La primera consulta para el día de hoy nos ha sido hecha por Internet desde el Estado Falcón, Venezuela. Nuestro amigo oyente ha visitado varias iglesias en donde él vive, pero en ninguna se ha sentido bien y nos pregunta: ¿Cuál es la iglesia verdadera y cómo la identifico?

Es motivo de mucho gozo responder a su consulta, amable oyente. En el Nuevo Testamento se ve a la verdadera iglesia, la iglesia de Cristo, como el conjunto de personas en cualquier parte del mundo, sin distinción de raza, sexo, posición social, posición económica, inclusive sin importar si están vivas o ya han muerto, pero que tienen una sola característica. Esta característica es que han recibido a Cristo como su personal Salvador. Esto que acabo de enunciar es lo que se conoce como la iglesia universal. Pero en el Nuevo Testamento también se aprecia el concepto de una iglesia local. Una iglesia local es el conjunto de creyentes que se reúnen en el nombre de Cristo en determinado lugar del planeta con el fin de perseverar en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Esto es lo que a usted le interesa en particular. Son varias las características de una iglesia local sana. La primera y más importante es que debe ser bíblica. ¿Qué quiero decir con esto? Pues sencillamente que la Biblia es la autoridad final en doctrina y práctica de la iglesia. Muchas iglesias locales sostienen este principio, pero no lo ponen en práctica. Son iglesias que se guían por lo que dice el pastor, aunque esté en abierta oposición a lo que dice la Biblia, son iglesias que tienen la Biblia sólo de adorno en el púlpito porque no la usan en la predicación ni en la enseñanza. Los que predican o enseñan, hablan de sus experiencias, o de lo que leyeron en tal o cual libro, o de la política, la ciencia y tantas otras cosas más. Iglesias así no son bíblicas, aunque digan que lo son. Una iglesia bíblica es aquella en la cual la Biblia ocupa un lugar importante. Qué triste que en muchas iglesias se invierte tantos recursos para tener templos hermosos, los mejores equipos de amplificación, la última palabra en equipo audio visual, lo más refinado en instrumentos musicales, y el tiempo de alabanza y adoración es tan inspirador que hace brotar lágrimas de emoción, pero llega el momento de la predicación o de la enseñanza, y el predicador o maestro dice: Bueno, sólo me quedan cinco minutos para mi mensaje, así que rápidamente permítanme compartir tal o cual cosa. No estoy diciendo que está mal tener un buen tiempo de alabanza y adoración en la iglesia, lo que estoy diciendo es que además de aquello, se debe dar capital importancia a la proclamación de la palabra de Dios. Una iglesia local sana es una iglesia bíblica. En segundo lugar, una iglesia local sana es aquella en la cual los creyentes se esfuerzan por vivir en la práctica lo que dice la palabra de Dios. Un pastor amigo mío solía afirmar: Prefiero tener en la iglesia cinco creyentes que viven en santidad, que cinco mil creyentes que viven en pecado. La santidad es fundamental para que una iglesia local sea sana. Todos los creyentes enfrentamos tentaciones que pueden provenir del mundo, o de nuestra propia naturaleza pecaminosa, o del mismo diablo, y es muy posible que alguna vez caigamos en pecado. Cuando eso sucede, debe entrar en acción el proceso de restauración. Una iglesia local sana es aquella que promueve la restauración de aquel que ha caído en pecado. Es penoso ver iglesias donde los creyentes manchan el testimonio de la iglesia por medio de su vida de pecado y los líderes lo saben perfectamente, pero no hacen nada al respecto. Razonan y dicen: Mejor que me haga el ciego en esto porque esa persona es importante en la iglesia y si confronto su pecado seguramente se resentirá y se irá de la iglesia. En tercer lugar, una iglesia local sana es aquella en la cual se da atención personal a cada creyente. Esto se logra por medio de lo que se llama el discipulado. El discipulado es que un creyente maduro toma a un creyente tierno y de una manera personal, le ayuda a crecer en los caminos del Señor. A usted no le conviene para nada congregarse en una iglesia donde pase desapercibido, una iglesia donde aparece solamente cada domingo y el resto de semana nadie se ocupa de usted. Debe buscar una iglesia donde haya creyentes dispuestos a meterse en su vida para guiarle en su crecimiento espiritual. Una iglesia local sana es aquella en la cual a cada creyente que allí se congrega ha sido discipulado. En cuarto lugar, una iglesia local sana es aquella en la cual le dan oportunidad para servir. Asumiendo que usted ha crecido espiritualmente mediante el discipulado, el siguiente paso es que usted comience a servir en la iglesia. El ámbito de servicio puede ser muy amplio, desde labores manuales, como limpiar pisos o baños, pintar paredes, preparar alimentos, y tanto más, hasta labores más ministeriales digamos, como por ejemplo discipular a otros, enseñar a los niños, o a los jóvenes, o a las mujeres, o liderar grupos de estudio bíblico en hogares, o liderar la alabanza, o evangelizar en las calles, los parques, las plazas o cosas por el estilo. La iglesia local sana es aquella que crea actividades para que los creyentes que allí se congregan se ocupen en el servicio. Es preocupante ver iglesias en las cuales un cerrado grupo de creyentes, los más allegados al pastor, se ocupan de todo y la gran mayoría de los creyentes son lo que se llama creyente dominguero, es decir que va el domingo al culto y desaparece del panorama hasta el siguiente domingo que va nuevamente al culto. Esto no debe ser así. Cada creyente debe ser capacitado en la iglesia local para hacer algo, cualquier cosa, tanto el domingo como cualquier otro día entre semana. Si usted no está haciendo nada para servir al Señor, hable con los líderes de la iglesia para que le capaciten, le preparen, de modo que pueda servir al Señor de alguna manera. Diga a los líderes de la iglesia que en el programa radial La Biblia Dice… ha oído que no está bien que los creyentes no estén sirviendo de alguna manera en la iglesia, no sólo los domingos, sino cualquier otro día entre semana, y que por tanto usted desea servir en la iglesia. Quiera Dios que los líderes estén bien sentados, porque de otra manera es posible que se caigan para atrás si le oyen decir esto. Es que de alguna manera que yo no entiendo, nos hemos acostumbrado a pensar que en la iglesia deben servir solamente los pastores o los ancianos, o los diáconos, o los maestros de escuela dominical o los líderes de alabanza, o los líderes de grupos de hogar, y que el resto sólo debe limitarse a observar lo que los otros hacen. No es así. La iglesia local sana es aquella en la cual todos sirven según los dones y los talentos que han recibido del Señor. En quinto lugar, una iglesia local sana es aquella que tiene una gran preocupación por las misiones y por los incrédulos en cualquier parte del mundo. La iglesia local sana debe tener claro en su mente que su razón suprema para existir es para mostrar a Cristo al mundo. Una iglesia que no tiene planes para evangelizar a los perdidos es una iglesia que ha perdido la brújula y no sabe hacia donde se dirige. Es como un barco a la deriva en medio del océano. Las palabras de Jesús, poco antes de ser ascendido a su gloria, conocidas como la gran comisión, no fueron dadas solamente a los apóstoles, sino a todo creyente en general. Jesús dijo: Y Jesús se acercó y les habló diciendo:  Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

