Aunque no lo creas Dios te escogió para un propósito, quizás muchos puedan criticar tu vida o tildarte de poco espiritual o inmaduro, pero no se trata de lo que la gente piensa de ti sino de lo que Dios dice de ti y para que te llamó. El ministerio no es una elección nuestra sino un llamado de Dios, no lo olvides, tú no decides; puedes decidir obedecer o no, pero tienes que atenerte a las consecuencias de tus decisiones.

Por otro lado no juzgues a los que están sirviendo, puede ser que no te guste, pero si está ahí es porque Dios lo llamó y lo colocó con algún propósito en ese lugar. A veces nos sentimos ofendidos porque no nos valoran pero nosotros también pecamos del mismo modo. Algo que todos debemos aprender es que Dios escoge a sus siervos no de acuerdo a nuestros gustos sino a nuestras necesidades. Pregúntale a Dios.

¿Qué Dios quiere que hagas?