Desde Managua Nicaragua, nos escribe un amigo oyente quien escucha nuestros programas en la Emisora Ondas de Luz. Luego de agradecer por nuestro ministerio nos hace la siguiente pregunta: ¿Qué es el Código Da Vinci? ¿Por qué hablan de un código? ¿Por qué no comentan sobre esto? A mí me parece que el Código Da Vinci es una blasfemia. Hay que buscar más de Dios en este tiempo.

Gracias por escuchar y apreciar tanto nuestro ministerio, amable oyente. En cuánto al Código Da Vinci, me gustaría citar una parte de un artículo que se distribuyó por Internet, escrito por Pablo J. Ginés Rodríguez, bajo el título “La Estafa del Código Da Vinci, un best seller mentiroso” Dice así: El Código Da Vinci es una novela de ficción anti-católica que está resultando ser un éxito de ventas en todo el mundo, con más de 200 millones de ejemplares vendidos, traducida a 40 idiomas y con los derechos para la película en manos de Columbia Pictures. Los protagonistas se ven envueltos en un thriller de aventura, descifrando la simbología secreta en la pintura de Leonardo Da Vinci, por eso se llama el Código Da Vinci. El mensaje que transmite la novela, básicamente es el siguiente: 1. Jesús no es Dios, ningún cristiano pensaba que Jesús es Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325 DC. 2. Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena. Sus hijos, portadores de su sangre son el Santo Grial, que significa sangre real, fundadores de la dinastía Merovingia en Francia y antepasados de la protagonista de la novela. 3. Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina, como Marte y Atenea, Isis y Osiris. Los primeros seguidores de Jesús adoraban “el sagrado femenino”. Esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión, a la que pertenecía Leonardo Da Vinci, y en mil códigos culturales secretos más. 4. La malvada iglesia católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían, bien retocados. En la novela, el maquiavélico Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: Que el Grial son los hijos de Jesús y María Magdalena y que el primer dios de los cristianos gnósticos era femenino. Todo  esto no se vende como una ucronía o una novela de historia-ficción en un pasado alternativo o una Europa imaginaria, sino que se intenta vender como una erudición, investigación histórica y trabajo serio de documentación. En una nota al principio del libro, el autor, Dan Brown, declara: “Todas las descripciones de arte, arquitectura, documentos y rituales secretos en esta novela son fidedignas” Pero esto es falso. Los errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos abundan por toda la novela. La pretensión de erudición cae al suelo al revisar la bibliografía que ha usado. Los libros serios de historia o arte escasean en la bibliografía de Brown, y brillan en cambio las paraciencias, esoterismos y pseudohistorias conspirativas. Hasta aquí lo que trae este artículo en Internet, acerca del Código Da Vinci. El revuelo que ha causado en el mundo, tanto el libro como la película, se sustenta en el error de pensar que se trata de una investigación histórica seria, lo cual no es así. La obra no es más que pura ficción, producto de una mente que escribe cosas para distraer a la gente que las lee. En lo que a ficción se refiere, el Código Da Vinci está en el mismo plano que las historias de Superman, el hombre araña, papá noel, caperucita roja y cosas por el estilo. Sin embargo, lo lamentable es que el autor haya tomado el precioso nombre del Señor Jesús como tema para su escrito ficticio. Quien esta detrás de todo es el espíritu del Anticristo, el cual es contrario a Cristo y es energizado por Satanás. La obra de Dan Brown se enmarca dentro de lo que la Biblia declara en cuanto a los postreros días, con respeto a la blasfemia o la falta de respeto y honor a la persona gloriosa del Señor Jesucristo. Note lo que dice 2 Timoteo 3:1-5 También debes saber esto:  que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.  Porque habrá hombres amadores de sí mismos,  avaros,  vanagloriosos,  soberbios,  blasfemos,  desobedientes a los padres,  ingratos,  impíos,  sin afecto natural,  implacables,  calumniadores,  intemperantes,  crueles,  aborrecedores de lo bueno,  traidores,  impetuosos,  infatuados,  amadores de los deleites más que de Dios,  que tendrán apariencia de piedad,  pero negarán la eficacia de ella;  a éstos evita.