La iglesia que no tiene este mandado del Señor Jesucristo como el norte para su existencia, se ha extraviado, marcha a la deriva. No es correcto que la iglesia local se vea a sí misma como un club privado, donde todos se sienten contentos, y no se preocupan por los miles de millones que desesperadamente necesitan de Cristo en el mundo entero. La iglesia local sana debe tener programas creativos para anunciar las buenas nuevas de salvación a los perdidos. La iglesia local sana debe tener una mentalidad misionera, debe ser una iglesia que invita misioneros para animar a la iglesia a pensar en las misiones, debe ser una iglesia que ora por misioneros en una forma sistemática, debe ser una iglesia que anima a los creyentes a ir al campo misionero, pero sobre todo debe ser una iglesia que ofrenda a los misioneros. Por último, en sexto lugar, la iglesia local sana, es aquella en la cual las cosas se hacen decentemente y con orden, como dice la palabra de Dios. La iglesia local sana no es aquella en la cual practican cosas que en lugar de atraer a los incrédulos más bien los hacen salir despavoridos. Al buscar una iglesia local sana, no se deje guiar por lo enorme o fastuoso de sus edificaciones, ni por el gran número de personas que allí se congregan, ni por la esplendorosa alabanza que allí se realiza, ni por las supuestas obras sobrenaturales que suceden, ni por el estrato social que predomina en la gente que allí se congrega. Al buscar una iglesia local sana, tome en cuenta las cosas que le he compartido, puede ser que se trate de una pequeña iglesia, en un local alquilado, en un lugar nada importante de la ciudad, con una guitarra como único instrumento musical, con gente de clase media o baja tirando hacia el sótano, pero con un gran respeto hacia la Biblia, con un gran respeto por la santidad, con un buen programa de discipulado, con oportunidades para servir, una iglesia ordenada, y una iglesia con mentalidad misionera. Cuando encuentre una iglesia así, involúcrese totalmente. Tendrá la seguridad de estar en una iglesia local sana.

 

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