Desde Cochabamba, Bolivia, nos escribe un amable oyente para hacernos la siguiente consulta: ¿Qué es la SALVACIÓN? ¿Cómo podemos obtener la SALVACIÓN? ¿Tiene que ver con las OBRAS? ¿Por qué si o por qué no?

Gracias por su consulta. De acuerdo a su amplio significado, la palabra salvación representa la obra total de Dios por medio de la cual rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia por el pecado y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna ahora y la gloria eterna en los cielos. La salvación es de Jehová, según el testimonio de Jonás 2:9 donde dice: Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; 

 Pagaré lo que prometí. 

 La salvación es de Jehová.

Esto significa que cada aspecto de la salvación es una obra de Dios a favor del hombre y no es en ningún sentido una obra del hombre a favor de Dios. Usted hace la pregunta: ¿Cómo podemos obtener la salvación? La Biblia habla de varios pasos. En primer lugar, es necesario reconocer que todo ser humano es pecador. Para hacerlo personal, tengo que reconocer que yo soy pecador. Note lo que dice Romanos 3:22-23 Porque no hay diferencia,

Rom 3:23  por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios,

La salvación es para los que nos reconocemos pecadores, no para los que se dan de justos. En segundo lugar, es necesario reconocer que estamos en peligro de recibir castigo eterno a causa de nuestro pecado. Romanos 6:23 dice: Porque la paga del pecado es muerte,  mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

La paga o el castigo o e resultado del pecado es muerte. Esto no sólo significa muerte física, sino una eterna separación de Dios en un lugar de tormento en fuego llamado infierno. Hablando a personas que jamás arreglaron su problema de pecado con Dios, el Señor Jesús dijo que algún día van a escuchar el fatídico veredicto que aparece en Mateo 25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda:  Apartaos de mí,  malditos,  al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

El infierno o el fuego eterno no fue preparado para el hombre sino para el diablo y sus ángeles. Pero cuando una persona sale de este mundo sin haber recibido perdón de pecados, pasará en ese lugar por la eternidad. Hasta aquí todas son malas noticias. Pero luego vienen las buenas noticias. En tercer lugar, Dios ama al pecador y ha hecho todo lo necesario para que el pecador pueda ser perdonado de su pecado. Juan 3:16 dice: Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.

El amor de Dios por el pecador es de tal calidad que no escatimó a su propio Hijo unigénito, sino que lo entregó para que reciba el castigo por el pecado, de modo que todo pecador que cree en su Hijo no reciba el castigo que merece por ser pecador sino que reciba vida eterna. Por amor, el unigénito Hijo de Dios tomó el lugar de todo pecador para recibir el castigo por el pecado. Esta fue la razón por la cual siendo puro y sin mancha, el Hijo de Dios tuvo que sufrir pena de muerte como si fuera el peor de los criminales. Estando en el clímax de su tormento en la cruz, poco antes de expirar, el Señor Jesús exclamó: Consumado es, anunciando al mundo visible y al mundo invisible, que la obra para poder salvar de condenación a todo pecador estaba completa. El Señor Jesucristo pagó mi deuda por mi pecado cuando murió en la cruz del Calvario. En cuarto lugar, para obtener el beneficio de la obra del Señor Jesucristo al morir en lugar del pecador, el pecador necesita recibir por la fe al Señor Jesucristo como Salvador. El Señor Jesucristo murió por todo el mundo, pero no todo el mundo es salvo, porque no todo el mundo recibe por la fe al Señor Jesucristo como Salvador. Note lo que dice Juan 1:12-13  Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Joh 1:13  los cuales no son engendrados de sangre,  ni de voluntad de carne,  ni de voluntad de varón,  sino de Dios.

Cuando el pecador reconoce su estado espiritual delante de Dios, cuando toma conciencia del peligro en que está si sale de este mundo sin el perdón de su pecado, cuando reconoce que Dios le ama y que el Hijo de Dios recibió el castigo que el pecador merece, el pecador debe dar un paso de fe recibiendo al Señor Jesucristo como su único y personal Salvador. Si da este paso de fe, este pecador deja de ser un pecador condenado y pasa a ser un pecador perdonado. En estas condiciones, por el solo hecho de haber recibido a Cristo como Salvador y por haber creído en su nombre, el pecador perdonado es hecho hijo de Dios con todos los privilegios y responsabilidades que esto conlleva. Esta es la manera como un pecador llega a ser salvo, amable oyente. En todo este proceso, Usted habrá notado que no hay lugar para las obras por parte del pecador para obtener su salvación. La Biblia es clara al afirmar que la salvación no resulta de hacer obras. Observe lo que dice Efesios 2:8-9. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;  y esto no de vosotros,  pues es don de Dios;

Eph 2:9  no por obras,  para que nadie se gloríe.

Gracia significa favor no merecido. Por gracia sois salvos significa que la salvación es algo que el pecador no merece. Esta salvación se la obtiene por medio de la fe. Todo es cuestión de creer a Dios. La salvación por gracia y la fe para beneficiarse de salvación por gracia es un don o un regalo de Dios. El problema del hombre es que es pecador por naturaleza, el hombre es pecador desde el instante mismo que es concebido. Salmo 51:5 dice: He aquí,  en maldad he sido formado, 

 Y en pecado me concibió mi madre.

Un ser que es pecador desde su concepción, no puede de ninguna manera aspirar a ser aceptado por Dios. Todas las obras que pueda hacer un hombre pecador por naturaleza, no son lo suficientemente buenas para que Dios premie a ese pecador con la salvación. Por eso es que a los ojos de Dios, las buenas obras de un hombre pecador son consideradas como trapos de inmundicia. Note lo que dice Isaías 64:6  Si bien todos nosotros somos como suciedad,  y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;  y caímos todos nosotros como la hoja,  y nuestras maldades nos llevaron como viento.

La Biblia es muy franca al hablar de la esencia del hombre pecador. Es como suciedad. En estas condiciones, nuestras justicias, o nuestras mejores obras son como trapo de inmundicia. Los trapos de inmundicia son los paños que utilizaban las mujeres de aquella época durante su período menstrual. Así es como ve Dios a las buenas obras de los hombres, cuando los hombres tratan de obtener la salvación por medio de ellas. De manera que, amable oyente, la salvación no es el resultado de las buenas obras del hombre, como por ejemplo ser parte de alguna religión, o participar en los ritos de alguna religión, o hacer algún sacrificio en bienestar del prójimo, o abstenerse de cometer algún pecado. Sin embargo, amable oyente, las buenas obras tienen su lugar en la Biblia, no para obtener la salvación, sino como resultado o fruto o producto de la salvación. Es interesante notar que después de afirmar que la salvación es por gracia por medio de la fe, la Biblia dice que los que por la fe hemos recibido a Cristo como Salvador, hemos sido creado para hacer buenas obras. Permítame leer Efesios 2:10 Porque somos hechura suya,  creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Los creyentes, quienes hemos recibido la salvación por gracia, por medio de la fe, aparte totalmente de las obras, somos hechura de Dios. La palabra “hechura” es la traducción de una palabra de la cual proviene nuestra palabra “poema” Los creyentes somos el poema de Dios, creados en Cristo Jesús con el propósito de hacer buenas obras. Estas buenas obras han sido preparadas de antemano por Dios para que los creyentes las hagamos. Por esto amable oyente, los creyentes no somos salvos por buenas obras sino para buenas obras.

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *