Desde Quito, Ecuador nos escribe un amigo oyente de Quito, Ecuador. Es creyente, pero hasta ahora tiene muchos problemas con vencer la tentación. Nos pide consejo para obtener victoria sobre el pecado.
Gracias por su consulta amable oyente. La forma como Ud. ha descrito su vida nos hace pensar que le falta experimentar la victoria sobre el pecado. Ud. bien lo ha señalado. Su caso no se resuelve recibiendo a Cristo como Salvador, porque Ud. ya lo ha hecho.
Su caso se resolverá cuando Ud. voluntariamente decida aplicar a su vida lo que dice Romanos 6:1-14 que dice: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.»
El creyente genuino, ha muerto juntamente con Cristo, y así como Cristo resucitó de entre los muertos, el creyente verdadero también ha resucitado a una nueva dimensión de vida. Una dimensión de vida en la cual ha dejado de ser esclavo del pecado. Esto es verdad en todo genuino creyente.
El problema radica en hacer que esta verdad funcione en la práctica. Para eso necesitamos tomar en cuenta cuatro cosas importantes.
Primero, saber que nuestro viejo hombre, o nuestra vieja naturaleza, ha sido crucificado juntamente con Cristo para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Esto tiene que ver con el intelecto. El creyente debe saber intelectualmente que su vieja naturaleza ha perdido el poder que antes tenía para esclavizar al pecado.
Segundo, considerarse muerto al pecado pero vivo para Dios. Esto va un poco más allá del intelecto. Es meditar o reflexionar en el sentido que ya no es necesario obedecer al deseo natural del viejo hombre para pecar. Lo que sí es necesario es reconocer que el creyente está vivo para Dios, es decir que tiene toda la facultad para hacer cualquier cosa que Dios pida.
Tercero, no presentar los miembros al pecado como instrumentos de iniquidad. Esto tiene que ver con la voluntad. Es un acto voluntario de no prestarnos para pecar, no por la simple fuerza de la voluntad, sino porque sabemos y hemos considerado que estamos muertos al pecado.
Cuarto, presentarnos nosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos. Esto significa una disposición total de la voluntad para obedecer la palabra de Dios.
Todo esto es un proceso que toma tiempo y esfuerzo hasta funcionar como Dios espera. Es necesario que Ud. reciba ayuda y dirección durante este tiempo. Esto es lo que se llama un discipulado. Que no es otra cosa sino aprender de la vida de otro a vivir como Cristo quiere que vivamos. Quiera Dios que estas ideas le sean de ayuda.
Desde Quito Ecuador se nos hace esta consulta. En una parte de la Biblia dice que no hay ningún justo en la tierra, pero en otra parte de la Biblia dice que la oración del justo puede hacer mucho. Parece que habría una contradicción. ¿Hay o no hay justos?
Gracias por su consulta amable oyente. ¿Hay justos o no hay justos en la tierra? Usted ha detectado una posible contradicción en la Biblia. Al respecto, permítame compartir con usted lo siguiente:
Justos por sus propios méritos, no existe ninguno, pero justos por los méritos de Cristo existimos muchos. Me incluyo yo dentro de ellos. Quisiera demostrarlo bíblicamente. Dios mira el carácter o la naturaleza propia del ser humano y ponga atención a la evaluación que hace de él. Romanos 3:10-18 dice:
«Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.»
Bueno, no puede haber descripción más precisa del carácter o la naturaleza propia del ser humano. por eso es que Romanos 3:23 concluye diciendo lo siguiente:
«por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»
El hombre ha tratado de arreglar este problema por sus propios medios. Lo ha intentado a través de cumplir con ritos religiosos. Otros lo han intentado por medio de hacer buenas obras, pero note el veredicto de Dios sobre el esfuerzo del hombre para hacerse justo por sus propios medios. Romanos 3:20 en su primera parte dice:
«Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él.»
Es imposible que el hombre pueda hacerse justo por sus propias obras, pero lo que es imposible para el hombre, es muy posible para Dios. Dios puede declarar justo a un hombre que por naturaleza es injusto. Esto es lo que los teólogos llaman la justificación. Es la obra de Dios por la cual Dios declara justo a un hombre que por fe ha recibido a Cristo como Salvador. Todo es cuestión de fe, mas no de obras. Romanos 3:21-22 dice:
«pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.»
¿Ha recibido Usted a Cristo Jesús como su Salvador personal? Entonces Usted ha sido justificado por Dios, o Usted ha sido declarado justo por Dios, puede ser que en la práctica Usted diste mucho de ser totalmente justo, pero a los ojos de Dios, por la fe, Usted es justo. No por sus méritos sino por los méritos de Cristo, su Salvador. Por esto, es verdad que no existe un solo justo, por sus propios méritos; pero existimos muchos justos por los méritos de Cristo. Es a estos justos por los méritos de Cristo, a quienes se refiere Santiago en su libro, cuando en el capítulo 5 versículo 16 dice:
«La oración eficaz del justo puede mucho».
La tercera consulta de hoy también nos llega desde Quito, Ecuador. Dice así: ¿Se poblará la tierra en el milenio?
Gracias por su consulta. El milenio es un reino que durará mil años en la tierra, en el cual Jesucristo glorificado será el rey. El reino milenial comenzará una vez que Jesucristo venga por segunda vez a la tierra. Asumo que cuando Ud. pregunta si se va a llenar la tierra en el milenio, Ud. se está refiriendo a si la tierra se va repoblar en el milenio. Para responder a su consulta, vamos a leer Jeremías 30:3 y después 19-20
Jeremías 30:3 dice: «Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán».
Ahora leo los versículos 19-20 del mismo capítulo. «Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados. Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mi será confirmada, y castigaré a todos sus opresores»
El contexto de este pasaje tiene que ver con el reino milenial. Dice el texto que Jehová hará multiplicar la gente y que no serán disminuidos. De modo que, en el milenio, la tierra va a ser repoblada a partir de los creyentes, tanto judíos como gentiles que entren al milenio. ¿Hasta que punto será repoblada? Pues, no se sabe con certeza. En mil años la tierra se puede llenar fácilmente porque no habrá enfermedad ni pobreza ni ignorancia que son los elementos que atentan contra la el aumento de población.
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