A través del correo electrónico se ha comunicado con nosotros en amigo oyente quien nos dice lo siguiente: Queridos hermanos, reciban saludos con mucho amor y cariño de parte de Dios. Quiero hacer una pregunta: ¿Enseña la Biblia que con tal de llevar a muchos a los pies de Cristo, no importa qué estilo de vida se mantenga?
Gracias por su consulta amable oyente. Antes de nada, para beneficio de todos nuestros amables oyentes, la expresión “llevar a alguien a los pies de Cristo” significa guiar a una persona a recibir a Cristo como Salvador por medio de compartir el mensaje del evangelio con ella. La inquietud del amigo oyente que nos ha escrito, tiene entonces que ver con un creyente que piensa que con tal de guiar a personas a Cristo, no importa la conducta o el estilo de vida que lleva ese creyente. No puede haber nada más lejano a la verdad, amable oyente. Es importante guiar a personas incrédulas a recibir a Cristo como Salvador, porque eso es lo que ordena la palabra de Dios, en varios pasajes bíblicos, como Mateo 28:18-20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Pero además, es igualmente importante mantener una vida de santidad. Los que de verdad conocemos a Dios por haber recibido al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, debemos manifestar un nuevo estilo de vida, totalmente diferente al estilo de vida que teníamos antes de recibir a Cristo como Salvador. Esta idea se enfatiza a lo largo de toda la Biblia. Note por ejemplo lo que dice Efesios 4:17-20 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
Dios espera un estilo de vida totalmente diferente al estilo de vida de los incrédulos, o de los gentiles, como dice Pablo. Así que, no es correcto que un creyente se escude en que lleva a muchos a los pies de Cristo, para justificar un estilo de vida nada agradable a Dios. Ciertamente que es el mensaje del evangelio lo que transforma la vida de los incrédulos, no el mensajero, el poder radica en el evangelio, no en quien lo predica, pero eso no es excusa para que el mensajero viva en pecado.
Nos escribe un amigo oyente desde Chile. Nos cuenta que su esposa se ha vuelto totalmente indiferente en cuanto al sexo y eso ha conducido a nuestro amigo oyente a recurrir a la masturbación. Nos pide nuestra opinión sobre este asunto.
Gracias por su consulta amigo oyente. Por la manera como ha planteado su consulta, parece que Usted tiene claro en su mente que su esposa es la culpable de los problemas en el área de intimidad sexual. Con todo el amor y el respeto, le aconsejo en primer lugar a que no se apresure identificando al culpable. Puede ser que efectivamente sea ella la culpable, o bien puede ser que Usted sea el culpable, pero lo más probable es que los dos sean culpables. Mientras más trato conflictos de parejas en el área sexual, más convencido estoy que la culpa de los problemas en el área sexual siempre es compartida entre el esposo y la esposa. Son pocos los casos en los cuales la culpa es sólo de la esposa o sólo del esposo. De modo que, en segundo lugar, mi consejo es que Usted hable franca y abiertamente con su esposa y entre los dos reconozcan que tienen un serio problema en el área de intimidad sexual. Si no logran sobrepasar esta etapa va a ser difícil implementar una solución. Nadie recurre a un médico antes de reconocer que tiene una enfermedad. Ustedes deben reconocer que están enfermos en lo referente a su relación de pareja. Cuando entre los dos reconozcan eso, en tercer lugar, les recomiendo que busquen un consejero capacitado bíblicamente para tratar este asunto. Puede ser un pastor, o un anciano o un consejero familiar. Si no tiene confianza con el pastor o el anciano de su iglesia, busquen alguien que les inspire algo de confianza. Debería ser alguien que conozca de la Biblia para que sus consejos sean fundamentados en la Biblia. Cuando se reúnan con el consejero, traten de estar los dos, no cada uno por su lado, porque de esta manera el consejero podrá guiarles a identificar la parte que cada uno tiene en el conflicto. Ante el consejero, los dos deben ser absolutamente veraces y concretos de modo que puedan identificar correctamente el problema y plantear una solución bíblica. Todo esto va a funcionar bien, en la medida que los dos se sometan al proceso de consejería. Si uno de los dos se resiste, va a ser muy difícil que se resuelva el problema. En cuarto lugar, acérquense más a Dios por medio de su palabra y la oración. Seguramente esto será parte de la solución recomendada por el consejero. En todo caso amable oyente, lo peor que pueden hacer ante el problema que están teniendo es no hacer nada, pensando tal vez que con el tiempo se va a resolver por sí solo el problema. No es así. Ni este problema ni ningún otro problema se resuelve simplemente dejando pasar el tiempo. Es necesario tomar medidas concretas y con la ayuda del Señor ponerlas en práctica. Usted nos dice que ante el problema que está teniendo con su esposa ha tenido que recurrir a la masturbación para satisfacer su legítimo deseo sexual. Tenga mucho cuidado amable oyente. El sexo fue dado por Dios al hombre y a la mujer para que lo disfruten en pareja, una vez que se han casado. La relación sexual en una pareja de esposos funciona bien cuando él se entrega a ella sin reservas y cuando ella se entrega a él sin reservas. De otro modo uno de los dos se sentirá utilizado o abusado. La masturbación es el goce sexual solitario, algo contrario al propósito de Dios para el sexo. De modo que la solución a su problema de intimidad con su esposa no es la masturbación. La solución se dará cuando entre los dos, y tal vez con la ayuda de un consejero, identifiquen con veracidad la raíz del problema y pongan en práctica los pasos sugeridos para arreglar el asunto. La raíz del problema puede ser espiritual o emocional o inclusive física, pero nunca se sabrá hasta que se decidan a enfrentar el problema con madurez y con un sincero deseo de buscar una solución.
La tercera consulta nos llega por medio de Internet y dice así: ¿Me pudieran decir como surgieron los fariseos y saduceos?
Aprecio mucho su consulta amigo oyente. Los fariseos eran los descendientes espirituales de los judíos piadosos que habían luchado contra los helenizantes en los días de los primeros macabeos. El nombre fariseo significa “separatista” y les fue puesto por sus enemigos, probablemente para indicar que eran no conformistas. Con todo, es posible que fuese usado despectivamente a causa del rigor estricto que les separaba, tanto de sus compatriotas judíos como de los gentiles. La lealtad a la verdad produce a veces orgullo y aun hipocresía, y fue esta perversión del primitivo ideal farisaico lo que Jesús denunció. Pablo se incluyó a sí mismo entre los miembros de este grupo ortodoxo dentro del judaísmo de su tiempo, según Filipenses 3:5 donde dice: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
En cuanto a los saduceos, su nombre se deriva de Sadoc, el sumo sacerdote designado por Salomón. 1 Reyes 2:35 dice: Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.
El partido saduceo negaba la autoridad de la tradición y se mostraba suspicaz hacia toda revelación que fuese posterior a la promulgación de la ley mosaica. Negaban la doctrina de la resurrección y no creían en la existencia de ángeles ni espíritus. Hechos 23:8 dice: Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas.
Eran, en general, gente rica y de alta posición, y cooperaban con agrado con el helenismo de la época. En tiempo del Nuevo Testamento, ocupaban los cargos principales del sacerdocio y del ritual del templo.
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