Es un gozo estar nuevamente junto a Usted a través de las ondas de esta emisora amiga. Bienvenido a nuestro Consultorio Bíblico, en el cual daremos respuesta a las consultas de nuestros amigos oyentes. Si Usted desea hacer sus consultas a este programa, póngase en contacto con nosotros a las direcciones que anunciaremos a continuación. Este mes está de oferta el calendario de La Biblia Dice… para el año 2001. Hágalo suyo gratuitamente a vuelta de correo, con tan solo realizar su pedido por correo a esta dirección: La Biblia Dice… casilla 1701-3715 Quito, Ecuador. Para pedidos por fax o por teléfono, marque cualquiera de estos números: 475563, 475564 o 472292, todos en Quito, Ecuador. Si desea hacer su pedido por Internet, visite nuestro web site en la siguiente dirección:  HYPERLINK «http://www.labibliadice.org» www.labibliadice.org Al hacer su solicitud, no olvide indicar su nombre, su dirección postal y el nombre de la emisora por la cual escucha este programa.

Por Internet, se ha comunicado con nosotros un amigo oyente, para hacernos varias consultas. La primera dice así: En Isaías 2:4 dice que se transformarán las espadas en rejas de arado, y las lanzas en hoces. En cambio, Joel 3:10 dice que se forjarán espadas de los azadones y lanzas de las hoces. ¿Por qué la contradicción?

No existe contradicción alguna, mi amigo. La Biblia no contiene ninguna contradicción porque es la palabra de Dios. Permítame hacer un breve análisis del contenido de estos textos para desvanecer la supuesta contradicción. Comencemos con Isaías 2:4, pero para tomar en cuenta el contexto, leamos desde el versículo 2. Dice así: “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” Este pasaje bíblico describe en parte las características de lo que se llama el reino milenial. Note como comienza el pasaje: Acontecerá en lo postrero de los tiempos. Lo postrero de los tiempos, amigo oyente se refiere al reino milenial, cuando Jesucristo estará reinando como Amo y Señor no solo sobre Israel sino sobre toda la tierra. Una de las características del reino milenial es que será un reino de paz. La guerra entre las naciones será cosa del pasado. El texto dice que no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. Si no habrá guerra entre las naciones, nadie necesitará de armas. Por eso el texto dice que la gente que viva en el milenio, transformarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. Ahora leamos lo que nos dice Joel 3:10, pero para tomar en cuenta el contexto, leamos los versículos 9 a 12. Dice así: “Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra. Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. Juntaos y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jehová, a tus fuertes. Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.” El evento relatado en este pasaje corresponde a lo que se llama la batalla de Armagedón. Note lo que dice Joel 3:2: “reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra;” La batalla de Armagedón tendrá lugar en el valle de Josafat. Josafat significa Jehová juzga. Jehová juzgará a todas las naciones por el trato que estas naciones han dado a su pueblo escogido Israel. El juicio será por demás cruento. Habrá tanta sangre derramada que el enorme valle se convertirá en una laguna de sangre. Por eso es que se necesita de todo tipo de armamento para producir tal destrucción. Esto explica que se tenga que forjar espadas del metal de los azadones y lanzas del metal de las hoces. Aún el débil se sentirá fortalecido para llevar a cabo el juicio de Jehová sobre las naciones. De modo que mi amigo. La cita en Isaías habla de transformar espadas en rejas de arado y lanzas en hoces, pero esto acontecerá durante el milenio. En cambio la cita en Joel habla de transformar azadones en espadas y hoces en lanzas, pero esto acontecerá en la batalla de Armagedón. Dos cosas diferentes en dos tiempos diferentes. Por eso dijimos que no existe contradicción alguna en estos dos pasajes bíblicos.

La segunda consulta de nuestro amigo oyente que se ha comunicado con nosotros por Internet dice así: Tanto en Isaías 6:1 como en Isaías 6:5 se nos dice que Isaías vio a Jehová, pero Juan 1:18 dice que a Dios nadie le vio jamás. ¿Cómo se puede reconciliar las dos cosas?

Gracias por su consulta. Comenzaremos por leer los textos que nuestro amigo oyente plantea como evidencia de esta aparente contradicción. Isaías 6:1 dice: “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.” Ahora leamos Isaías 6:5 donde dice: “Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.” Leyendo estos textos, fácilmente se llega a la conclusión que Isaías vio con sus propios ojos a Jehová. Allí es entonces cuando surge la aparente contradicción porque tanto el Antiguo, como el Nuevo Testamento dicen que es imposible que el ser humano pueda ver a Jehová. Considere lo que Jehová dijo a Moisés según Éxodo 33:20 “Dijo más: No podrás ver mi rostro porque no me verá hombre y vivirá.” Esto concuerda con la cita que Usted menciona, en Juan 1:18 donde en su primera parte dice: “A Dios nadie le vio jamás” Hablando de Dios ponga atención a lo que dice 1 Timoteo 6:16 “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.” Por este testimonio podemos estar totalmente seguros que nunca nadie jamás ha visto a Dios. La primera parte de 1 Juan 4:12 dice por tanto: “Nadie ha visto jamás a Dios” Pues bien, ¿entonces qué es lo que vio Isaías? Y no solo él sino tantos otros como Agar, Jacob, Moisés, Aarón, Nadab, Abiú, los setenta ancianos de Israel, Gedeón, Manoa y su esposa, Ezequiel y el apóstol Juan. En cada caso la Biblia dice que vieron a Dios y sin embargo no murieron. La respuesta es que todos ellos vieron a Dios representado por el Hijo, el Señor Jesucristo. A veces él se presentó como el Ángel de Jehová, otras veces como Hombre y otras veces solo para dejar oír su voz. ¿Qué como llegamos a esta conclusión? Bueno, recuerda el caso de Isaías cuando en el capítulo 6 versículo 1 y 5 se nos dijo que Isaías vio a Jehová? Pues miremos más detenidamente este asunto. Para ello vayamos al Nuevo Testamento a Juan capítulo 12. Jesús había sido rechazado por la nación de Israel y estaba pronto a ir a la cruz. Juan 12 37 nos introduce al asunto cuando dice lo siguiente: “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él” Juan está hablando de Jesús. Mucha gente no creyó en él a pesar de tantas señales que hizo. Juan el apóstol dice que esto es un cumplimiento de la profecía que aparece en Isaías 6:9-10, cuando Isaías vio al Señor sentado sobre un trono alto y sublime. Hasta aquí todo es normal. Pero ahora note algo impresionante. Se encuentra en Juan 12:41 donde dice: “Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.” Recuerde que Juan estaba hablando de Jesús. Entonces cuando Juan dice que Isaías vio su gloria, se está refiriendo a Jesús. Por eso concluimos que Isaías no vio a Jehová directamente, sino a Jesús en su estado pre encarnado. Por eso es que Juan 1:18, en su segunda parte dice: “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Hebreos 1:3 hablando de Jesús dice que él es “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia” Jesús por tanto pudo decir: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Todas las veces que la Biblia dice que alguien vio a Jehová, en realidad estaba viendo al Hijo en su gloria.

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *