A través del correo electrónico se ha comunicado con nosotros una amiga oyente de Ecuador. Dice así: Hola a todos los que conforman La Biblia Dice…. Me es muy grato comunicarme con ustedes. Les escucho todas las mañanas en compañía de mi hermana en la radio HCJB2. Sólo le pido a Dios que les siga bendiciendo, ya que por medio de ustedes he aprendido mucho acerca de la Biblia. Yo tengo un amigo en la universidad que es practicante de la religión Bahaí. En algún momento estábamos hablando sobre la vida de Jesús y él me decía que Jesús fue como cualquier hombre, como Moisés y como otros personajes de la Biblia, en quienes el Espíritu de Cristo se había manifestado, al igual que en Mahoma, Buda y otros líderes religiosos. Este amigo afirmaba que Jesús ya vino y que todo lo que dice la Biblia en el libro de Apocalipsis ya se ha cumplido, por tanto los cristianos están esperando algo que ya ha sucedido en el pasado. Afirma que él también tiene el Espíritu de Cristo en su corazón y que todos están equivocados cuando dicen que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres, como dice la Biblia. Yo no estoy de acuerdo con lo que dice mi amigo, pero quiero saber lo que piensan ustedes sobre esto. Por mi parte, lo único que puedo decir es que mi vida cambió al aceptar a Jesús como mi Salvador y Señor.

