Nos escribe un amigo oyente por medio del correo electrónico y nos hace la siguiente consulta: Es con relación a 1 Pedro 4:6. Pedro dice que se está predicando a los muertos. Estas personas muertas ¿han muerto físicamente o espiritualmente? Si se trata de los que han muerto físicamente, ¿Se puede predicar a una persona que está en el Hades para que se pueda salvar?
Gracias por su consulta. Para tomar en cuenta el contexto, que tal si leemos el pasaje en 1 Pedro 4:4-6. La Biblia dice: A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
1Pe 4:5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
1Pe 4:6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.
El versículo 4 describe la experiencia de todo genuino creyente que ha escapado de la corrupción en la que antes vivía. Sus antiguas amistades todavía en su incredulidad piensan que se ha vuelto loco y le acusan de ser fanático religioso. Les parece una forma de locura que el creyente ya no participe en bailes, en fiestas, en orgías sexuales. La limpia vida moral de un creyente condena al pecador y este reacciona ultrajando o maltratando al creyente. El versículo 5 muestra que aunque el impío ultraja y blasfema contra los creyentes en este mundo, en algún momento dará cuenta de sus actos en el juicio ante el gran trono blanco. El Señor Jesucristo es quien juzgará tanto a los incrédulos que en el momento que Pedro escribió esta carta estaban todavía vivos, como a los incrédulos que en el momento que Pedro escribió esta carta ya habían muerto. Lo que ocupa la mente de Pedro en este versículo son los incrédulos que ultrajan a los creyentes, no importa si siguen vivos o ya han muerto. Así es como entra el versículo 6. Es por esta causa que el evangelio ha sido predicado también a los muertos. Esto ha sido motivo de mucha controversia y por eso Usted nos ha pedido una aclaración. ¿Significa esto que el evangelio ha sido predicado a personas después de que han muerto físicamente? ¿Significa esto que el evangelio ha sido predicado a personas que estaban muertas espiritualmente pero cuando todavía estaban vivas físicamente? ¿Quiénes son estas personas a quienes se predicó el evangelio? Pues, no puede ser que el evangelio haya sido predicado a personas después que han muerto físicamente, porque la oportunidad de salvación esta presente mientras las personas están vivas en este mundo, pero cuando las personas mueren físicamente, su destino eterno queda sellado, no se puede cambiar. Si recibieron a Cristo como Salvador mientras estaban vivas, están en el cielo con Dios, si no recibieron a Cristo como Salvador mientras estaban vivas, están en un lugar de tormento en fuego. Siendo así, entonces la única posibilidad es que este versículo está hablando de personas, a quienes estando muertas espiritualmente se les predicó el evangelio mientras todavía estaban vivas físicamente en el mundo. Estas personas aceptaron el mensaje del evangelio y recibieron a Cristo como Salvador. Por haber tomado esta decisión, esos creyentes fueron perseguidos, maltratados y algunos murieron como mártires. Según los impíos que mataron a estos creyentes, acabaron con ellos, a esto se refiere la frase “para que sean juzgados en carne según los hombres”, pero según Dios, estos creyentes continúan viviendo en el cielo. No olvide que la muerte física de un creyentes solamente es un cambio de casa. El creyente deja de morar en su cuerpo, a veces envejecido y enfermo, y pasa a morar en el cielo, donde no hay pecado, no hay enfermedad, no hay muerte, no hay dolor, no hay tristeza.
Desde Temuco, novena región, Chile, nos escribe un amable oyente y nos dice lo siguiente: Siempre he tenido la duda de si es necesario o no que una persona se entregue a Dios públicamente en una congregación, o si lo puede hacer mediante una oración personal y en privado. Yo en lo particular me entregué al Señor Jesucristo en la congregación donde asistía hace algún tiempo. En el libro de Romanos, dice que la Salvación es por fe, que se debe creer para justicia, pero que se debe confesar con la boca para salvación. ¿A qué se refieren estas expresiones? Le agradeceré su sincera respuesta, basada obviamente en la Palabra de Dios.
