La primera consulta de hoy nos llega desde Caracas Venezuela y dice así: Ante todo, le doy gracias a Dios por sus vidas y por el ministerio que él les ha encomendado. El motivo de mi carta es que por favor me aclare una duda con respecto a la respuesta que usted dio a la siguiente pregunta: ¿Cuántos años estudiaron los apóstoles? Respuesta que fue publicada en su sitio de Internet el día 4 de Abril del 2006. El punto es que usted en su respuesta dice que la preparación que los apóstoles tuvieron fue únicamente la que nuestro Señor Jesucristo les dio en persona durante los tres años que estuvo con ellos. Preparación que todos sabemos fue extraordinaria y maravillosa; sin embargo, se me vino la siguiente idea a la mente, si los apóstoles eran judíos, entonces, ¿no debemos suponer que a ellos se les enseñó desde niños la ley de Moisés, los profetas y los salmos, como aprendía cualquier judío común de esa época? Es decir que no sólo aprendieron de Jesús, sino que también había en ellos algún conocimiento de la palabra de Dios, que por supuesto al no tener el Espíritu de Dios, esta palabra no les había sido revelada y sólo venía a formar parte de su cultura y conocimiento, pero no había penetrado a sus corazones.
Gracias por su interesante y pertinente observación. La respuesta que nosotros dimos a la pregunta: ¿Cuántos años estudiaron los apóstoles? No tenía el propósito de indicar cuánto tiempo tomó a los apóstoles acumular todo el conocimiento espiritual que poseían sino solamente el tiempo que les tomó acumular el conocimiento que les impartió el Señor Jesús cuando estuvo con ellos en la tierra. Usted tiene mucha razón al afirmar que los apóstoles deben haber recibido instrucción espiritual desde su niñez, por cuanto todos eran judíos, pero el conocimiento que adquirieron como apóstoles les fue dado directamente por el Señor Jesucristo.
Nos escribe un amigo oyente y dice lo siguiente: Dios les bendiga hermanos. Los saludo con la paz del Señor. Hermanos, doy gracias a Dios por su ministerio. Soy de La Rioja, una ciudad del norte argentino. Quiero formular una pregunta. Estamos viviendo en la dispensación de la gracia. Mi inquietud es: ¿Se debe bautizar en agua en esta dispensación? ¿Se debe enseñar el Antiguo Testamento en esta dispensación? ¿Se debe enseñar todo el Nuevo Testamento en esta dispensación? Ustedes se preguntarán por qué hago estas preguntas. Lo que pasa es que aquí en La Rioja existe un predicador que dice que en la dispensación de la gracia ya no se debe bautizar en agua, ya no se debe enseñar el Antiguo Testamento, no se debe enseñar todo el Nuevo Testamento y otras cosas más. Todos los días estamos prendidos a la radio escuchando las enseñanzas de su ministerio. Dios les bendiga.
Gracias por sus amables comentarios sobre nuestro ministerio, amable oyente. Que la honra y la gloria sean para el Señor. Una dispensación es una determinada forma de trato de parte de Dios a la humanidad. A raíz de la muerte, resurrección, ascensión de Cristo resucitado, y descenso del Espíritu Santo, se entra en la dispensación de la gracia, cuya característica más importante es la presencia de la iglesia de Cristo, formada por todos aquellos que por gracia han recibido al Señor Jesucristo como su personal Salvador. El Nuevo Testamento relata lo que se acostumbraba hacer en la iglesia de Cristo. Permítame leer el texto en Hecho 2:41-42. La Biblia dice: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Estos creyentes están dentro de la dispensación de la gracia y practicaban lo que dice el pasaje bíblico leído. Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan, esto es en la cena del Señor, y en las oraciones. La doctrina de los apóstoles incluye el bautismo en agua, según aparece en el Evangelio según Mateo, capítulo 28, versículos 19-20. La Biblia dice: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
En la dispensación de la gracia, por tanto, está vigente el bautismo en agua. En cuanto a que no se debe enseñar el Antiguo Testamento en la dispensación de la gracia, quisiera citar el texto bíblico en 2 Timoteo 3:16. La Biblia dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
Cuando en este versículo se habla de “Toda la Escritura” se está refiriendo a toda la Biblia, es decir tanto al Antiguo como el Nuevo Testamento. Toda la Biblia es inspirada por Dios y por tanto debe ser enseñada en su totalidad en la dispensación de la gracia. En cuanto a que no se debe enseñar todo el Nuevo Testamento en la dispensación de la gracia, esto es totalmente atentatorio a lo que acabamos de señalar. Toda la Escritura es inspirada por Dios. Esto significa que todo el Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento son inspirados por Dios y por tanto la palabra de Dios. Decir que se debe enseñar solamente una parte del Nuevo Testamento en la dispensación de la gracia, es equivalente a mutilar la palabra de Dios y los que se atreven hacerlo caen en la condenación de Apocalipsis 22:18-19 donde dice: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
De modo que, amable oyente, efectivamente, en la actualidad estamos en la dispensación de la gracia y está vigente la práctica del bautismo en agua, se debe enseñar todo el Antiguo Testamento, y se debe enseñar todo el Nuevo Testamento. Obviamente, se debe ejercitar discernimiento espiritual para determinar a quien o a quienes está dirigida determinada parte de la Biblia.
Desde Leeuwarden-Países Bajos nos escribe un amigo oyente y dice lo siguiente: Primero que todo, quería felicitarlos por tan buen trabajo que hacen y decirles que han sido de una gran ayuda para mi crecimiento espiritual. Mi consulta es acerca de Juan 20:22-23. Hasta donde yo entiendo los discípulos recibieron el Espíritu Santo, pero ¿Qué pasó entonces el día de Pentecostés? Porque se supone que en este día los discípulos recibieron el Espíritu Santo por primera vez. Por otro lado, he investigado el verbo “remitir” y significa perdonar, pero yo entendí que solamente Dios tiene la potestad de perdonar pecados. De aquí seguramente sale la enseñanza de que los sacerdotes tienen autoridad para perdonar pecados.
Gracias por su consulta. Vamos a dar lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Juan 20:22-23. La Biblia dice: Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
El Señor Jesús acababa de resucitar. En estas condiciones tuvo un encuentro con algunos de sus discípulos. Fue a ellos a quienes dirigió esas palabras: Recibid el Espíritu Santo. Esta declaración se puede entender de dos posibles maneras. La primera, en el sentido que se trataba de una promesa que halló su cumplimiento unos 40 días más tarde, en el día de Pentecostés. La segunda, en el sentido que se trataba de una presencia temporal del Espíritu Santo, hasta la presencia permanente del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, con la finalidad de que los discípulos tengan poder para enfrentar los hechos que estaban por enfrentar. En cuanto a esto de remitir pecados, efectivamente, remitir significa perdonar. Remitir pecados significa perdonar pecados. Lo que se debe tomar en cuenta es lo que dice Marcos 2:7. Allí leemos lo siguiente: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Solo Dios tiene potestad para perdonar pecados. Entonces ¿qué quiso decir el Señor Jesús cuando dijo a sus discípulos: A quienes remitieres los pecados, les son remitidos, y a quienes se los retuviereis, les son retenidos? Lo que significa es que los discípulos del Señor Jesús tienen toda la autoridad para declarar que si alguien recibe a Cristo como Salvador, sus pecados son perdonados por Dios y si alguien rechaza a Cristo como Salvador, sus pecados no son perdonados por Dios y por tanto le espera una eterna condenación.
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