Por correo electrónico hemos recibido una consulta de un amigo oyente de Panamá, quien nos escucha en la emisora Stereo Vida, en horas de la madrugada y en la tarde. Dice así nuestro amigo oyente: Saben, estuve hablando con un judaizante mesiánico, porque me interesa saber sobre las escrituras en su lenguaje original. Ellos tienen mucho conocimiento de las Escrituras, tal vez más que nosotros los protestantes, pero hay ciertas doctrinas que no comparten con nosotros, por ejemplo la trinidad, el diezmo y una de las cosas que más me llamó la atención es que no creen en el infierno, no creen en la salvación por fe y ven al cristianismo como una sola cosa, sin importar que se trate de mormones, católico romanos, testigos de Jehová, protestantes. Dicen que cada uno tiene un pedazo de verdad. Mi objetivo no es crear una discusión con nuestros hermanos judíos, sabiendo que, como dijo el Señor: de los judíos viene la salvación, pero a la vez, están rechazando verdades importantes para todos. No sé que opinan sobre esto. Creo que nosotros los creyentes debemos saber sobre esto y debemos vivir como vivió la iglesia primitiva para que no se dude de lo que hay en nuestros corazones.
Gracia por su consulta amable oyente. Usted me dice que ha estado hablando con un judaizante mesiánico. Hasta donde yo conozco, los judaizantes fueron algunos judíos del tiempo del Nuevo Testamento, quienes creían que para ser salvos era necesario recibir por la fe al Señor Jesucristo como Salvador y además de eso, practicar algunas costumbres que son propias de los judíos, especialmente la circuncisión, el no comer alimentos considerados inmundos por la ley de Moisés y tal vez guardar el séptimo día como día de reposo. Pero tanto en el concilio de Jerusalén como por medio de la Epístola de Pablo a los Gálatas, se refuta totalmente las pretensiones de los judaizantes. La salvación es por la sola fe en la persona y obra del Señor Jesucristo. Fe y nada más. Además las prácticas propias del judaísmo fueron símbolos de cosas que tuvieron su cumplimiento con la venida, muerte y resurrección del Señor Jesús, y por tanto ya no son necesarias en la actualidad para la iglesia de Cristo. Gálatas 3:23-26 dice: Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
En otras palabras, esto que pretenden los judaizantes, al exigir que los creyentes tengan fe en Cristo y además guarden algunas prácticas propias del judaísmo, no tiene en absoluto fundamento bíblico y por tanto debe ser rechazado con firmeza. Pero los judaizantes no son lo mismo que los judíos mesiánicos o simplemente mesiánicos. Los judíos mesiánicos, con creyentes de raza judía, quienes han recibido al Señor Jesucristo como su único y personal Salvador, como el Mesías, el Cristo, y por tanto son hermanos en la fe de todos aquellos que también hemos recibido al Señor Jesucristo como Salvador. Los judíos mesiánicos, hasta donde yo tengo conocimiento, reconocen y aceptan todo lo que la Biblia dice sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es decir que aceptan la trinidad, también reconocen y aceptan todo lo que la Biblia dice acerca de la salvación, acerca del infierno, acerca del cielo y todo lo demás que enseña la Biblia. La única diferencia que yo he notado en los judíos mesiánicos es que guardan algunas prácticas propias del judaísmo como esto de guardar el séptimo día como día de reposo, como la circuncisión, como celebrar las fiestas judías, como usar algunas prendas de vestir propias de los judíos. Pero al guardar estas prácticas, no lo hacen para agradar a los judaizantes, es decir a aquellos que piensan que para ser salvos deben tener fe en Cristo y además guardar las prácticas del judaísmo. Lo hacen simplemente para no ofender a los judíos que todavía están atrapados en el judaísmo y jamás han reconocido que el Señor Jesús es el Mesías, el Cristo, quien murió en lugar del pecador y resucitó para ofrecer vida eterna a todo aquel que en él cree. De esta manera esperan ganar para Cristo a los judíos incrédulos. De manera que, la persona con quien Usted ha estado hablando, no parece ni judaizante ni judío mesiánico. Más parece un judío ortodoxo, es decir un judío que acepta únicamente el Antiguo Testamento, como la única revelación de Dios. Personas así, no reconocen que el Señor Jesús es el Cristo o el Mesías. No reconocen que el Señor Jesucristo es Dios y que el Espíritu Santo es Dios. Para ellos, Jehová es el único Dios. Muchos de ellos, no todos, no reconocen la existencia del infierno ni del cielo, no reconocen al cristianismo como algo que proviene de Dios y por eso, por decirlo así, ponen en la misma bolsa a los católicos romanos, protestantes, y todas las sectas falsas que existen. Judíos así, no son creyentes y desesperadamente necesitan la salvación. Para que eso acontezca, tienen que reconocer que en la persona de Jesús tienen al Mesías, al Cristo, quien vino a este mundo a morir por el pecador, quien una vez muerto resucitó de entre los muertos y hoy en día está vivo, sentado a la diestra de su Padre en el cielo, ofreciendo perdón de pecados a todo pecador que cree en él y lo recibe como Salvador personal. Saulo de Tarso, fue un judío ortodoxo, fariseo por más señas, pero un glorioso día tuvo su encuentro personal con Jesucristo resucitado y su vida fue transformada. De esta manera, Saulo de Tarso se convirtió en un fiel creyente en Cristo Jesús y más tarde, hasta su nombre fue cambiado a Pablo.
Nos ha escrito una joven amiga oyente, quien se congrega en una iglesia local que tiene como práctica, no permitir que las mujeres ocupen el oficio de pastor, fundamentándose en textos bíblicos como 1 Corintios 14:34 y 1 Timoteo 2:11-12. Nuestra amiga oyente está totalmente de acuerdo con esta práctica en su iglesia local. El problema es que últimamente le ha estado cortejando un joven creyente que se congrega en una iglesia en la cual una mujer ocupa el oficio de pastor. Como es natural, nuestra amiga oyente ha tratado de que su pretendiente tenga la misma posición que ella en cuando a las mujeres ocupando el oficio de pastor, pero él se mantiene en su posición que las mujeres si pueden ocupar el oficio de pastor. Esto ha creado un conflicto entre ellos. Nuestra amiga oyente dice que si llegara a casarse con él y tuviera que congregarse en la iglesia donde él se congrega, tendría serias dificultades en estar en una iglesia que tiene a una mujer como pastor. Nos pide un consejo.
Gracias por confiarnos este asunto amiga oyente. Aunque tengo mucho respeto y consideración hacia los hermanos y hermanas que tienen la convicción que las mujeres pueden ocupar el oficio de pastor, obispo o anciano, en una iglesia local, yo también comparto su convicción en cuanto a que el oficio de pastor, obispo o anciano en una iglesia es exclusivo para los varones. Entiendo perfectamente que su consulta no es sobre este tema en particular sino sobre las diferentes convicciones que tanto Usted como su pretendiente tienen sobre este preciso asunto. Al respecto, permítame citar el texto que se encuentra en Amós 3:3. La Biblia dice: ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
El matrimonio, amable oyente es un camino en el cual tanto el esposo como la esposa tienen que andarlo juntos. Según el texto leído, no es posible andar juntos si no se está de acuerdo. Tal vez el estar de acuerdo se debe enfocar sobre los asuntos importantes, no necesariamente sobre los asuntos secundarios. Por lo que dice su consulta, para Usted es importante el que una mujer ocupe o no el oficio de pastor en una iglesia local. Siendo así, usted tiene razón en cuanto a que le esperan momentos difíciles si llega a casarse con su pretendiente y él le impone que los dos se congreguen en la iglesia donde él se congrega. Para evitar problemas en lo futuro es mejor que hoy que son solteros busquen una definición sobre el asunto y si Usted ve que no se va a lograr un acuerdo, lo mejor será que se separen a pesar de lo doloroso que esto pueda ser. Es preferible sufrir un dolor momentáneo ahora que tener que sufrir dolor todo una vida.
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