Gracias por su consulta. Comienzo con una observación más bien de forma que de fondo. En ninguna versión de la Biblia aparece la frase “entregarse a Dios” para referirse a lo que dice Juan 1:12 cuando habla de recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Yo sé que cuando Usted habla de entregarse a Dios se está refiriendo a recibir a Cristo como Salvador, pero le aconsejo evitar usar aquella frase para no crear ninguna confusión. Digo esto porque entregarse a Dios suena a que el pecador está dando algo a Dios y eso no puede ser así porque el pecador está separado de Dios a causa de su pecado. Dios no puede recibir algo que está contaminado con el pecado. En cambio, recibir al Señor Jesucristo como Salvador, suena a que el pecador está recibiendo algo de Dios. Esto si suena lógico, porque el pecador recibe a la persona que murió por él en la cruz para otorgarle salvación y hacerle hijo de Dios. Juan 1:12 dice: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Ahora yendo al motivo de su consulta, recibir al Señor Jesucristo como Salvador significa creer en su nombre. Es un acto de fe, es algo que sucede en el fuero interno de un pecador cuando reconoce su estado espiritual, cuando reconoce el peligro en el que se encuentra, cuando reconoce que Dios le ama y que por ese amor Dios proveyó un sustituto, el Señor Jesucristo, para que tome el castigo que el pecador merece. Si quiere ser salvo, ese pecador debe depositar su fe en el Señor Jesucristo, es decir confiar plena y absolutamente en el hecho que Cristo pagó su deuda de pecado y por tanto él no tiene que pagar nada en absoluto. Como resultado, ese pecador es perdonado, es declarado justo por Dios, es hecho hijo de Dios y muchas otras cosas más. Siendo así, amable oyente, no es en absoluto necesario que para recibir al Señor Jesucristo como Salvador sea necesario ir a un templo donde se reúne un grupo de creyentes en el nombre de Cristo, o sea necesario levantar la mano cuando alguien hace una invitación a recibir a Cristo, o sea necesario pasar adelante y pararse frente a la persona que está invitando a recibir a Cristo, o inclusive, hacer lo que se llama la oración de fe del pecador, lo cual es repetir, a veces sin siquiera pensar, lo que otro está diciendo. No amigo oyente, el pecador se salva cuando internamente entiende el mensaje del evangelio, la parte intelectual, cuando se identifica con el Señor Jesucristo, quien tuvo que sufrir todo lo que sufrió a pesar de ser inocente, la parte emocional, y cuando voluntariamente recibe al Señor Jesucristo como Salvador, la parte volitiva, de la voluntad. En la salvación entra en juego la totalidad del ser, su intelecto, sus emociones y su voluntad. Siendo así, entonces ¿por qué es que muchos predicadores hacen la invitación a levantar la mano o ponerse de pie o pasar adelante o hacer una oración a los que quieren recibir a Cristo? Pues no para que por hacer alguna de estas cosas los pecadores se salven, sino simplemente para saber quién ya ha recibido a Cristo en esa reunión, de modo que se pueda hacer un seguimiento o un discipulado. Es importante que los predicadores no confundamos al pecador haciéndole pensar que por hacer esto o aquello es salvo. La salvación no es por hacer algo, cualquier cosa que sea, sino por creer en el nombre del Señor Jesucristo y en consecuencia recibirlo como Salvador. Ahora, permítame leer Romanos 10:9-10 donde está ese texto que Usted necesita comprender mejor. Dice así: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Rom 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
No voy a pretender analizar a fondo todo lo que en este par de versículos se presenta, pero simplemente le diré que la confesión con la boca en cuanto a que el hombre Jesús es Jehová el Señor, y que solamente por medio de él podemos ser salvos, es un resultado de ya ser salvos, mas no un requisito para ser salvos. Usted puede llegar a ser salvo en la quietud de algún rincón privado, pero si es sincero en su decisión, Usted confesará con su boca, sin temor alguno todo lo que ha hecho y significa para Usted el Señor Jesucristo. Cuando el texto habla de que con el corazón se cree para justicia, está refiriéndose a algo interno en el pecador que le motiva a tomar la decisión de corazón de recibir a Cristo como Salvador. El creyente genuino, jamás tendrá reservas en cuando a confesar con su boca que Jesús es Jehová el Señor, que Jesús murió y resucitó, y que Jesús es su incomparable salvador. Es un resultado de ser salvo, no la manera para ser salvo.
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