Muchas gracias por su interesante consulta. Para responder consideremos el texto en Deuteronomio 18:10. Para tomar en cuenta el contexto, permítame leer Deuteronomio 18:9-14. La Biblia dice: Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da,  no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.  No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego,  ni quien practique adivinación,  ni agorero,  ni sortílego,  ni hechicero,  ni encantador,  ni adivino,  ni mago,  ni quien consulte a los muertos.  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas,  y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.  Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.  Porque estas naciones que vas a heredar,  a agoreros y a adivinos oyen;  mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.

Este pasaje bíblico es parte de las instrucciones que Dios por medio de Moisés dio al pueblo de Israel, cuando estaba por entrar a la tierra prometida. El territorio que Dios había designado para Israel, la tierra prometida, antes que la tome el pueblo de Israel, estaba ocupada por pueblos y naciones en extremo paganos y entregados a la inmoralidad en todo sentido. Por eso Moisés instruyó al pueblo de Israel a no aprender a hacer ninguna de las abominaciones de aquellas naciones. Abominación es cualquier cosa que ofende a Dios. Entre estas abominaciones, esta justamente lo que es materia de su consulta. Los hijos de Israel no debían aprender de las naciones paganas a hacer pasar a su hijo o a su hija por el fuego. Esta expresión no tiene nada que ver con decir cosas con doble sentido e inducir al oyente a pensar mal.

Esto ciertamente es pecado, porque nuestro hablar debe ser con gracia como dice el Nuevo Testamento. Pasar un hijo o una hija por fuego tiene que ver con la práctica de las naciones paganas que habitaban en el territorio que Dios había prometido al pueblo de Israel, de sacrificar a sus hijos o a sus hijas en el fuego sagrado, como una forma de adoración a su dios falso llamado Moloc. Se da por sentado que esta forma de adoración era propia de los fenicios los cuales eran un grupo de personas que habitaban en Canaán, entre los años 1550 y 300 A.C. Además de rituales sexuales, la adoración de Moloc incluía el sacrificio de niños, o «el pasar a los niños a través del fuego».

Se cree que el ídolo Moloc era una gigantesca escultura metálica con forma de hombre, pero con la cabeza de toro. La imagen tenía un agujero en el abdomen y antebrazos posiblemente extendidos que formaban una especie de rampa hacia el agujero. El fuego se encendía en o alrededor de la estatua. Los bebés eran colocados en los brazos de la estatua o en el agujero. Cuando una pareja sacrificaba de esta manera a su hijo primogénito, se creía que Moloc aseguraba prosperidad financiera para la familia y los futuros hijos.