Nos escribe un amable oyente para hacernos la siguiente consulta: Cuando Dios creó al hombre a su imagen, ¿A qué se refería siendo que Dios es Espíritu? ¿Cómo era el hombre antes de conocer el bien y el mal? ¿Se podría decir que era como un animalito indefenso o algo así?
Gracias por su consulta, amable oyente. Demos lectura al texto sobre la creación del ser humano. Se encuentra en Génesis 1:27 donde dice: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
De esta manera clara y directa, la Biblia da a conocer el origen de la raza humana. Fue una obra creativa de Dios. La Biblia dice que fueron creados a imagen de Dios. Como Usted bien ha notado, esta declaración no podría referirse a semejanza física, puesto que Dios es Espíritu y por tanto no posee cuerpo. Juan 4:25 dice: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La semejanza tiene que ver con que el hombre, podía razonar y poseía intelecto, voluntad y emociones. También tiene que ver con que el hombre, en el momento que fue creado, era moralmente bueno, así como Dios. De manera que, amable oyente, antes de caer en el pecado, el hombre era un ser perfecto, extremadamente inteligente, amoroso, tierno y amable con su mujer, dispuesto a hacer lo bueno, amo y señor de todo lo que Dios había creado en el mundo, en comunión íntima con Dios. Nada que ver con un animalito indefenso o algo así, como Usted menciona en su consulta. Todas esas cualidades del hombre se truncaron o se distorsionaron como resultado de la caída en pecado.
La siguiente consulta nos llega por medio del correo electrónico y dice así: ¿Cómo puedo saber que estoy en el camino correcto en el sentido espiritual?
La única manera mi querido amigo, es por medio de comparar lo que creo, lo que pienso, lo que hago, con lo que dice Biblia, la palabra de Dios. Así como una embarcación en alta mar precisa de la brújula para determinar su rumbo, el ser humano también precisa de la Biblia para determinar su rumbo en su existencia. La Biblia ha sido dada por Dios al hombre para que el hombre sepa de dónde viene, quién es, y a dónde va. Si no ponemos atención al testimonio de la Biblia, seremos como una embarcación a la deriva en el sentido espiritual. Lamentablemente esta es la condición de la mayoría de la gente en este mundo. Así que, amigo oyente, mi consejo es que lo antes posible obtenga una Biblia y comience a examinar con detenimiento su contenido. Allí encontrará que Usted es una creación de Dios, encontrará que a causa del pecado está separado de Dios. Encontrará que está en peligro de recibir castigo eterno a causa del pecado. Encontrará que Dios le ama, a pesar de ser pecador. Encontrará que por ese amor, Dios envió a su Hijo, el Señor Jesucristo para morir en lugar del pecador y así pagar la deuda del pecador por el pecado. Encontrará que el único camino a Dios es la persona y obra del Señor Jesucristo. Juan 14:6 dice: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Encontrará que cuando Usted reciba al Señor Jesucristo, no sólo tendrá salvación sino que se le abrirá de par en par las puertas para una vida en abundancia, no necesariamente libre de pruebas, pero llena de victorias. Encontrará que su destino eterno está seguro junto a Dios en su gloria. Esto es lo que dice la brújula espiritual. Usted tiene la responsabilidad de creerlo o rechazarlo. Si lo cree, estará en el camino correcto en el sentido espiritual, si no lo cree, seguirá a la deriva en el sentido espiritual. Que Dios le guíe a tomar la decisión correcta.
