Desde Rancagua, Chile, se ha comunicado un amable oyente para hacernos la siguiente consulta: El pastor de la iglesia en la cual me congrego, en más de una ocasión ha dicho que no necesita de “cobertura” entre comillas, aquí en la tierra, esto es, que él no necesita estar bajo autoridad de nadie, ya sea de otro pastor o anciano, o bajo la autoridad de una iglesia. Ha dicho que sólo Cristo es su total “cobertura” entre comillas. Mi duda ha ido creciendo en cuanto a este asunto porque he escuchado a otros pastores de otras iglesias que ellos cuentan con “cobertura” entre comillas. Mi pregunta es la siguiente: ¿Existe algún pasaje bíblico que trate este tema?

Gracias por su consulta amable oyente. Varias cosas vinieron a mi mente cuando leí su consulta. Tal vez lo más importante es que en el Nuevo Testamento nunca se ve un liderazgo unipersonal en una iglesia local, sino un liderazgo plural, más de uno. Cuando Pablo el apóstol estaba en camino a Jerusalén llegó a un lugar que se llamaba Mileto. Desde ese lugar Pablo hizo llamar a los ancianos de la iglesia en Efeso, para entregarles algunas instrucciones importantes. De esto se deduce que en la iglesia de Efeso, no había un solo anciano, o un solo obispo, o un solo pastor, sino un grupo de ancianos, obispos o pastores. No olvide que estas tres palabras, anciano, obispo y pastor, son sinónimas y se usan para designar a uno de los líderes en una iglesia local. Así que, en las iglesias locales en el primer siglo había un equipo de ancianos, obispos o pastores, no un solo anciano, obispo o pastor. Existen varias ventajas en la pluralidad de líderes en una iglesia local. Algunas de estas ventajas son, el compartir la carga o el trabajo de liderazgo. Las cargas compartidas son más llevaderas. Otra ventaja es la posibilidad de equilibrar las debilidades de unos con las fortalezas de otros. Otra ventaja es justamente lo que responde su inquietud. En la pluralidad de ancianos, obispos o pastores, se desarrolla un sentido de responsabilidad mutua entre ellos. Por supuesto que los ancianos, obispos o pastores son en último término, responsables ante el Señor Jesucristo, quien es el príncipe de los pastores según 1 Pedro 5:4, pero eso no quita que cada anciano, obispo o pastor sea responsable a sus colegas dentro del equipo de líderes. Cuando un ser humano, por más creyente y maduro que sea espiritualmente, no tiene a un congénere a un grupo de congéneres a quien o a quienes rendir cuentas, existe la tendencia a caer en excesos de poder. Dios ha sido sabio determinando que en las iglesias locales debe haber una pluralidad de líderes para evitar justamente los probables excesos de poder que se dan cuando existe sólo un líder que hace y deshace en la iglesia local, siguiendo el funesto modelo de Diótrefes, de quien nos habla 3 Juan 9-11 en los siguientes términos: Yo he escrito a la iglesia;  pero Diótrefes,  al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos,  no nos recibe.  Por esta causa,  si yo fuere,  recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros;  y no contento con estas cosas,  no recibe a los hermanos,  y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe,  y los expulsa de la iglesia.  Amado,  no imites lo malo,  sino lo bueno.  El que hace lo bueno es de Dios;  pero el que hace lo malo,  no ha visto a Dios.

En conclusión entonces, aunque los ancianos, obispos o pastores tenemos que en último término dar cuentas al príncipe de los pastores por la manera como pastoreamos la grey, sin embargo, para evitar los excesos de poder es necesario ejercitar la responsabilidad mutua dentro de la pluralidad de líderes que siempre debe haber en una iglesia local.

La segunda consulta dice así: ¿Qué significan los siguientes atributos de Dios, omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia y cómo se aplican a la vida personal de un creyente?

Antes de hablar de cada uno de estos atributos, permítame indicar que la palabra atributos denota lo que es de propiedad intrínseca del sujeto, por lo cual se distingue o se identifica. Es decir que los atributos indican el carácter de una persona.

Los teólogos han identificado no menos de catorce atributos de la persona de Dios. Algunos de estos atributos son incomunicables al hombre, como los tres que Ud. ha citado en su consulta, mientras que otros con comunicables al hombre como por ejemplo el amor.

Ahora que tenemos una idea acerca de qué son los atributos de Dios, consideremos el primer atributo que a Ud. le interesa.

La omnisciencia. La palabra omnisciencia viene de dos palabras latinas, omnis que significa todo y scientia que significa conocimiento. Dios es un Espíritu, y como tal, tiene conocimiento. Es un Espíritu perfecto, y como tal, tiene conocimiento perfecto. Este término denota la inteligencia infinita de Dios: Su conocimiento de todas las cosas.

Juan Calvino definió omnisciencia como ese atributo a partir del cual Dios se conoce a sí mismo y todas las otras cosas en un acto eterno y de lo más simple. A la sabiduría se la puede clasificar debajo de la omnisciencia; es aquella a partir de la cual Dios produce los mejores resultados posibles a través de los mejores medios posibles. La sabiduría también parece incluir principios morales tanto como capacidad intelectual, tal como se ve en Job y Proverbios, donde se abarcan las cualidades prominentes de un hombre ideal, combinando en sí mismo todas las excelencias morales e intelectuales.

