y nos contentamos con la basura. Cuanto nos falta cubrirnos de la justicia de Cristo para verdaderamente envolvemos de vestiduras blancas que cubran la vergüenza de nuestra desnudez. Cuanto nos falta ungir nuestros ojos con el colirio de la pureza de Cristo para mirar las cosas como el las ve, para sentir las cosas como él las siente.

Si, amigo oyente, hoy en día vivimos la ultima etapa del cristianismo, una etapa caracterizada por la tibieza El Señor dice por tanto. Ojalá fueses frió o caliente, pero por cuanto eres tibio y no frió ni caliente, te vomitare de mi boca.