El mundo está viviendo estos tiempos peligrosos. Una de las muchas evidencias es la presencia de personas blasfemas que deshonran al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. ¿Cuál es el consejo de Pablo? Dice: A estos evita. Eso es lo que se debe hacer con libros y películas como el Código Da Vinci. Observe lo que dice Pablo al respecto en 1 Timoteo 4:7 Desecha las fábulas profanas y de viejas.  Ejercítate para la piedad;

Si Usted, amable oyente ha sentido que se le ha movido el piso de su fe al leer el Código Da Vinci o al ver la película sobre el mismo tema, eso significa que el pulso de su fe está muy débil. Usted debe conocer más a fondo la palabra de Dios para que suba el pulso de su fe. La fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios. Mírelo así: La fe de los creyentes no se fundamenta en lo que vemos u oímos de los hombres, sino en lo que dice la palabra de Dios. Si la palabra de Dios dice que el Señor Jesús es Dios, eso lo creo y punto, y no me importa lo que digan las sectas falsas o Dan Brown en el Código Da Vinci. Si la palabra de Dios dice que el Señor Jesús no se casó o se unió sexualmente con María Magdalena, eso lo creo y punto, y no me importa que el Código Da Vinci diga lo contrario. Su fe debe descansar sólidamente en el testimonio de la Biblia y debe rechazar todo aquello que contradiga algo que Dios ha dicho en su palabra.

La segunda consulta para el programa de hoy también nos llega desde Nicaragua y hace referencia a un artículo nuestro sobre el divorcio en el cual textualmente dijimos: Los conflictos de pareja no se arreglan con divorcio. Se arreglan con sumisión a los principios bíblicos para el matrimonio. De esta declaración, nuestro amigo oyente ha llegado a la conclusión que para nosotros no existe el divorcio como figura legal según la Biblia, lo cual, dice, sería un gravísimo error de interpretación. Nos pide una explicación.

Gracias por su consulta amable oyente. Nuestra convicción es que el divorcio no es la voluntad de Dios, porque eso es lo que explícitamente declara la palabra de Dios en Malaquías 2:16 donde leemos lo siguiente: Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio,  y al que cubre de iniquidad su vestido,  dijo Jehová de los ejércitos.  Guardaos,  pues,  en vuestro espíritu,  y no seáis desleales.

Dios aborrece el repudio, o el divorcio. Esto implica que el divorcio no es la voluntad de Dios. Hacer algo que no es la voluntad de Dios, es una ofensa a Dios, por eso dijimos que el divorcio es pecado. Pero todo lo dicho no equivale a decir que no existe el divorcio. Así como Dios no está de acuerdo con el pecado, pero existe el pecado, de igual manera, Dios no está de acuerdo con el divorcio, pero existe el divorcio. La voluntad de Dios es que una pareja que se casa no se divorcie jamás. Jesús lo dijo según Mateo 19:6: Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Así es amable oyente: Lo que Dios juntó no lo separe, o no lo divorcie el hombre. Los fariseos entonces hicieron una pregunta al Señor Jesús: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio y repudiarla? La respuesta del Señor Jesús aparece en Mateo 19:8-9 donde dice: El les dijo:  Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres;  mas al principio no fue así.  Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer,  salvo por causa de fornicación,  y se casa con otra,  adultera;  y el que se casa con la repudiada,  adultera.

El Señor Jesús está reconociendo la existencia del divorcio, aun cuando, como ya se ha dicho, el divorcio no es la voluntad de Dios. Todo es por la dureza del corazón del hombre. Inclusive, el Señor Jesús habló de lo que se llama la cláusula de excepción, lo cual se refiere a que la fornicación es la única causal válida para un divorcio. Los divorcios por cualquier otra causa, lo único que hacen es desatar una fuerte ola de adulterio. En esencia entonces, el divorcio existe aunque no es la voluntad de Dios.

 

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