Para dar respuesta, le invito a leer el texto bíblico en Mateo 3:11-12.   Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;  pero el que viene tras mí,  cuyo calzado yo no soy digno de llevar,  es más poderoso que yo;  él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.  Su aventador está en su mano,  y limpiará su era;  y recogerá su trigo en el granero,  y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

Los fariseos que escuchaban el mensaje de Juan el Bautista se creían justos delante de Dios por ser descendientes de Abraham. Juan el Bautista va a poner en claro que ser justos delante de Dios no es por ser descendientes de Abraham sino por tener la misma fe que tuvo Abraham. Les habló del juicio que espera a todos aquellos que no se arrepienten de su pecado. Les dijo que el hacha está lista para caer sobre el árbol que no lleva buen fruto, y una vez cortado será echado en el fuego. Una forma de decir que Dios llamará a rendir cuentas a los pecadores y por su falta de frutos de justicia recibirán el castigo que merecen. Juan el Bautista bautizaba en las aguas del río Jordán a todos los que oyendo su mensaje en cuanto a que el reino de los cielos se ha acercado, se arrepentían de su pecado, pero ya estaba entre ellos uno quien era tan excelso, que Juan el Bautista no se consideraba digno de llevar su calzado, es mucho más poderoso, y por eso, él no bautizará solamente en agua como Juan el Bautista sino en Espíritu Santo y fuego. Se trata del Señor Jesús, el Mesías, el Cristo.

El bautismo que realiza el Señor Jesús es de dos tipos. El primero es el bautismo en el Espíritu Santo. Esto se efectuó por primera vez cuando el Espíritu Santo descendió sobre los que estaban en el aposento alto, después que el Señor Jesús murió, resucitó y fue ascendido a la gloria de su Padre. Como resultado de este bautismo en el Espíritu Santo, los creyentes que estaban reunidos en el aposento alto fueron introducidos en la iglesia de Cristo. A este bautismo se refiere lo que dice 1 Corintios 12:13 donde leemos: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,  sean judíos o griegos,  sean esclavos o libres;  y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Este bautismo realiza el Señor Jesús en toda persona que le recibe como su único y suficiente Salvador. Por este motivo, absolutamente todo creyente es hecho parte, o introducido en el cuerpo de Cristo que es la iglesia. El segundo es el bautismo en fuego. Este es un bautismo de juicio. Significa el castigo que espera a todo pecador que sale de este mundo sin haber arreglado su problema de pecado con Dios. Todo se resume en lo que Juan el Bautista decía en cuanto al Señor Jesús presentándolo como uno que tiene el aventador en su mano, listo para limpiar su era, recoger el trigo y guardarlo en el granero, en referencia a lo que espera a los creyentes, y también recoger la paja para echarla en el fuego que nunca se apagará, en referencia a los incrédulos.