Reciba cordiales saludos amigo oyente. Bienvenido a nuestro Consultorio Bíblico. Mientras David Logacho se prepara para responder las consultas de hoy, me gustaría anunciar que este mes está de oferta el calendario de La Biblia Dice… para el año 2001. Solicítelo inmediatamente y nosotros se lo enviaremos gratuitamente a la brevedad posible a vuelta de correo. Para pedidos por correo, escriba una carta en la cual conste su nombre, su dirección postal y el nombre de la emisora por la cual escucha este programa, y envíela a la siguiente dirección postal: La Biblia Dice… casilla 1701-3715 Quito, Ecuador. Para pedidos por teléfono o fax, marque cualquiera de estos números: 475564, 475564 o 472292, todos en Quito, Ecuador. Para pedidos por Internet, visite nuestro web site en la siguiente dirección: HYPERLINK «http://www.labibliadice.org» www.labibliadice.org
A través de Internet se ha comunicado con nosotros un amigo oyente, quien nos pide aclarar una aparente contradicción en la Biblia, entre Proverbios 6:19 y Génesis 11:7. Según la cita en Proverbios, un testigo falso es uno que siembra discordias entre hermanos y según la cita en Génesis, Dios dijo: Descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. ¿Es Dios quien sembró discordia entre los hermanos al confundir la lengua de todos, y ninguno podía entenderse con los demás?
Interesante su consulta mi amigo. Partamos del hecho que la Biblia es la palabra de Dios y que por tanto no puede jamás contener contradicciones en ninguna de sus partes. Dios no es hombre para que se equivoque ni hijo de hombre para que se contradiga. Leamos con atención lo que tenemos en Proverbios 6:19 Dice así: “El testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordias entre los hermanos” Este versículo es parte de un pasaje bíblico en el cual Jehová presenta siete cosas que aborrece o abomina su alma. Una de esas siete cosas es el testigo falso que habla mentiras. Digamos el vulgar mentiroso que con sus falsedades atenta contra la integridad de otra persona. Otra de esas siete cosas es el que siembra discordia entre hermanos. Esto se refiere al hombre que va con cuentos o rumores a una persona y le dice: Fulano me dijo que eres esto y aquello, o que hiciste esto o aquello, o que dijiste esto y aquello, mintiendo por supuesto. La persona entonces se enfurece contra aquel fulano, y va donde él y le reclama airadamente y le insulta y le agrede físicamente, es decir, se arma una gran pelea, mientras que el que sembró la discordia estará riéndose para sus adentros. La conducta del que siembra discordia es aborrecida por Jehová. Esto es lo que enseña el texto bíblico citado por Usted en Proverbios. Ahora demos lectura al texto que se encuentra en Génesis 11:7 donde dice: “Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero” Este texto describe la acción de Dios en respuesta al vano intento del hombre por edificar una torre tan alta, cuya cúspide llegue al cielo. El hombre siempre ha buscado llegar al cielo por sus propios medios. Estos hombres trataban de llegar al cielo a fuerza de apilar ladrillos unos sobre otros! Ridículo, pero ellos estaban convencidos de que se podía. Dios miró la escena y me imagino yo que se habrá reído de la ingenuidad de los hombres. Pero también Dios sabía que el hombre en su pecado es necio para conseguir lo que busca, aunque la empresa esté condenada al fracaso. Dios entonces, en su gracia y misericordia tenía que hacer algo para evitar que el hombre se haga daño a sí mismo tratando de lograr algo imposible. Fue por eso que la Deidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, conferenciaron entre ellos y decidieron que lo prudente era descender a donde estaba el hombre y confundir allí su lengua, de modo que ninguno entienda a su compañero. Según Génesis 11:6 Jehová dijo: “He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.” Confundiendo el lenguaje se hizo imposible seguir con el plan de edificar la torre hasta que llegue al cielo, porque no podía haber comunicación mutua entre la gente. Este hecho marcó el origen de las diferentes lenguas y dialectos en el mundo. Como Usted podrá notar, con su acción, Dios no estaba metiendo cuentos o esparciendo rumores para que la gente se pelee entre ellos. Dios confundió la lengua para evitar un mal mayor al hombre. Fue en realidad una obra de misericordia de Dios a favor del hombre. Si Dios no hubiera hecho esto, hasta ahora estaríamos todos embarcados en edificar una torre para llegar al cielo a través de ella. De modo que nada tiene que ver la actitud del que siembra discordias entre hermanos con la actitud de Dios de confundir la lengua de nuestros antepasados. No existe pues contradicción de ninguna clase.
