Desde San Francisco de la Caleta, Panamá, nos escribe un amigo oyente para solicitarnos una explicación del pasaje bíblico que se encuentra en Éxodo 4:24-26. ¿Por qué Jehová quiso matar a Moisés?

Gracias por su consulta. Vamos a dar lectura al pasaje bíblico en Éxodo 4:18-26. La Biblia dice: Así se fue Moisés,  y volviendo a su suegro Jetro,  le dijo:  Iré ahora,  y volveré a mis hermanos que están en Egipto,  para ver si aún viven.  Y Jetro dijo a Moisés:  Ve en paz.

Exo 4:19  Dijo también Jehová a Moisés en Madián:  Ve y vuélvete a Egipto,  porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.

Exo 4:20  Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos,  y los puso sobre un asno,  y volvió a tierra de Egipto.  Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

Exo 4:21  Y dijo Jehová a Moisés:  Cuando hayas vuelto a Egipto,  mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano;  pero yo endureceré su corazón,  de modo que no dejará ir al pueblo.

Exo 4:22  Y dirás a Faraón:  Jehová ha dicho así:  Israel es mi hijo,  mi primogénito.

Exo 4:23  Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo,  para que me sirva,  mas no has querido dejarlo ir;  he aquí yo voy a matar a tu hijo,  tu primogénito.

Exo 4:24  Y aconteció en el camino,  que en una posada Jehová le salió al encuentro,  y quiso matarlo.

Exo 4:25  Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo,  y lo echó a sus pies,  diciendo:  A la verdad tú me eres un esposo de sangre.

Exo 4:26  Así le dejó luego ir.  Y ella dijo:  Esposo de sangre,  a causa de la circuncisión.

Moisés había sido comisionado para ser el instrumento por el cual Dios iba a traer liberación a su pueblo escogido Israel. Fue así como Moisés dejó a su suegro Jetro y tomó a Séfora su mujer y a sus hijos y se dirigió hacia Egipto. Y sucedió en el camino, que en una posada, Jehová salió al encuentro de Moisés y quiso matarlo. La Biblia no da detalles sobre la manera como Jehová trató de matar a Moisés. Probablemente se trató de alguna repentina y grave enfermedad. En todo caso, para Moisés fue muy obvio que Jehová estaba reclamando su vida. La razón para esta drástica acción de parte de Jehová se encuentra en el pacto de Dios con Abraham. Génesis 17:9-14 donde dice: Dijo de nuevo Dios a Abraham:  En cuanto a ti,  guardarás mi pacto,  tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.

Gen 17:10  Este es mi pacto,  que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti:  Será circuncidado todo varón de entre vosotros.

Gen 17:11  Circuncidaréis,  pues,  la carne de vuestro prepucio,  y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

Gen 17:12  Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones;  el nacido en casa,  y el comprado por dinero a cualquier extranjero,  que no fuere de tu linaje.

Gen 17:13  Debe ser circuncidado el nacido en tu casa,  y el comprado por tu dinero;  y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo.

Gen 17:14  Y el varón incircunciso,  el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio,  aquella persona será cortada de su pueblo;  ha violado mi pacto.

La circuncisión era la señal del pacto entre Jehová y Abraham y sus descendientes. La falta de cumplimiento de este rito de circuncisión acarreaba la pena de muerte sobre el infractor. Según esto entonces, Moisés debió haber circuncidado a su hijo. Evidentemente Moisés debe haber comunicado a Séfora el requisito de Dios, pero por alguna razón, tal vez por la oposición de ella, no había cumplido con el mandamiento de Jehová. Es posible que por complacer a su esposa, Moisés desobedeció a Dios. Cuando Jehová le salió al encuentro a Moisés y quiso matarlo, para Séfora no había duda en cuanto a que la razón para esto es porque Moisés no había circuncidado todavía a su hijo. Por eso fue que Séfora se dio prisa y tomando un pedernal afilado circuncidó a su hijo y tomando el prepucio lo echó a los pies de Moisés. Era la única manera para que Jehová perdone la vida a Moisés. Séfora dijo entonces a Moisés: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. No se puede saber con precisión el significado de esta frase, pero un buen número de intérpretes lo entienden en el sentido que por haber salvado la vida a Moisés al circuncidar a su hijo, Séfora consideraba que su vínculo matrimonial con Moisés se había fortalecido.