Gracias por su consulta amiga oyente. Damos la gloria al Señor por la manera como nuestra programación radial ha edificado su vida espiritual. En cuanto a su consulta, permítame compartir con usted y con todos nuestros amigos oyentes, una breve síntesis histórica de la fe Bahaí, y sus principales creencias, la cual ha sido tomada del libro: Diccionario de Creencias, Religiones, Sectas y Ocultismo de George A. Mather y Larry A. Nichols. El movimiento conocido actualmente como el Bahaísmo o fe Bahaí nació en el siglo 19: Frente a la necesidad de una reforma en el Islam y el largo tiempo que llevaban los musulmanes esperando la venida de un profeta que Alá había de levantar para realizar dicha reforma, surgió en 1844, Mirza Alí Muhammed, y reclamó para sí el título de Bab, es decir, el precursor de la venida del profeta. Mirza Alí ganó un grupo considerable de adeptos, que se conocen como Babistas. Sin embargo, su misión de precursor acabó de forma repentina cuando fue ejecutado por fanáticos religiosos musulmanes denominados “mujtahids”, quienes eran poco receptivos a su ruptura con el Islam. Uno de los seguidores de Mirza Alí Muhammed, cuyo nombre fue Mirza Husayn Alí, conocido también como Bahaullah, se convenció de que era el mismo profeta de quien habló Mirza Alí. No obstante no fue sino hasta 1863 que Bahaullah anunció que era el tan esperado Madhi, o “aquel que Dios manifestaría” Inmediatamente empezó a organizar las enseñanzas del movimiento, y lo dirigió hasta su muerte en 1892. Muchas de las enseñanzas y creencias del Bahaísmo están reunidas en las más de 100 aportaciones literarias de Bahaullah, incluyendo títulos como “al-kitab al Aqdas o El Libro Santísimo, el cual contiene las leyes que gobiernan el Bahaísmo, otro título es: ketab-e Iqan o el Libro de Certeza, también Las palabras ocultas y Los siete valles. Con el tiempo, las escrituras de Bahaullah fueron elevadas por los adeptos del Bahaísmo al nivel de textos sagrados e inspirados. El hijo de Bahaullah, Abdul Baha, asumió la dirección del grupo tras la muerte de su padre y fue durante el liderazgo de Abdul cuando el Bahaísmo se introdujo en los Estados Unidos en 1893, el mismo año de la famosa exposición universal de Chicago. Abdul demostró ser un excelente intérprete de las enseñanzas de su padre, y durante su liderazgo el Bahaísmo se solidificó como un movimiento bien establecido. Bajo su dirección, se construyó un templo de 2,5 millones de dólares en un suburbio de Chicago conocido como Wilmette, la sede norteamericana del movimiento. Tras la muerte de Abdul Baha en el año 1921, Shoghi Efendi, nieto de Abdul, se proclamó nuevo líder. Shoghi constituyó las Manos de la Causa de Dios como entidad que aconseja y conduce el movimiento. El consejo de gobierno más alto del Bahaísmo es la Casa Universal de Justicia, que actúa como cuerpo de gobierno legislativo y ejecutivo que busca promover y aplicar las leyes de Bahaullah. El Bahaísmo utiliza un calendario singular que gira alrededor de las fechas más importantes de la vida de Mirza Ali Muhammed y Bahaullah. El año comienza el 21 de Marzo que se considera día santo. Otros días santos son: el 21 y 29 de Abril, el 2 de Mayo, la llamada y misión de Bahaullah, el 23 de Mayo, la llamada de Bab, el 12 de Noviembre, el nacimiento de Bahaullah, el 20 de Octubre, el nacimiento de Bab, el 29 de Mayo, la muerte de Bahaullah y el 9 de Julio, el martirio de Bab. Bab estableció un calendario de 19 meses con 19 días cada uno, permitiendo cuatro días intercalados, o cinco días en los años bisiestos. Para ser miembro del Bahaísmo, es necesario profesar las enseñanzas de Bahaullah. No existen sacramentos o ritos, ni clérigos profesionales. Los miembros han de rezar diariamente, guardar ayunos 19 días al año, guardar los días santos, realizar al menos un peregrinaje durante su vida a Haifa, Israel, donde se encuentra la sede mundial del movimiento y abstenerse del alcohol y del abuso de cualquier sustancia. El templo en Wilmette se construyó con el número 9 como motivo arquitectónico principal. El 9 es símbolo de unidad en el Bahaísmo y representa 9 personas en quienes se ha manifestado Dios: Moisés, Buda, Zoroastro, Confucio, Jesucristo, Mahoma, Hare Krishna, Bab y Bahaullah, los cuales han sido levantados por Dios a través de los siglos. El edificio tiene 9 lados, nueve pilares, nueve arcos, nueve puertas y nueve fuentes. Los grupos locales, denominados asambleas espirituales se reúnen en ciudades importantes en todo el mundo. Están gobernados por una Asamblea Espiritual Nacional que consta de nueve miembros. En cuanto a sus enseñanzas, el fundador del Bahaísmo dice: Sois los frutos de una árbol y las hojas de una rama. En concordancia con este principio básico, el bahaísmo enseña que todas las religiones del mundo contienen un grado de verdad y que esto debe suponer un incentivo para que todas las religiones del mundo se unan en una sola religión mundial que descanse sobre principios universales. Dicen que la tierra debe ser un solo país y todos los seres humanos sus ciudadanos. Es decir que manifiesta una inclinación hacia el universalismo. Este ideal es contrario al cristianismo tradicional, e irónicamente a los orígenes del Bahaísmo, es decir al Islamismo. El cristianismo enseña que la única manera para lograr la unidad y la paz en el mundo es creer y recibir a la persona del Señor Jesucristo. El Señor Jesús dijo en Juan 14:6: Yo soy el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí. En concordancia con esta declaración, los credos del cristianismo siempre han confesado que la fe en la persona y obra del Señor Jesucristo es la única manera de tener comunión íntima con el Padre. El cristianismo dejaría de ser tal cuando acepta como legítimo cualquier otro camino hacia la salvación, que no sea la obra expiatoria de Jesucristo. Un segundo contraste importante respecto al cristianismo tradicional se encuentra en la creencia del Bahaísmo que dice que los grandes maestros religiosos de la historia, lamentablemente incluyendo a Jesús, son manifestaciones de Dios, pero para el cristianismo, el Señor Jesús no es la manifestación de Dios sino Dios mismo encarnado. Esta encarnación de Dios en la persona del Señor Jesús es rechazada por los proponentes de Bahaísmo, porque según ellos, Dios simplemente no puede hacerse hombre sino solo manifestarse por medio de un hombre, como lo ha hecho con Moisés, Buda, Mahoma, los fundadores del Bahaísmo y otros. Hasta aquí lo que encontramos en este libro acerca del Bahaísmo. De modo que, amable oyente, a todas luces el Bahaísmo o la fe Bahaí está en franca y abierta oposición a lo que Dios ha comunicado en su palabra la Biblia. Las personas pueden creer lo que quieran, pero si su fe no está sólidamente puesta en la persona y obra del Señor Jesús, tal cual como aparece en la Biblia, esas personas no tienen comunión personal con Dios. El camino hacia el Padre es uno sólo, y no es una religión, cualquiera que sea, sino una persona, la bendita y gloriosa persona de Cristo Jesús.

 

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