Algunos piensan que no pasa nada, que pueden hacer cosas y que Dios no hará nada contra eso, que nunca se interpondrá y que todo les irá bien. Lo que no saben es que Dios siempre está viendo nuestro camino y nuestras acciones; que sólo está esperando el tiempo adecuado dándonos la oportunidad de arrepentirnos y evitar el castigo, pero si no lo hacemos definitivamente llega el pago de nuestra maldad.

No sé cómo ha sido tu vida, pero en mi caso, Dios tuvo que hacerme sufrir las consecuencias de mis pecados para que reaccione y cambie mi forma de vivir. La misericordia de Dios es disciplinarnos como a hijos amados, para que podamos ser transformados. Una vez que pasamos por sus manos entendemos que siempre Él está presente aun en nuestros pecados y que su perdón nos restaura y nos coloca nuevamente en el servicio para su gloria. No te quedes en el pozo de la desolación del pecado, acude a Dios, que te ayude a quitar la ira de tu corazón y descansa en su presencia, tómate un café hoy con Él.

¿Temes a Dios? ¿Has pensado en que Él ve tu vida y te va a pedir cuenta?