Esta consulta nos llega por medio del correo electrónico y dice así: Tenía una relación de noviazgo con una persona. Luego de un año hicimos un pacto entre los dos delante de Dios por el cual nos comprometimos a casarnos. Inclusive intercambiamos unos anillos y nos prometimos, estar juntos, amarnos, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza en la pobreza. Pero hace dos meses nos peleamos y él me pidió un tiempo para ver que pasaba. Resulta que durante ese tiempo él comenzó a coquetear con las cosas del mundo, y le gustó, y me dijo que ese pacto no tenía validez porque había dejado de ser cristiano y ahora era un mundano. Quiero que me ayuden y me digan qué pasó realmente con ese pacto. ¿Es un pacto que perdura delante de Dios, o que? Yo me he sentido comprometida por ese pacto, y están pasando muchas cosas que para cualquier mujer son muy humillantes. Inclusive él mantiene una relación por celular con una chica y se llaman y se envían mensajes. Él hace esto y me dice que ya no tiene nada conmigo. ¿Qué debo hacer? Claro que estoy orando, pero Ustedes como hermanos ¿Qué me sugieren que haga? Porque no me he aferrado a nada.
Gracias por su consulta, amable oyente. Siento mucho por esta prueba muy difícil que está pasando. Si esa relación que parecía tan prometedora se ha roto, caben dos posibilidades, la primera y más probable es que la voluntad de Dios es que Usted no se case con esa persona, y la segunda, es que tal vez su novio se arrepienta de lo que ha hecho y trate de reestablecer la relación de noviazgo en algún momento futuro. Mi consejo amable oyente es que se tome un tiempo para orar con fervor a Dios pidiendo discernir su voluntad en cuanto a poner punto final a la relación o a esperar hasta que su novio reconozca su error y rehaga la relación. Si Usted ora con fe, buscando agradar a Dios en todo, Dios mismo se encargará de mostrarle lo que Él quiere. De todos modos, si yo estuviera en su lugar, tendría muchas dudas en cuanto a la sinceridad de una persona que en algún momento afirma lealtad al Señor Jesucristo y en otro momento dice que ya no es cristiano y comienza a pensar y actuar como una persona que no tiene a Cristo en su corazón. Un genuino cristiano, o mejor, un genuino creyente, no puede jamás dejar de ser creyente. Si alguien dice que era creyente y que ha dejado de ser creyente, lo que en realidad está afirmando es que nunca ha llegado a ser creyente. Este podría ser el caso de su ex novio, amiga oyente. De modo que tenga mucho cuidado. Si por si acaso, su novio decidiera volver con Usted, yo le aconsejaría que antes de re iniciar la relación, se tome un poco de tiempo para ver si hay algún fruto de una vida transformada por el poder de Dios en esta persona. Si ese no es el caso, es preferible sufrir el dolor de una separación ahora que tener que vivir todo una vida con una persona que tal vez no es del Señor, aunque de labios para afuera diga que lo es. Por otro lado, amable oyente, si en oración ha discernido que debe terminar la relación, debe tomar la decisión inmediatamente y dejar atrás este episodio en su vida. Noto que Usted se siente preocupada por el pacto que hizo con esa persona cuando era su novio, solemnizado inclusive con el intercambio de aros o anillos o alianzas. Pero hasta donde puedo discernir, Usted ha sido fiel a lo que prometió, pero su novio no. Siendo este el caso, el pacto por más solemne que haya sido, ya no existe, no por su culpa sino por la culpa de su novio, de modo que no tiene que preocuparse por esto. Quien debería preocuparse, si es hijo de Dios, es su ex novio, por haber incumplido con una promesa. Note lo que dice Eclesiastés 5:4-6 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.
Ecc 5:5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.
Ecc 5:6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?
Si su ex novio era en realidad creyente, tendrá que someterse a las consecuencias de lo que dice este pasaje bíblico. Hacer promesas y luego no cumplirlas es un asunto muy serio para los que somos creyentes. Finalmente, amiga oyente, persista en su confianza en el Señor. No permita que esta experiencia dolorosa eche a perder lo maravilloso que Dios quiere hacer con Usted. No deje que su gozo y su felicidad dependa de si está bien o mal con su novio. Procure encontrar su satisfacción en la persona del Señor Jesucristo, dedique su vida a él y en su momento, el Señor mismo se encargará de cumplir sus más caros deseos. No olvide lo que dice Salmo 37:4 Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
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