La primera consulta nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador. Sucede que últimamente está teniendo mucho conflicto con su esposa por cuanto no pueden ponerse de acuerdo entre los dos acerca de la frecuencia de visita a los respectivos padres. Nuestro amigo oyente quisiera visitar a sus padres todos los fines de semana, pero su esposa quisiera también visitar a los padres de ella todos los fines de semana. La falta de acuerdo entre los dos está causando fricción en la pareja. Nos pide un consejo.

Gracias por su consulta amigo oyente. Tomemos como punto de partida para el consejo, lo que la Biblia dice a las parejas casadas. Se encuentra en Génesis 2:24 donde dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” En esta instrucción de Dios a las parejas casadas notamos tres pasos importantes. Primero, debe haber un dejar padre y madre. Segundo, debe haber un unirse en matrimonio. La voluntad de Dios no es que las parejas vivan en unión libre o que vivan como esposos sin haberse casado. Tercero, debe haber el ser una sola carne. Esto se consuma en la relación íntima de la pareja. Pero enfoquemos nuestra atención sobre el primer punto. Debe haber un dejar padre y madre. El verbo dejar en este caso significa cortar, separar, poner a un lado. La situación es esta. Cuando los cónyuges eran solteros, estaban unidos por fuertes lazos a sus respectivos padres o a sus respectivas familias. Estos lazos no son solamente afectivos. A veces la persona soltera depende económicamente de sus padres. A veces la persona soltera sostiene económicamente de sus padres. A veces la persona soltera vive bajo el mismo techo que sus padres. El vínculo puede llegar a ser muy fuerte. Mientras más fuerte, más difícil de romper. Pero junto con el matrimonio, la Biblia demanda un cambio radical en la relación de los cónyuges con sus padres. La Biblia dice: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre. El dejar no tiene nada que ver con dejar de respetar a los padres o dejar de honrar a los padres o dejar de amar a los padres. El dejar tiene que ver con un cambio de relación con los padres. Habla de una independencia, de un nuevo trato con ellos. A partir del momento que se casa, la pareja tiene como prioridad a la relación entre ellos y pasa a una prioridad secundaria la relación con los padres. Si la persona soltera vivía con los padres, una vez que se case deberá dejar de vivir con los padres. Si la persona soltera dependía económicamente de los padres, una vez que se casa debería dejar de depender económicamente de los padres. Si la persona soltera sostenía económicamente a los padres, una vez que se casa debería dejar de sostener económicamente a los padres. Esto último no significa que esté mal ayudar económicamente a los padres. Se lo puede hacer respetando las prioridades. Primero es la pareja después son los padres. Este principio debe ser aplicado a su caso amigo oyente. Una vez que Usted se casó, su relación con sus padres pasó a un plano secundario. Más importante para Usted es la relación con su esposa. Lo mismo es para su esposa. Una vez que ella se casó, la relación de ella con los padres de ella, pasó a un plano secundario. Lo más importante para ella es la relación con su esposo. Armados de este pensamiento, Ustedes dos deberían diseñar algún plan de visitas que permitiendo suficiente tiempo para Ustedes dos, brinde también la oportunidad para la comunión con los respectivos padres. No está bien que Usted quiera pasar solo en la casa de sus padres. Tampoco está bien que su esposa quiera pasar todo el tiempo en la casa de los padres de ella. No lo digo como una regla inflexible, pero a lo mejor podrían pasar dos fines de semana entre Ustedes dos solos, el siguiente fin de semana podrían visitar a los padres de su esposa y el siguiente fin de semana podrían visitar a sus padres. Y repetir así el ciclo. Puede ser algo que funcione. Ustedes tienen la última palabra. Pero no permitan que algo tan pequeño como esto, les prive del gozo de vivir en paz y armonía.

La siguiente consulta nos hace una amiga oyente de Quito, Ecuador quien está por casarse. Los padres del novio viven en un edificio de departamento de su propiedad el cual tiene un departamento disponible. Los padres del novio han ofrecido a la futura pareja ese departamento para que vivan allí una vez que se casen. Nuestra amiga oyente tiene sus reservas porque teme la intromisión de los futuros suegros viviendo tan cerca de ellos. Nos pide un consejo.

Gracias por su consulta amiga oyente. Como ya quedó establecido, la Biblia demanda que los casados dejen padre y madre. Esto significa un cambio de relación con ellos. Tanto Usted como su futuro esposo deberían tener esto muy en claro. Parte del dejar, tiene que ver con no permitir que padres y suegros intervengan en los asuntos propios de la flamante pareja. Los padres y suegros normalmente son los más interesados en no inmiscuirse en los asuntos de sus hijos. La mayoría de las veces cuando ocurre intromisión de padres o suegros es porque los mismos hijos han propiciado esa intromisión. La intromisión se origina cuando el hijo va a sus padres con quejas contra su esposa. O cuando la hija va a sus padres con quejas contra su esposo. Es inevitable que los padres tomen partido por el hijito o por la hijita y los consideren víctimas del cónyuge. Esto es caldo de cultivo para que los padres se las ingenien para inmiscuirse en los asuntos de los matrimonios de los hijos. El resultado puede ser fatal. Cuán necesario es poner prudente distancia entre padres o suegros y entre la pareja. Esta distancia no debe ser necesariamente física sino más bien emocional, social, económica, etc. Pero vayamos a su caso en particular. Usted todavía no se ha casado. La posibilidad de vivir en un departamento y tener de vecinos a sus suegros tiene sus ventajas y sus desventajas. Las ventajas pueden ser el no pagar alquiler, o a lo mejor pagar un alquiler mínimo. Otra ventaja es tener cerca de alguien en caso de alguna emergencia. Las desventajas van en la línea de lo que ya hemos señalado, es decir en el peligro de una indeseable intromisión de sus futuros suegros en su hogar. Otra desventaja es que teniendo a sus padres tan cerca, su esposo manifieste una tendencia a pasar más tiempo en la casa de ellos que en su propia casa. De Ustedes dos dependerá poner en una balanza las ventajas y desventajas y decidir por lo que sea mejor. Por regla general es recomendable que la pareja establezca su hogar un tanto lejos del hogar de los padres de ella y del hogar de los padres de él, al menos hasta que pase ese periodo de los necesarios ajustes de pareja que suelen causar alguna fricción. Cuando la pareja esté bien establecida, estará en una mejor posición para  resistir a la tentación de involucrar a los padres en la solución de los conflictos matrimoniales.

La tercera consulta para el programa de hoy nos hace también una amiga oyente de Quito, Ecuador. Su esposo prefiere pasar sus ratos libres con sus amigos y no con ella. Nos pregunta qué podría hacer ella para evitar que esto continúe así.

Todo conflicto tiene siempre dos partes. Por el lado de su esposo, él debe entender que después de Dios, la persona más importante para él es Usted como esposa. Note lo que dice Dios en su palabra a los esposos. Leo en 1 Pedro 3:7 “Vosotros, maridos, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” La responsabilidad de un esposo obediente a Dios es vivir con su esposa sabiamente. ¿Qué significa esto? Pues tiene que ver con dar honor a la esposa y tratarla como a vaso más frágil. Toda esposa lleva una etiqueta invisible para ellas pero muy visible para sus esposos. En esa etiqueta se lee claramente: FRÁGIL, TRÁTESE CON SUMO CUIDADO. Muchos esposos no toman en cuenta lo que dice esta etiqueta y maltratan a sus esposas. El maltrato es relegándolas a un plano secundario en relación con sus amigos, con su trabajo, con su deporte favorito, etc. No amiga oyente, el buen esposo pone a su esposa en un sitio de honor en su vida. Muy mal que su esposo se sienta mejor con sus amigos que con Usted. Quiera el Señor que su esposo reconozca su error, se arrepienta y corrija el rumbo. Pero por otro lado está Usted amiga oyente. Déjeme hacerle una pregunta. ¿Está Usted haciendo todo lo que puede para que su esposo se sienta bien con Usted? O es Usted ese tipo de esposa que siempre está desaseada, desarreglada, descuidada en su apariencia personal. Perdóneme que le diga si ese es el caso, pero ni el mejor esposo del mundo se sentiría a gusto con una esposa así y preferirá estar la mayor parte posible del tiempo fuera de la casa. O es Usted la esposa gritona, quejosa, iracunda, que explota por la mínima causa. Recuerde lo que la Biblia dice en Proverbios 21:19: “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda” Por el contrario, si Usted es una esposa que cuida su apariencia personal, una esposa que crea el ambiente agradable en el hogar, es muy probable que su esposo prefiera pasar tiempo con Usted y no con sus amigos. Puede ser que tanto Usted como su esposo tengan que cambiar ciertas conductas y actitudes.

 

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