La primera consulta para el programa de hoy nos llega desde Panamá. Dice así nuestro amigo oyente: Su programa es muy interesante y diferente para el estudio de todo lo que tiene que ver con la Biblia. Mi pregunta es la siguiente: Hay un estudio de los demonios que se llama “Demonología” En este tipo de estudios se dice que el infierno está gobernado por tres demonios mayores que a su vez ejercen autoridad sobre otros demonios que controlan el infierno como si fuera su reino. Pero la Biblia dice que el infierno es un lugar de tormento para el diablo y sus seguidores. ¿Se puede creer lo que dice ese estudio de la Demonología?

La “Demonología” fundamentada en el testimonio bíblico, es una parte de la Teología Sistemática que se llama Angelología. Esta Demonología es el tratado o el discurso acerca de lo que la Biblia enseña acerca de los demonios, o de los ángeles que siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Pero existe también otra “Demonología” que no se fundamenta en la Biblia, sino en filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, como dice el Nuevo Testamento. Los que han propuesto esta “Demonología” dicen que es el estudio de las cualidades y la naturaleza de los demonios. Es en esta “Demonología” que se habla de una tal jerarquía demoníaca, formada por tres demonios, Lucifer que según ellos significa El Emperador, Belzebú, que según también ellos significa: El Príncipe, y Astarot, que otra vez según ellos significa: El Gran Duque. Dicen que bajo estos tres demonios superiores existen otros seis demonios: Lucifago Rocafale, primer ministro infernal, Satanachia, gran general; Agaliarept, Capitán general; Fleuretty, Teniente general; Sargatanas, Jefe superior y Nebirus, mariscal de campo. Bajo estos están los demás demonios. Todos ellos formarían el reino de las tinieblas. La mayoría de estos nombres mitológicos no proceden de la Biblia, peor el significado que los han dado. Todo esto es pura especulación, carente de cualquier sustento bíblico. Lo que dice la Biblia sobre el reino de las tinieblas aparece en textos como Efesios 6:12 donde dice: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades,  contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Es evidente que existe una cadena de mando claramente definida en las huestes espirituales de maldad. Satanás es el príncipe de la potestad del aire, bajo él están los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este siglo y las huestes espirituales de maldad. No se menciona nombres ni cantidades. Además, el reino de las tinieblas no es lo mismo que el infierno. El reino de las tinieblas es la esfera en la cual Satanás es su príncipe, el sistema mundial que prevalece en la actualidad. El infierno es el lugar de tormento donde Satanás y sus huestes y lamentablemente todos los que rechazan al Señor Jesús, van a sufrir tormento eterno. Mateo 25:41 dice: Entonces dirá también a los de la izquierda:  Apartaos de mí,  malditos,  al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

La segunda consulta para el programa de hoy dice así: Esta mañana estaba escuchando el programa, pero algo no me quedó claro y quisiera que por favor me aclaren. ¿Se debe dar diezmos o no? Creo que así como yo, muchos podemos haber tomado sus palabras en el sentido que no debemos dar los diezmos sino solamente ofrendar.

Gracias por la oportunidad de aclarar este asunto. Respondiendo a una consulta acerca del diezmo, indiqué que la palabra “diezmo” aparece una sola vez en los cuatro evangelios, específicamente en el Evangelio de Lucas, capítulo 18 versículo 12 hablando de lo que practicaba un fariseo del tiempo de Jesús, quien daba diezmos de todo lo que ganaba. La palabra “diezmo” aparece también siete veces solo en el capítulo 7 de Hebreos, con relación a lo que el pueblo de Israel tenía que cumplir conforme a la ley de Moisés. En cuanto al verbo “diezmar” aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento, en Mateo 23:23 y Lucas 11:42 con relación a lo que hipócritamente practicaban los escribas y fariseos en el tiempo de Jesús. Es decir que no existe un solo pasaje bíblico que de una forma clara y directa ordene a la iglesia a diezmar o entregar diezmos. Lo que si aparece profusamente como parte de la práctica de la iglesia es ofrenda. A manera de ejemplo tenemos Romanos 15:26, 1 Corintios 16:1-2 y 2 Corintios 8:20. Esto es lo que dije en aquel programa. Ahora bien, ¿Cuál es la conclusión sobre la base que ha sido presentada en cuando al “diezmo” y al “diezmar” en el Nuevo Testamento. Básicamente existen dos posiciones. La una posición es que el Nuevo Testamento no ordena diezmar a la iglesia porque asume que es una práctica que se debe mantener por cuanto era algo que había sido establecido en el Antiguo Testamento aun antes de que entre en vigor la ley de Moisés. La otra posición es que la iglesia no debe diezmar sino ofrendar y que la ofrenda no debe limitarse al diezmo sino superar con creces el diezmo de acuerdo con los principios que aparecen en el Nuevo Testamento como dar con generosidad, según 2 Corintios 9:6, dar según se haya propuesto en el corazón, según 2 Corintios 9:7, dar con alegría, según el mismo versículo, dar no por necesidad, también en el mismo versículo, dar con agrado conforme a las fuerzas y aun más allá de las fuerzas, es decir dar sacrificialmente, según 2 Corintios 8:3, dar periódicamente, como dice 1 Corintios 16:1.

Conozco buenos y fieles hermanos que defienden una o otra posición. Que Dios en su gracia le guíe a formar sus propias convicciones sobre este asunto.

 

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