En esencia, Dios es omnisciente, su entendimiento es infinito, su inteligencia es perfecta.

De este atributo nos habla la Biblia en Romanos 11:33 que dice: ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

La omnisciencia de Dios se aplica en muchos sentidos al hombre en general y al creyente en particular. Dios sabe las obras o acciones de todos los hombres. Es absurdo pensar que podemos hacer algo sin que Dios no lo sepa. Dios está al tanto de las palabras que dice el hombre. Cuidado con que de nuestra boca salgan palabras sucias u ofensivas. Dios conoce los pensamientos y motivaciones del hombre. Dios no necesita que el hombre hable para saber lo que está pensando. Dios lee la mente del hombre. Dios es omnisciente. Dios conoce como nos sentimos. Dios sabe si estamos tristes o alegres. Dios sabe si estamos confiados o temerosos. Dios sabe si estamos tranquilos o agitados. Dios sabe todo esto.

Qué grato es tener un Dios que conoce absolutamente todo sobre mí. A la vez, qué responsabilidad. A Dios no se le puede engañar aparentando algo que no somos, porque Dios sabe todo.

Ahora vayamos al otro atributo de Dios que a Ud. le interesa, la omnipresencia de Dios.

La palabra omnipresente viene de dos palabras latinas; omnis que significa todo, y praesum, que significa estar a mano o presente.

Las Escrituras presentan a Dios llenando la inmensidad; Él está presente en todas partes, y no hay ningún punto en el universo donde no esté.

Se dice que un filósofo pagano le preguntó a un cristiano: ¿Dónde está tu Dios?, el cristiano contestó: Déjame preguntarte primero a ti: ¿Dónde no está?.

De esto nos hablan muchos pasajes Bíblicos, de entre los cuales vamos a tomar Salmo 139:7-10 que dice: «¿Adónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.»

El hecho que Dios sea omnipresente tiene una aplicación muy importante a los hombres en general y a los creyentes en particular. El creyente encuentra gozo y consuelo en el hecho que Dios es omnipresente. Es imposible pensar en algo más aterrador que el hecho de que el Ser invisible, pero siempre presente, nos considere de una manera hostil.

Es inconcebible la agonía que tendríamos al saber que nuestro enemigo invisible esté en algún lugar donde no esté también Dios. Ya sea que camine por el campo o por las calles de la ciudad, Él está a mi lado; aunque yo puedo olvidarlo en el trajín del día, Él nunca me olvida. Cuando me sumerjo en la inconsciencia del sueño, Él está siempre vigilante. No puedo huir de su presencia, no importa donde vaya, aquel que vigila el universo es el mismo que me guía, conduce y guarda. Bajo el gobierno de Dios no puede escaparse ningún pecador al ojo del Juez de toda la tierra. El hecho que Dios nos ve debería servirnos como advertencia para guardarnos de pecar, pero también para conducirnos a la justicia o rectitud.

Finalmente vayamos al tercer atributo de Dios que a Ud. le interesa. Se trata de la omnipotencia.

La palabra omnipotencia, viene de dos palabras latinas, omnis que significa todo y potens que significa poder.

Es decir que omnipotencia denota todo poder. Mediante este atributo de Dios se quiere decir que su poder es ilimitado, es decir que Dios tiene poder para hacer cualquier cosa que escoja hacer. La omnipotencia de Dios es ese atributo de Dios por el cual Él puede hacer que suceda cualquier cosa que quiera.

La omnipotencia de Dios no significa el ejercicio de su poder para hacer algo que sea inconsistente con la naturaleza de las cosas, tal como hacer que no haya ocurrido un acontecimiento del pasado, o trazar una línea más corta que la recta entre dos puntos dados.

Es imposible que Dios mienta, peque, muera, diga que es correcto algo incorrecto, o acepte algo que Él aborrece. Todas estas cosas son contrarias al carácter de Dios y en consecuencia Dios no las hará jamás. Hacer tales cosas no implicaría poder, sino impotencia. Dios tiene todo poder para hacer lo que es consistente con la perfección infinita: todo el poder para hacer lo que es digno de Él mismo.

Un texto que nos habla claramente de la omnipotencia de Dios se encuentra en Mateo 19:26 que dice: «Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible»

En cuanto a la aplicación de la omnipotencia en la esfera del hombre, diremos que la omnipotencia de Dios se manifiesta de muchas maneras.

Por un lado, no hay obstáculos que no pueda vencer para llevar a cabo sus propósitos, ni está limitado en cuanto al uso de medios. También puede actuar directamente sin medios para el logro de sus fines.

En esencia, por el hecho que Dios es omnipotente, el creyente puede estar totalmente seguro al poner su confianza en Dios. Muchas veces sabemos esto intelectualmente, pero se nos dificulta ponerlo en práctica. Esta es la razón por la cual muchos creyentes viven preocupados, angustiados, dudosos. Si tenemos un Dios omnipotente, los creyentes deberíamos abandonar la preocupación por ejemplo, porque Dios está en control de cualquier cosa que nos esté pasando y Él puede hacer lo que Ud. menos se imagina para que aquello que parece un caso perdido se torne en algo que traiga honra y gloria al nombre de Dios.

 

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