Desde Lima, Perú nos escribe una amiga oyente quien nos escucha por la emisora Radio del Pacífico. Su consulta es la siguiente: Si fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, ¿entonces por qué existen personas con diferentes rasgos físicos, como color de piel y estatura, y diferentes idiomas?

Gracias por su consulta amable oyente. Permítame leer el pasaje bíblico en Génesis 1:26-27 donde se trata este asunto. La Biblia dice: Entonces dijo Dios:  Hagamos al hombre a nuestra imagen,  conforme a nuestra semejanza;  y señoree en los peces del mar,  en las aves de los cielos,  en las bestias,  en toda la tierra,  y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.  Y creó Dios al hombre a su imagen,  a imagen de Dios lo creó;  varón y hembra los creó.

El uso del verbo “hacer” en plural en este pasaje bíblico es un primer indicio para apoyar lo que aparece en otras partes de la Biblia acerca de la trinidad. Cuando habla del hombre usa la palabra en hebreo “adam” que a veces aparece como nombre propio como en Génesis 5:3 y a veces como un nombre genérico para referirse a toda la humanidad. El concepto bíblico de la imagen de Dios en el hombre indica que el hombre de alguna manera refleja algunos de los atributos y características de su Creador. Pero esta imagen no puede ser semejanza física, pues Dios la Biblia declara que Dios es Espíritu, y por tanto no posee cuerpo físico. Observe lo que dice Juan 4:24 Dios es Espíritu;  y los que le adoran,  en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

La imagen y semejanza debe referirse por tanto a capacidades que Dios otorgó al hombre, como la capacidad para pensar, el intelecto, la capacidad para sentir, las emociones, y la capacidad para decidir por sí mismo, la voluntad, la capacidad para discernir la diferencia entre lo bueno y lo malo, la capacidad moral. De esta manera, el hombre estaba en capacidad de conocer y obedecer la voluntad de Dios. Inclusive el hombre podía tener una comunión íntima y persona con Dios. La imagen de Dios en el hombre distingue a la humanidad del resto de la creación y le da una dignidad y valor no compartido por el resto de lo que Dios creó. El valor y la santidad de la vida humana está relacionada con la imagen de Dios en el hombre. Génesis 9:6 dice: El que derramare sangre de hombre,  por el hombre su sangre será derramada;  porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

La creación de la humanidad se presenta como la obra cumbre del Creador. Así que, amiga oyente, el hecho que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza no tiene nada que ver con apariencia física o estatura o color de piel. En la composición genética del hombre creado por Dios residían todas las combinaciones genéticas necesarias para que de ese hombre salgan todas las razas existentes en el mundo. En cuanto a los diferentes idiomas en el mundo, eso fue el resultado de la intervención divina en la humanidad para evitar que el hombre tercamente persista en algo que era imposible alcanzar, la famosa torre de Babel. Note lo que dice Génesis 11:1-9. Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.  Y aconteció que cuando salieron de oriente,  hallaron una llanura en la tierra de Sinar,  y se establecieron allí.  Y se dijeron unos a otros:  Vamos,  hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego.  Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra,  y el asfalto en lugar de mezcla.  Y dijeron:  Vamos,  edifiquémonos una ciudad y una torre,  cuya cúspide llegue al cielo;  y hagámonos un nombre,  por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.  Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.  Y dijo Jehová:  He aquí el pueblo es uno,  y todos éstos tienen un solo lenguaje;  y han comenzado la obra,  y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.  Ahora,  pues,  descendamos,  y confundamos allí su lengua,  para que ninguno entienda el habla de su compañero.  Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra,  y dejaron de edificar la ciudad  Por esto fue llamado el nombre de ella Babel,  porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra,  y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

La imagen y semejanza a Dios que Dios mismo puso en el hombre quedó seriamente averiada cuando el hombre permitió la entrada del pecado en la creación. En la actualidad, el hombre mantiene todavía algo de esa imagen y semejanza, pero algún día el hombre será totalmente redimido del pecado y recuperará todo lo que se perdió cuando el pecado hizo su entrada en el mundo.

La segunda consulta para el programa de hoy es la siguiente: ¿Hacia donde fueron esparcidas las doce tribus de Israel?. ¿Dónde se encuentran actualmente?.

Tenemos que remitirnos a la historia para contestar esta pregunta. En cierto momento, Israel pidió un rey. Dios concedió ese pedido, a pesar que ello significó un tácito rechazo a su derecho de gobernar, cosa que lo venia haciendo a través de los jueces. Saúl fue nombrado rey y gobernó por cuarenta años. Luego de muchos problemas le sucedió David, quien gobernó también por cuarenta años. David fue sucedido por su hijo Salomón, quien también gobernó por cuarenta años. Al final del reinado de Salomón, el reino de Israel se dividió. Las diez tribus del Norte fueron gobernadas por Jeroboam y las dos tribus del Sur, Judá y Benjamín fueron gobernados por Roboam. A partir de aquí las tribus de Israel fueron gradualmente alejándose mas y más de Dios. Las diez tribus del Norte tuvieron como ultimo rey a Oseas. 2 Reyes 17:6-7 nos relata la manera trágica como termino este reino. Dice así:

«En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozan, y en las ciudades de los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos».

Lo más cercano que se puede ubicar estos lugares es alrededor del Mar Caspio. No existe ninguna evidencia de que alguna de estas diez tribus haya vuelto a su tierra natal. En el lugar donde fueron colocadas se integraron a los pueblos que habitaban allí y solamente Dios sabe donde están en la actualidad.

En cuanto a las dos tribus del Sur, más conocidas como Judá corrieron la misma suerte, solo que unos años mas tarde. Se reconocen tres deportaciones. Primera, en el año 606 AC siendo Joaquín rey de Judá, fue aquí cuando Daniel y sus compañeros fueron deportados a Babilonia. Después en el año 598 AC siendo Joaquín rey de Judá fueron deportados mas de 3000 judíos a Babilonia. Por último el año 586 AC cuando reinaba Sedequías, Jerusalén fue destruida y todos los tesoros del templo fueron llevados a Babilonia. En Babilonia permanecieron setenta años, y fueron tratados con benevolencia, más como colonos que como cautivos. Durante este periodo, los judíos quedaron curados de los ídolos y desarrollaron un profundo celo por guardar el sábado y empezaron a dar una gran importancia a las tradiciones de los rabinos, entre los cuales se destacaban los fariseos. Babilonia es lo que actualmente se llama Irak. Después de setenta años, regresaron a Jerusalén y en cierto modo prosperaron por un tiempo para luego alejarse otra vez del Dios verdadero. Fue en estas circunstancias cuando Dios envió a su Hijo en la persona del Señor Jesús pero fue violentamente rechazado y crucificado. Como resultado de este hecho execrable, Judá fue hollada por los romanos, siendo la toma de Jerusalén en el año 70 DC el evento más sobresaliente y sangriento de este episodio. Según el historiador judío Josefo, cuando el emperador romano Tito destruyó Jerusalén, mató a más de un millón de judíos y el resto fueron dispersados por todo el mundo y han permanecido así hasta el año 1948, cuando las Naciones Unidas reconocieron al estado soberano de Israel, en el territorio donde esta en la actualidad. A partir de este año, los israelitas han retornado poco a poco a su tierra natal en cumplimiento de las profecías bíblicas, pero sin saber a que tribu original pertenecen. ¿A que pueblos exactamente fueron esparcidos?. No se conoce a ciencia cierta. Solamente Dios sabe donde están y un día todavía futuro los va a juntar nuevamente. Note lo que dice Ezequiel 20:3-34

«Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; y os sacare de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado.»

 

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