Guardar el séptimo día como día de reposo es parte del pacto que Dios hizo con su pueblo Israel. Éxodo 31:13 dice: Tú hablarás a los hijos de Israel,  diciendo:  En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;  porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones,  para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

Guardar el séptimo día de la semana como día de reposo era una señal entre Jehová y su pueblo escogido Israel. Era la forma como el mundo podía saber que Israel es el pueblo santificado o separado por Jehová, tanto es así que consta como parte de la ley de Moisés, más específicamente el cuarto mandamiento del decálogo. Éxodo 20:8-11 dice: Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

Exo 20:9  Seis días trabajarás,  y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios;  no hagas en él obra alguna,  tú,  ni tu hijo,  ni tu hija,  ni tu siervo,  ni tu criada,  ni tu bestia,  ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,  el mar,  y todas las cosas que en ellos hay,  y reposó en el séptimo día;  por tanto,  Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

La ley de Moisés fue un ayo o un asistente para conducir al pecador a Cristo, de modo que cuando Cristo vino, la ley de Moisés fue abrogada. Hebreos 7:18-19 dice: Queda,  pues,  abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley),  y de la introducción de una mejor esperanza,  por la cual nos acercamos a Dios.

La ley de Moisés fue dada para que el hombre reconozca que es imposible cumplir con lo que Dios demanda para que pueda acercarse a él. La ley de Moisés dice al hombre de lo que está enfermo, pero no le provee el remedio para sanarse. Por eso es débil e ineficaz. Cuando vino Cristo Jesús, cumplió con la ley de Moisés, sin embargo, murió en la cruz del Calvario para que por la fe en él, los pecadores podamos llegar a ser salvos. Esto es lo que se conoce como la salvación por gracia. Si estamos bajo la gracia ya no estamos bajo la ley de Moisés. Pero vivir bajo la gracia no significa que vamos a vivir como nos venga en gana. En Cristo tenemos libertad, no libertinaje. Cuando uno mira el Nuevo Testamento va a encontrar que, por amor a su Salvador, el creyente debe incorporar a su vida algunas cosas que también formaban parte de la ley de Moisés. En cuanto a los diez mandamientos, por ejemplo, el Nuevo Testamento contiene nueve de ellos como norma de vida para el creyente, el único mandamiento del decálogo que no aparece en el Nuevo Testamento como norma de vida para el creyente, es el cuarto, que justamente tiene que ver con guardar el séptimo día como día de reposo. Por este motivo los creyentes no guardamos ningún día como día de reposo. Note lo que dice Colosenses 2:16-17 Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.