No soy de los que creen que si dices: «enfermedad» la estás llamando y te llega o que si dices: «calamidad» también te viene encima; la verdad es que creo que muchas veces tenemos miedo a cosas o situaciones y de pronto eso ocurre y el problema no está en el desastre sino en que si estamos o no preparados para enfrentarlo. Como dice Will Smith en una película: “el peligro es real pero el miedo es una opción”. Es inevitable que vengan las pruebas o los accidentes y no siempre es por un pecado tuyo, y aun cuando así fuera, el verdadero problema es cómo vas a reaccionar ante él.

La habilidad o destreza no se obtiene en la batalla, sino en el entrenamiento previo, en los momentos a solas en calma, en paz, sin conflictos; ahí es cuando afilas tus armas y aprendes a usarlas para que cuando llegue el momento no seas vencido. Déjame decirte que lo que temes algún día vendrá, pero cuentas con la ayuda y fuerza de Dios para vencer ese día, sólo debes comenzar ahora a entrenar y prepararte. Tómate un café con Él y aprende su estrategia de guerra, luego sólo confía en Él y espera.

¿Cómo estar listo para la batalla?

– Conoce a tu Capitán – lee la Biblia

– Medita en su plan – Ora cada día

– Aprende su estrategia – Memoriza versículos

– Trabaja en equipo – reúnete con otros cristianos

– Espera el momento – deja que el Espíritu de Dios te guíe en todo momento.