La primera consulta en el programa de hoy, nos ha llegado por medio de Internet y dice así: Hola que tal, reciban un caluroso y atento saludo en el nombre de Cristo Jesús nuestro Señor. Quisiera que me expliquen de manera detallada lo que la Biblia enseña sobre el Evangelio del Reino y El Evangelio de la Gracia. Muchísimas gracias y que nuestro gran Dios les continúe bendiciendo.
Gracias por su consulta amable oyente. La expresión “evangelio del reino” aparece por siete ocasiones en el Nuevo Testamento. En el Evangelio según Mateo aparece tres veces. En el Evangelio según Lucas aparece tres veces, en la forma de: “evangelio del reino de Dios” En el libro de los Hechos aparece una vez en la forma de: “evangelio del reino de Dios” Las citas bíblicas en cuestión son: Mateo 4:23, Mateo 9:35, Mateo 24:14, Marcos 1:14, Lucas 4:43, Lucas 8:1 y Hechos 8:12. Permítame leer el primero de estos textos. Mateo 4:23. La Biblia dice: Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Se trata de lo que hacía el Señor Jesús en los inicios de su ministerio público en la tierra. La palabra “evangelio” significa “buenas noticias” El Señor Jesús proclamó las buenas noticias relativas al inminente establecimiento de su reino en la tierra, reino en el cual él es el Rey. Los requisitos para entrar en el reino incluían el arrepentimiento, según Mateo 4:17 donde leemos lo siguiente: Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Incluía también la justicia, según Mateo 5:20 donde dice: Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Incluía además la fe como de un niño. Observe lo que dice Mateo 18: 2-3 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
En resumen, el requisito para entrar al reino de los cielos es nacer de nuevo. Esto se muestra en Juan 3:3. La Biblia dice: Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
El pueblo de Israel rechazó al Rey, el Mesías, el Cristo, y terminó crucificándolo. Por este motivo, el reino que él vino a establecer en la tierra fue pospuesto. Sin embargo, este evangelio del reino será proclamado de nuevo durante el período de la Tribulación, previo a la segunda venida del Señor Jesucristo para establecer su reino milenial en la tierra. A esto se refiere Mateo 24:14 donde dice: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Una vez que el Señor Jesucristo venga por segunda vez a la tierra establecerá su reino y él será su Rey. Esto es lo que tenemos en Mateo 25:31. La Biblia dice: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
Esto es lo que podemos decir acerca del evangelio del reino o del evangelio del reino de Dios. Ahora consideremos el otro asunto. El evangelio de la gracia. Existe un solo texto en el cual aparece esta frase en el Nuevo Testamento. Se encuentra en Hechos 20:24. La Biblia dice: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
El apóstol Pablo estaba camino hacia Jerusalén a pesar de todas las advertencias en cuanto a los peligros que tendría que enfrentar. Pablo sabía que le esperaban prisiones y tribulaciones. Pero esto no fue obstáculo para que vaya a Jerusalén a cumplir con aquello que era su pasión: Dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Note que Pablo no está hablando del evangelio del reino de Dios, sino del evangelio de la gracia de Dios. Son dos cosas diferentes. Ya hemos explicado lo que es el evangelio del reino de Dios. En cambio, el evangelio de la gracia de Dios son las buenas nuevas en cuanto a que Dios en su gracia envió a su Hijo unigénito a este mundo, para que tomando forma humana, reciba el castigo que todo pecador merece, de modo que todo pecador que cree en él y lo recibe como su personal salvador, sea eternamente salvo. El evangelio de la gracia también implica que el Señor Jesús, el Hijo de Dios, venció la muerte y resucitó al tercer día y hoy está vivo, sentado a la diestra del Padre en los lugares celestiales. Por fe en lo que él es y lo que él hizo, el pecador es perdonado de su pecado. Es un regalo de gracia. Todo lo hizo Dios. Lo único que necesita hacer el hombre es depositar su fe en la persona del Señor Jesucristo. El apóstol Pablo tenía como meta para su vida proclamar este evangelio de la gracia. El mensaje que todo creyente debe proclamar hoy en día es el evangelio de la gracia. Una vez que la iglesia sea arrebatada y sobre la tierra se dé inicio a la tribulación, se volverá a proclamar el evangelio del reino, según lo que dice Mateo 24:14 donde leemos lo siguiente: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
La segunda consulta para el programa de hoy es la siguiente: ¿Es correcto que un pastor lleve a juicio a un creyente?
Dejemos que sea la Biblia quien responda su inquietud. Para eso vamos a leer 1 Corintios 6:1-8 donde dice: «¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.»
La palabra de Dios es clara, cuando dice que no es correcto que un creyente lleve a juicio a otro creyente. Cuánto más incorrecto será que un pastor lleve a juicio a un creyente. Pablo considera como una osadía, o como un total atrevimiento contra Dios y contra la iglesia, el hecho que un creyente entable una demanda legal contra otro creyente.
Sólo alguien que es incrédulo, aunque diga de labios para afuera que es creyente, se atreverá a llevar a juicio a otro creyente. Los desacuerdos entre creyentes, por más graves que sean, deben ventilarse en la iglesia, entre creyentes.
El argumento de Pablo para defender su razonamiento, descansa en el hecho que los creyentes han de juzgar al mundo, y no sólo al mundo sino también a los ángeles, entonces, estando revestidos de tan alta dignidad, ¿cómo es posible que alguien llamándose creyente, se atreva a ir a los incrédulos para que le resuelvan un asunto?
Sería como permitir que un ciego le haga una complicada cirugía en su cerebro a pesar de que está a su disposición el neurocirujano más famoso del mundo. ¿Ve el punto? Esto es una total afrenta a Dios y a los creyentes capacitados por Dios para juzgar al mundo y a los ángeles. Quien lo hace corre el riesgo de ser avergonzado delante de Dios.
Por algo dice la Biblia que horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo. Pablo concluye su exposición diciendo que ya es suficientemente malo que entre creyentes tengan conflictos, pero es mucho más malo que teniendo conflictos un creyente lleve a otro creyente a los tribunales de justicia del mundo. Pablo aconseja que es preferible sufrir el agravio y la afrenta.
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