La segunda consulta de nuestro amigo oyente, quien se ha comunicado con nosotros por medio de Internet es la siguiente: Según Proverbios 26:4 no se debe responder a un necio conforme a su necedad, pero según Proverbios 26:5 se debe responder a un necio como merece su necedad. ¿En qué quedamos?
Esta es una consulta excelente mi amigo. Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Proverbios 26:4. Ponga mucha atención amigo oyente. Dice así: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él.” Ahora vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Proverbios 26:5. Observe cuidadosamente. Dice así: “Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión.” Leídos ligeramente, estos dos textos contiguos parecen contradictorios. Pero no hay tal mi amigo. Son complementarios, no contradictorios. Lo que está diciendo el primero, es que una persona sabia no debe descender al plano que está la persona necia, porque lo único que logrará es quedar como un necio él también. Si alguien le insulta, no responda insultando, porque Usted quedará como un necio. Si alguien le agrede físicamente, no responda agrediendo físicamente, porque Usted quedará como un necio. Esto es en esencia lo que dice el primer versículo. En cambio, el segundo versículo dice que la persona sabia debe permanecer en el plano de la sabiduría para responder como corresponde a la persona que está en el plano de la necedad, porque de otra manera, la persona necia va a pensar que es sabia con las necedades que está diciendo o haciendo. ¿Ve Usted la diferencia? Si una persona necia le insulta, no responda insultando, eso será descender al plano del necio. Responda por ejemplo, diciendo que va a orar por la persona que le insulta o bendiciendo a la persona que le insulta, o simplemente cerrando su boca y saliendo del escenario. Una respuesta de esta naturaleza logrará que la persona necia entienda que está actuando con necedad al insultar o agredir físicamente. Para mí fue muy interesante observar la manera como traduce estos dos versículos la versión Dios Habla Hoy. Ponga atención. Dice así: “El que al necio no responde, por necio no pasa, el que al necio sabe responder, como tal le hace parecer.” Magnífico. Si Usted cierra su boca ante el insulto del necio, Usted nunca pasará por necio. Pero si Usted se embarca en un intercambio de insultos con el necio, entonces Usted también es un necio. Pero si Usted encuentra la manera de responder al necio con sabiduría, hágalo. Use amor, respeto, consideración y todo lo demás. De esta manera logrará que el necio se dé cuenta de lo necio que es. Así que no existe ninguna contradicción entre estos dos versículos.
La tercera consulta del amigo oyente que se ha comunicado con nosotros por Internet dice así: Eclesiastés 3:1-3 dice que hay un tiempo para matar. En cambio Éxodo 20:13 dice: No matarás. ¿Por qué la contradicción?
Leamos lo que nos dice Eclesiastés 3:1-3 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar.” Recuerde que Salomón escribió el libro de Eclesiastés para mostrar que si una persona ignora a Dios, la vida se vuelve caótica, sin sentido, sin rumbo cierto. Lo mismo da nacer que morir, lo mismo da cosechar que sembrar, lo mismo da matar que curar, lo mismo da destruir que edificar. No hay sentido en nada. Esa es la vida alejada de Dios. Pero cuando Dios entra en escena todo cambia en la vida. En el caso de la muerte, es Dios quien decide el cuando y el como, es Dios quien ordena no matar. La Biblia es clara al condenar el asesinato. El sexto mandamiento del decálogo, Éxodo 20:13 dice textualmente: No matarás. No existe por tanto contradicción entre lo que se lee en Eclesiastés 3:1-3 y lo que ordena Dios en Éxodo 20:13
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