La segunda consulta nos llega desde Guatemala, Centro América y dice así: ¿A quién se debe alabar, a Jehová o a Jesús? Pues hoy oigo muchas canciones que sólo mencionan a Jehová y yo me recuerdo que en un himnario que se llamaba Himnos de la Vida Cristiana, la mayoría de las canciones cantaban a Jesús. Por favor sáqueme de esta duda.

Con mucho gusto amable oyente. La Biblia exhorta a alabar a Jehová. 1 Crónicas 16:8-9 dice: Alabad a Jehová,  invocad su nombre, 

 Dad a conocer en los pueblos sus obras.

1Ch 16:9  Cantad a él,  cantadle salmos; 

 Hablad de todas sus maravillas.

En la Biblia también vemos que el Señor Jesús es alabado. Note este hermoso pasaje bíblico en Apocalipsis 5:8-14. Y cuando hubo tomado el libro,  los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero;  todos tenían arpas,  y copas de oro llenas de incienso,  que son las oraciones de los santos;

Rev 5:9  y cantaban un nuevo cántico,  diciendo:  Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;  porque tú fuiste inmolado,  y con tu sangre nos has redimido para Dios,  de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

Rev 5:10  y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra.

Rev 5:11  Y miré,  y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono,  y de los seres vivientes,  y de los ancianos;  y su número era millones de millones,

Rev 5:12  que decían a gran voz:  El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder,  las riquezas,  la sabiduría,  la fortaleza,  la honra,  la gloria y la alabanza.

Rev 5:13  Y a todo lo creado que está en el cielo,  y sobre la tierra,  y debajo de la tierra,  y en el mar,  y a todas las cosas que en ellos hay,  oí decir:  Al que está sentado en el trono,  y al Cordero,  sea la alabanza,  la honra,  la gloria y el poder,  por los siglos de los siglos.

Rev 5:14  Los cuatro seres vivientes decían:  Amén;  y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.

De modo que, tanto Jehová como el Señor Jesús merecen y son dignos de toda alabanza, porque ambos tienen la misma esencia, ambos son Dios. Los compositores de himnos cristianos deben tomar muy en cuenta este asunto para no privar ni a uno ni a otro de su debida alabanza.

Nos escribe un amigo oyente de Guatemala y dice así: ¿Qué significa culto racional?

Aprecio mucho su consulta. El único lugar donde aparece la frase “culto racional” en toda la Biblia es Romanos 12:1. Qué tal si lo leemos. La Biblia dice: Así que,  hermanos,  os ruego por las misericordias de Dios,  que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,  santo,  agradable a Dios,  que es vuestro culto racional.

Por las misericordias que Dios ha manifestado hacia el pecador, las cuales han sido descritas en los capítulos anteriores, Pablo ruega a los creyentes que presenten sus cuerpos en sacrificio a Dios, pero debe ser un sacrificio que cumple tres requisitos. Debe ser vivo. Esto significa una negación constante de nuestros propios intereses, poniendo por delante los intereses de Dios. Es la rendición total y absoluta de la vida del creyente a la voluntad de Dios. El sacrificio también debe ser santo. Esto significa que el creyente no tiene sus anhelos divididos, unas veces haciendo su propia voluntad y otras veces haciendo la voluntad de Dios. El sacrificio debe ser también agradable a Dios. Esto significa que trae satisfacción a Dios por el cumplimiento de su voluntad en nuestra vida. Pablo dice entonces que esto es nuestro culto racional. La palabra que se ha traducido como “culto” es la traducción de la palabra griega “latreía” que significa el servicio a Dios, como el que realizaban los sacerdotes en el templo en Jerusalén. La palabra que se ha traducido como “racional” proviene de la palabra griega “logicós” de la cual viene nuestra palabra “lógico”, algo racional, algo consecuente. La frase denota que a la luz de toda la riqueza espiritual que disfruta el creyente por la sola misericordia de Dios, la respuesta lógica, racional, consecuente, es que el creyente rinda a Dios un servicio o un culto de orden superior. En esto está implícita la idea del servicio espiritual sacerdotal que era parte integral de la adoración del Antiguo Testamento.

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *