Desde Guatemala nos escribe un amigo oyente para hacernos la siguiente consulta: si una pareja no se casa por cualquier iglesia evangélica o católica o cualquier denominación y si falleciera cualquiera de los dos, ¿será que hay perdón o no? ¿por qué en alguna parte de la Biblia habla de la fornicación?
Gracias por su consulta amigo oyente. En la Biblia se ve que el matrimonio es un compromiso ante Dios, por el cual, un hombre y una mujer han discernido que la voluntad de Dios para ellos es que se casen y vivan el resto de sus días como marido y mujer. Esto sucede en la esfera de los contrayentes exclusivamente. También se ve que el matrimonio es un compromiso ante las autoridades civiles de determinado país. Romanos 13:1 dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Cada país tiene su propio procedimiento para reconocer a un hombre y a una mujer como un matrimonio legítimamente constituido. Es obligación para los creyentes que quieren casarse someterse totalmente a ese procedimiento. El resultado de someterse a este procedimiento es que tanto el hombre como la mujer que se han casado pasan del estado civil de solteros al estado civil de casados. Además en la Biblia se ve que el matrimonio es un compromiso ante las respectivas familias de los contrayentes. Génesis 2:24 dice: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Tanto el futuro esposo como la futura esposa deben dejar padre y madre en el sentido de un cambio de la relación con ellos. Hasta antes de casarse, el hombre y la mujer dependían de sus padres en diversas maneras. Cuando se casan pasan a ser una entidad autónoma, independiente de sus respectivos padres. Es el requisito indispensable para que se unan y sean una sola carne. De manera que, amigo oyente cuando un hombre y una mujer por su libre voluntad hacen estos compromisos ante Dios, ante las autoridades civiles y ante sus respectivas familias, están perfectamente casados. En la Biblia no aparece como requisito para estar casados lo que se conoce como la ceremonia eclesiástica. El matrimonio no es una ordenanza para la iglesia, como sostienen algunas religiones. El Nuevo Testamento reconoce únicamente dos ordenanzas para la iglesia, el bautismo en agua y la santa cena o la cena del Señor. De manera que la ceremonia eclesiástica en una iglesia local o en cualquier otro lugar es algo opcional. Hacerlo tiene sus beneficios como por ejemplo compartir con la congregación y más invitados el gozo de ver el inicio de una nueva familia, y la oportunidad para que el flamante matrimonio reciba muestras de amor y aprecio mediante los regalos de bodas, pero si un matrimonio ha hecho esos tres compromisos que hablamos y por alguna razón no realiza una ceremonia eclesiástica en alguna iglesia o en algún otro lugar, están perfectamente casados. Lo cuestionable sería que un hombre y una mujer simplemente comiencen a vivir juntos como marido y mujer sin antes haber hecho esos compromisos mencionados. En ese caso, el hombre y la mujer no están casados sino viviendo en fornicación. Fornicación es el nombre bíblico para el pecado de usar el sexo fuera del marco establecido por Dios para su uso correcto. El único marco legítimo, establecido por Dios para el uso del sexo por un hombre y una mujer es el matrimonio. Toda actividad sexual fuera del matrimonio se considera como fornicación. De modo que, amigo oyente, en el caso planteado por Usted, asumiendo que los dos son creyentes, habría que ver si esa pareja de un hombre y una mujer se comprometieron ante Dios, ante las autoridades civiles y ante sus respectivas familias, y si lo hicieron están casados, y no existe ningún pecado de por medio. Pero si no lo hicieron y viven juntos como marido y mujer sin haberse casado, entonces están en pecado de fornicación y necesitarían reconocer el pecado, confesar el pecado y apartarse del pecado por medio de proceder a casarse como ordena la Biblia. Si lo hacen quedarán perdonados de su pecado de haber vivido en fornicación por algún tiempo. Si no lo hacen nunca y uno de los dos muere, lo que pase con el que muera dependerá de si alguna vez recibió o no a Cristo como su personal Salvador. El perdón de pecados se acredita a todo el que estando en vida reconoce que es pecador y que está en peligro de recibir eterna condenación y reconoce que Cristo murió en la cruz en lugar de él y en consecuencia recibe a Cristo como su único y personal Salvador.
La siguiente consulta nos llega desde México. Es de un amigo oyente que ha oído que la iglesia de Cristo está edificada sobre Pedro, conforme a las palabras que le dijo el Señor Jesús: Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia. Nos pregunta si esto es verdad.
No, amable oyente. No es verdad. Permítame demostrarlo. Para eso, vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Mateo 16:13-19. La Biblia dice: Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
Mat 16:14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
Mat 16:15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Mat 16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Mat 16:17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Mat 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mat 16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Pedro hizo una declaración trascendental. Mirando al Señor Jesucristo le dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Ante esta declaración, el Señor Jesucristo congratuló a Pedro diciéndole: Bienaventurado o supremamente dichoso eres Simón, hijo de Jonás. La declaración que Pedro acabó de hacer no provino de la sabiduría humana de Pedro sino por revelación divina. Porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos, le dijo el Señor Jesús. Fue en estas circunstancias que el Señor Jesús dijo a Pedro lo que ha sido fuente de confusión para muchos. Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia. Pero la realidad es que el Señor Jesús estaba haciendo uso de un juego de palabras. En el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento la palabra “Pedro” es “petros” que significa una piedrecilla, mientras que la palabra “roca” es “petra” una piedra enorme de la cual salen muchas piedrecillas. Lo que el Señor Jesús quiso decir es lo siguiente: Pedro, tú eres como una piedrecilla, pero mi iglesia no se edifica sobre una piedrecilla como tú, sino sobre algo muchísimo más grande, una roca. Esta roca soy yo. Esto se confirma por lo que dicen otros pasajes bíblicos. Note por ejemplo, lo que el propio Pedro dijo sobre el Señor Jesús. Leo en 1 Pedro 2:6-8. La Biblia dice: Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.|
1Pe 2:7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
1Pe 2:8 y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
En concordancia con esto, otro apóstol, Pablo dice lo siguiente en Efesios 2:19-22 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
Eph 2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Eph 2:21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
Eph 2:22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
La principal piedra del ángulo, sobre la que se levanta todo el edificio llamado iglesia de Cristo no es Pedro, sino Jesucristo mismo. Así que, amable oyente, las religiones podrán decir que la iglesia de Cristo está edificada sobre Pedro, pero eso no tiene valor alguno. Lo que verdaderamente vale es lo que dice la Biblia y la Biblia es clara al afirmar que la iglesia de Cristo está edificada sobre la roca que es Cristo Jesús.
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