Desde Chile nos escribe Carlos Camilo. Su consulta está relacionada con lo que sucedió en el huerto de Edén. Dice así: Hay algo que no logro entender, y es que según la palabra de Dios, la serpiente tenía la capacidad de hablar y esa capacidad le fue quitada como consecuencia de la maldición una vez que se consumó el pecado. Asumiendo que el lenguaje hablado es una capacidad exclusiva del ser humano, ¿cómo es que la serpiente tenía la capacidad de hablar? Si la tenía, ¿por qué es que hoy no la tiene?

Gracias por tan interesante consulta Carlos Camilo. Lo primero que debo señalar es que la Biblia no afirma que Dios hubiera creado a las serpientes con la capacidad de hablar. Lo que sí afirma en Génesis 3:1, es que la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho. Lo que hacía a esta serpiente más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho, era el hecho que Satanás la había poseído para cumplir con su propósito de engañar a Eva. Quién habló por medio de la serpiente fue Satanás.

Fue Satanás por medio de la serpiente quien dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto Al oír esto, la mujer entabló un diálogo con Satanás por medio de la serpiente. Génesis 3:2 lo describe así: “Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer” Note que en el texto no se nota algún tipo de sorpresa por parte de la mujer al oír hablar a la serpiente.

De este hecho se infiere, o se deduce que la serpiente tenía la capacidad de hablar antes de la entrada del pecado en la creación, por cuanto la mujer no se sorprendió al oír hablar a la serpiente. Sin embargo, la Biblia no afirma en ninguna parte que Dios hubiera creado a la serpiente con la capacidad de hablar.

Una vez que la mujer cayó en el pecado y arrastró al hombre en su caída, Dios pronunció su juicio. El juicio cayó sobre la serpiente, sobre Satanás quien poseyó a la serpiente, sobre la mujer, sobre el hombre y sobre la creación en general. En lo que respecta a la serpiente, ponga atención a lo que dice Génesis 3:14 “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.” De este versículo se deduce, que antes de la entrada del pecado en la creación, las serpientes se movilizaban erguidas sobre el suelo, porque la maldición por la caída en pecado fue que las serpientes se arrastren sobre la tierra y como consecuencia, habiten en el polvo, una forma simbólica de su ulterior humillación. Como notará, en la maldición a la serpiente, no se hace mención de que se le hubiera privado de la capacidad de hablar, porque la Biblia tampoco menciona que Dios hubiera dado a la serpiente la capacidad de hablar el momento que fue creada. En resumen entonces, no se puede ser dogmático afirmando que la serpiente tenía la capacidad de hablar cuando fue creada por Dios y que perdió esa capacidad a raíz de la maldición que vino sobre ella a raíz de la entrada del pecado en la creación. Evidentemente algunos sostienen esta teoría, pero es imposible demostrarla bíblicamente.

Desde El Salvador nos escribe una amiga oyente, quien comparte con nosotros que a su iglesia han llegado unos hermanos norteamericanos con el propósito de enseñar el libro de Romanos. Durante la enseñanza han mencionado cosas como que en ninguna parte de la Biblia se encuentra la enseñanza que para ser salvo es necesario recibir a Cristo en el corazón, que Apocalipsis 3:20 no es para inconversos sino para creyentes, que para ser salvos no hay que hacer la oración del pecador, pues la Biblia no enseña eso y que para ser salvos lo único que hay que hacer es creer en Jesús. Su consulta es la siguiente: ¿Es correcto lo que han enseñado estos hermanos?

Hasta donde yo puedo discernir, los hermanos que han estado enseñando en su iglesia han estado tratando de corregir algunos errores comunes en la presentación del evangelio. Estos hermanos tienen toda la razón al afirmar que la salvación es por gracia por medio de la fe en Cristo Jesús y nada más. El impartir vida espiritual a alguien que está muerto espiritualmente es algo que Dios hace en el pecador que cree en Cristo Jesús como su Salvador. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Allí lo tiene, el único requisito para ser salvo o para tener vida eterna es creer en el Hijo, en Cristo. En la práctica, esto es el resultado de un proceso que culmina en un evento instantáneo cuando alguien que está muerto espiritualmente recibe vida espiritual. El proceso comienza con oír el Evangelio. En el Evangelio se deja claramente establecido que el hombre es un pecador por naturaleza y por práctica, según Romanos 3:23. Se deja claramente establecido que el hombre está condenado a la muerte en su más amplio significado como resultado de ser pecador, según Romanos 6:13. Se deja claramente establecido que Dios ama al pecador aunque odia el pecado y por ese motivo dio a su Hijo el Señor Jesucristo para que muera en lugar del pecador, de manera que todo pecador que cree en Cristo tenga vida eterna, según Juan 3:16. Se deja claramente establecido que es necesario que la voluntad del pecador actúe por medio de recibir a Cristo como Salvador. Observe lo que dice Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” De manera que el proceso, culmina cuando la voluntad del pecador actúa y él sólo ante Dios recibe a Cristo como Salvador. El pecador habrá nacido de nuevo, habrá pasado del estado de muerte espiritual al estado de vida espiritual. Eso es todo. No es que para ser salvos hay que invitar a Cristo al corazón, sino que los que ya son salvos tienen a Cristo en su corazón. Eso se desprende de textos como Efesios 3:17 en el cual hablando de los que ya son creyentes Pablo ora a Dios para que habite Cristo por la fe en los corazones de ellos. Habitar significa encontrarse completamente como en su casa. Los hermanos que han visitado su iglesia tienen toda la razón al afirmar que el texto de Apocalipsis 3:20 no tiene nada que ver con Cristo tocando la puerta del corazón de los incrédulos para que le dejen entrar. El texto tiene que ver con una iglesia apóstata que tiene el nombre de Cristiana, pero ha dejado a Cristo afuera. Jamás use este versículo para su obra evangelística.

Finalmente, permítame referirme a la famosa oración de fe del pecador. Probablemente los que la han inventado lo habrán hecho con una buena motivación, pero la triste realidad es que en lugar de ser una ayuda ha sido un obstáculo para la correcta aplicación del Evangelio. Permítame explicarlo: No son pocos los casos cuando personas que no han entendido absolutamente nada del evangelio, piensan que por repetir como grabadora la oración de fe del pecador ya son salvos. Creen que el repetir palabras dichas por otros les hace salvos, cuando la Biblia es clara al afirmar que la salvación no es por obras, aún cuando sea la repetición mecánica de la oración de fe del pecador. Por este riesgo es mejor no hacer referencia a la oración de fe del pecador. Es preferible decir al pecador que él con sus propias palabras confiese a Cristo como su Salvador personal. Si ha entendido bien el evangelio, no tendrá ningún problema en hacerlo.

 

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