La primera consulta para el programa de hoy nos llega desde Lima, Perú y dice así: Quisiera saber si Dios sigue aun revelando su voluntad por medio de sueños. Soy una chica que ha tenido sueños muy extraños y desearía saber si esto es o no es de Dios. Además, ¿cuál es la diferencia entre un sueño y una visión?

Al hablar de sueños y visiones y en general de cualquier otra forma de comunicación de parte de Dios, aparte de la Biblia, estamos entrando en un terreno bastante controversial. Lo que voy a exponer es mi convicción sobre esto, conforme a lo que yo conozco de la Biblia. De ninguna manera pretendo atacar a hombres y mujeres temerosos de Dios que de alguna manera, quizá por experiencia propia, han llegado a una conclusión diferente. Parto de un principio importante, que ha sido bien declarado en Lucas 1:37 donde dice:

«porque nada hay imposible para Dios».

Dios es soberano y nada ni nadie puede limitarle de alguna manera. De modo que no se trata de saber si Dios puede o no comunicarse hoy en día con los hombres por medio de sueños o visiones o audiblemente. Dios puede hacerlo cuando le plazca y como le plazca. De hecho, la Biblia declara que Dios se comunicó con alguien a través de un burro y Jesucristo dijo que hasta las piedras hablarían. El asunto más bien debe ir por el lado de si la Biblia contiene alguna información relativa a si Dios está o no hablando con la gente hoy en día a través de sueños, o visiones o audiblemente. Examinemos pues la información que la misma Biblia nos provee.

Primeramente, vemos que la última vez que Dios se comunicó con un ser humano mediante sueños, fue con José, el esposo de María, la madre de Jesús y le dio a conocer que debía ir con Jesús y María a la región de Galilea. Mateo 2:22 dice:

«Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea».

Existe otra mención de un sueño, en Mateo 27:19, en el cual la esposa de Pilato padeció mucho en sueños por causa de Jesucristo, quien estaba por ser crucificado, sin embargo, no se declara que hubiera habido algún mensaje específico de parte de Dios. Después de esto, la Biblia no declara absolutamente nada más en cuanto a personas que recibieron algún mensaje de Dios por medio de sueños. Si este fuera el método de Dios para revelar su voluntad hoy en día, ¿no le parece que debería haber bastante evidencia de ello en las Epístolas que son los libros en los cuales la iglesia basa mayormente su doctrina y práctica? Pero la realidad es que no existe ninguna evidencia y por tanto es lógico pensar que en la actualidad, Dios debe haber escogido revelar su voluntad por medio de alguna forma distinta a los sueños.

Otra razón poderosa para dudar que Dios hable por medio de sueños, es el peligro de que en los sueños no hable Dios sino Satanás disfrazado de Dios. Antes de que me tilde de ver a Satanás hasta en la sopa, considere este razonamiento. Leamos Judas 8 donde dice:

«No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.»

Según lo que hemos leído, había gente que tenía sueños en la etapa temprana de la existencia de la iglesia, allá en el primer siglo, y sin lugar a dudas decía que a quien vieron o escucharon en sueños era al Señor, pero fijémonos bien quienes eran estos soñadores. Pues los soñadores eran nada más y nada menos que falsos maestros o apóstatas, quienes de ninguna manera podían haber estado recibiendo mensajes de Dios. ¿Quién era el que estaba comunicándose en sueños con estos soñadores apóstatas? La respuesta es obvia.

Otra razón adicional para dudar que Dios se revele en sueños en la actualidad es porque todo lo que Dios tenía para revelar ya ha sido revelado en su palabra, la Biblia. Ya no queda nada más por revelar. Siendo así, ¿para qué Dios va a usar sueños para comunicar su voluntad? A este respecto, el apóstol Pedro, quien vio con sus propios ojos la gloria de Cristo en la transfiguración y oyó con sus propios oídos la voz del cielo, dijo que hay una palabra más segura que todo eso. Esa palabra es la Biblia. Note lo que dice 1 pedro 1:19 donde leemos:

“Tenemos también la palabra profética más segura a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar obscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.»

