Reciba cordiales saludos y la bienvenida a este su programa Consultorio Bíblico. Gracias por compartir este tiempo con nosotros. Inmediatamente después de la pausa musical estará junto a nosotros David Logacho para responder las consultas que nos han hecho llegar nuestros amigos oyentes. Pero antes que David nos acompañe, me gustaría anunciar nuestra oferta del mes. Con tan solo hacer su pedido, Usted recibirá gratuitamente a vuelta de correo, un ejemplar del librito titulado 10 Primeros Pasos para el Nuevo Creyente, escrito por el Dr. W. Kroll, en el cual encontrará una guía práctica para ayudar en el crecimiento espiritual de nuevos creyentes. Para pedidos por correo, escriba una carta con su nombre, su dirección postal y el nombre de la emisora por la cual escucha esta programa y envíela a la siguiente dirección postal: La Biblia Dice… casilla 1701-03715 Quito, Ecuador. Para pedidos por teléfono marque cualquiera de estos números: 475563 o 475564 o 472292, todos en Quito, Ecuador. Para pedidos por Internet, visite nuestro web site en la siguiente dirección: HYPERLINK «http://www.labibliadice.org» www.labibliadice.org
Nos escribe un amigo oyente a través de Internet y nos hace esta consulta: En Daniel 12:2 dice que muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, mientras que Juan 5:28-29 dice que todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán a resurrección. Parece que hubiera una contradicción.
Usted lo ha dicho, amigo oyente: Parece que hubiera una contradicción. La realidad es que no existe ninguna contradicción. Permítame explicarlo en más detalle. Comencemos por la cita que aparece en Juan 5:28-29 donde dice: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que estén en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.” Lo que este texto nos muestra con claridad meridiana es que todo ser humano que ha muerto físicamente va a resucitar. Sin embargo, algunos resucitarán para disfrutar de vida eterna junto a Dios en el cielo. Estos son los que saldrán a resurrección de vida. Mientras que el resto resucitarán para recibir eterna condenación en el lago de fuego. Esta es la resurrección de condenación. El texto no dice nada en cuanto al tiempo de estas resurrecciones. Otros pasajes bíblicos nos presentan la resurrección en su manifestación cronológica. El primer resucitado para no volver a morir es Jesús. Él es el primogénito de los muertos, según Apocalipsis capítulo 1. Luego vendrán los creyentes de la época de la iglesia, quienes resucitarán el momento que Jesucristo llame a su Iglesia desde las nubes, en lo que se conoce como el Rapto o el Arrebatamiento. Más tarde, cuando termine la gran Tribulación, habrá otra resurrección. En este momento resucitarán los creyentes desde Adan y Eva hasta cuando comenzó la Iglesia. Se les conoce como los creyentes del Antiguo Testamento. También resucitarán los creyentes que han muerto durante la Tribulación. Finalmente tenemos otra resurrección que acontecerá al final del milenio, justo antes de lo que se llama el juicio del gran trono blanco. En esta resurrección cobrarán vida todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad, y con cuerpos inmortales se presentarán ante el Juez en el gran trono blanco, para escuchar su veredicto final: Al fuego eterno. La Biblia nos habla por tanto de la primera resurrección. Esto se refiere a la resurrección de los creyentes de la época de la iglesia, de los creyentes del Antiguo Testamento y de los creyentes de la Tribulación. La segunda resurrección se refiere a la resurrección de los incrédulos. La primera resurrección está separada de la segunda resurrección por un período de mil años, conocido como el reino milenial. Este es el programa de la resurrección. Ahora bien, vamos a la cita de Daniel 12: donde dice: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.” El profeta Daniel tiene en mente a su pueblo, la nación de Israel. El versículo 1 del capítulo 12 nos permite saber en qué evento del plan de Dios para las edades ocurrirá esto de la resurrección que habla el versículo 2, dice así: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro” Note que Daniel tiene en mente a Israel, no a las naciones gentiles, tampoco a los creyentes de la época de la iglesia. Nos habla de un tiempo de angustia sin igual. Este tiempo es lo que se conoce como la gran Tribulación. Pero llegará un momento cuando los de Israel que estén escritos en el libro serán liberados. Esto nos habla del final de la gran tribulación. Entonces y solo entonces se aplica lo que dice el versículo 2. Muchos, no todos, resucitarán. ¿Por qué muchos y no todos? Pues porque por un lado, los del pueblo de Israel que recibieron a Cristo como Salvador, durante la época de la iglesia resucitaron siete años antes de esta resurrección. Además los Israelitas incrédulos muertos no resucitarán sino hasta el final del milenio, junto con los demás incrédulos de toda la época de la humanidad. Los israelitas que resuciten al final de la gran tribulación son los resucitados para vida eterna, mientras los que resuciten al final del milenio son los resucitados para vergüenza y confusión perpetua. Vistos así las resurrecciones, según aparece en Daniel y en Juan, no revisten en absoluto contradicción alguna.
La segunda consulta del amigo oyente que se ha comunicado con nosotros por Internet dice lo siguiente: En Oseas 8:13 dice que Dios castigará el pecado de Israel haciéndoles volver a Egipto. Pero en Oseas 11:5 dice que Israel no volverá a la tierra de Egipto. ¿Por qué la contradicción?
No existe contradicción amigo oyente. Veamos qué es lo que dice cada texto en particular. Primero, Oseas 8:13 donde leemos; “En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniquidad y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.” Por medio del profeta Oseas, Jehová está haciendo una fuerte reprimenda a las diez tribus de Norte, conocidas como Efraín o simplemente Israel. Fue tal la maldad de estas diez tribus, que no los quiso Jehová. Esto es demasiado triste amigo. Pero el pecado puede conducir a una persona a un punto que Jehová deja de tratarlos con amor y solo les espera el castigo. Así ocurrió con las diez tribus del norte. Jehová se acordó de la iniquidad del pueblo y los castigó por su pecado. ¿Cuál fue el castigo? Pues no fue enviarles a la tierra de Egipto, como está interpretando Usted, sino que les envió a un Egipto en un sentido figurado, o a una tierra de cautiverio a un lugar donde estarían en esclavitud. La Biblia relata que este lugar fue Asiria. Las diez tribus del norte fueron llevadas en cautiverio por los Asirios. Ahora vamos a dar lectura al texto que se encuentra en Oseas 11:5 donde dice: “No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.” Igualmente aquí, Jehová está confrontando a las diez tribus del norte por medio de su profeta Oseas. Dice Jehová que por su maldad, las diez tribus del norte no regresarán, ahora si, a la tierra de Egipto, donde alguna vez ya fueron esclavos, sino que en lugar de eso, Dios les pondrá bajo el dominio Asirio. Serían esclavos de los asirios. Lo cual en efecto sucedió el año 720 AC. De modo que, amigo oyente, no existe ninguna contradicción entre estos dos textos en el libro de Oseas.
La tercera consulta del amigo oyente que se ha comunicado con nosotros por Internet es la siguiente. Miqueas 7:18 dice “No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” Mientras que Mateo 25:46 dice “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” ¿No le parece contradictorio?
No, amigo oyente. La cita en Miqueas 7:18 habla de lo que Dios hará con Israel, una vez que Israel se arrepienta de su pecado. En su gracia y misericordia, Dios perdonará a Israel y no se acordará más de su pecado. Dios no retiene para siempre su enojo contra el pecador que se arrepiente. La cita en Mateo 25:46 habla de lo que Dios hará con todos aquellos que persistan en su rebelión contra Dios. En este caso Dios no tiene otra salida sino ejecutar su juicio: el castigo eterno.
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