En esencia lo que Pedro está diciendo es: Miren creyentes, ustedes tienen la Biblia en sus manos, ésa es la palabra profética más segura. No anden por tanto por aquí y por allá buscando revelaciones en sueños. Aún el profeta Jeremías quien vivió en una época en la cual ciertamente Dios se estaba comunicando a veces por medio de sueños, dijo que los sueños eran como la paja cuando se compara con la profecía que era como el trigo. Jeremías 23:28 dice:

«El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? Dice Jehová.»

Que triste es constatar hoy en día personas que siguen el consejo de sus sueños y desprecian la palabra de Dios aún cuando lo que sus sueños aconsejan es algo contrario a lo que la palabra de Dios enseña. Estas personas prefieren la paja y desprecian el trigo. En conclusión, la evidencia bíblica no apoya la idea que Dios se está comunicando por medio de sueños hoy en día.

Con las visiones acontece básicamente lo mismo que con los sueños. La última visión de la cual nos habla la Biblia fue la de Juan en la isla de Patmos y resultado de ello tenemos el libro de Apocalipsis. Después nada más. De ser un método que iba a ser usado por Dios para revelar su voluntad, hubiera sido de esperarse que se hable de ello en las epístolas, pero las epístolas guardan silencio. Todo lo dicho, no nos libera de hallar una explicación acerca de las experiencias de sueños y visiones que algunas personas han tenido. Es difícil saber a ciencia cierta.

Juan Wesley escribió sobre esto hace mucho tiempo en estos términos: “No os apresuréis a atribuir cosas a Dios. No asumáis que sueños, voces, impresiones, visiones son revelaciones de Dios. pueden ser de él, pueden ser naturales, o pueden ser del diablo. Por tanto no creáis a todo espíritu, antes probad los espíritus si son de Dios.” Hasta aquí la cita de Juan Wesley.

Respetando este criterio, a mí me parece que el terreno seguro siempre será aquel determinado por la palabra de Dios. La gente puede experimentar sueños, puede imaginar que ha tenido visiones, puede pensar que ha oído voces, pero una cosa es real, estos sueños, visiones, voces, son solo el resultado de nuestros anhelos, de nuestros temores, de nuestras dudas, de nuestras frustraciones, de forma que es riesgoso soñar algo, o ver algo o escuchar algo y concluir que aquello es la voluntad de Dios sobre determinado asunto. Los sentidos a veces pueden desviarnos de la sincera fidelidad a Dios, pero la palabra de Dios nunca nos va a desviar de la sincera fidelidad a Dios. Para conocer la voluntad de Dios sobre determinado asunto, todo lo que tenemos que hacer es conocer la palabra de Dios. No tenemos que depender de sueños o visiones sino de lo que dice la palabra de Dios.

Me causa tristeza ver cantidad de creyentes que viven en constante tensión por no saber la voluntad de Dios para sus vidas. No pocas veces me han confesado: No te imaginas cuanto daría por conocer la voluntad de Dios para mi vida. Cuando yo les pregunto si están leyendo y estudiando la Biblia, me contestan que no. Esta es justamente la razón por la cual no conocen la voluntad de Dios para sus vidas. Como humanos nos gusta el camino más fácil, la ley del menor esfuerzo. Qué fácil conocer la voluntad de Dios para nuestra vida acostándonos a dormir para esperar un sueño de Dios o recibir una visión celestial, porque así nos ahorramos el trabajo de escudriñar la Biblia, pero no prefiera la paja desechando el trigo. Por último, en cuanto a la diferencia entre un sueño y una visión es que aunque en ambos casos se comunicaba la voluntad de Dios en el pasado, en el caso de los sueños, quien recibía el mensaje estaba dormido, mientras que en el caso de las visiones, quien recibía el mensaje estaba despierto, pero en un estado de éxtasis, bajo el control del Espíritu Santo.

 

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