En esta ocasión daremos respuesta a las consultas de un amigo oyente de Zapotillo, Provincia de Loja, República del Ecuador. Nos escucha a través de Radio Cariamanga. La primera dice así: Apocalipsis 9:5-6 dice que las langostas atormentarán a los pobladores de la tierra por cinco meses y que los pobladores de la tierra buscarán la muerte, pero no la hallarán. Explíqueme por qué no hallarán la muerte en esos días.

Me da mucho gozo responder a la consulta de este amigo oyente a quien tuve el privilegio de conocer personalmente hace unos meses atrás en un viaje que realicé a la ciudad de Cariamanga. Dando respuesta a su consulta leamos el pasaje bíblico que se encuentra en Apocalipsis 9:1-11 donde dice: “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder par dañar a los hombres durante cinco meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.” Este relato espeluznante describe con increíble crudeza uno de los muchos eventos que tendrán lugar durante la tribulación en este mundo. Corresponde al juicio de la quinta trompeta. Juan vio una estrella que cayó del cielo a la tierra. Se trata de un ángel caído, probablemente el mismo Satanás, a quien se le dio la llave del pozo del abismo. Tan pronto este ángel abrió el pozo del abismo, salió tanto humo que oscureció el sol y la atmósfera. Del humo surgieron seres horripilantes a manera de langostas que tenían la capacidad de causar daño como si fueran escorpiones. El líder o rey de estas criaturas es un demonio cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego Apolión, palabras que significan destructor. Es lógico pensar entonces que las criaturas que saldrán del abismo serán en realidad demonios que hasta ese momento habían permanecido encerrados en el pozo el abismo a causa de su ferocidad. Estas criaturas recibieron órdenes de no dañar absolutamente nada sino solamente a los hombres incrédulos, quienes no tenían el sello de Dios en sus frentes. El tormento que causaban era semejante al producido por un escorpión cuando pica a una persona. Las criaturas tenían todo el poder para matar a los hombres pero no se les permitió hacer uso de ese poder. Solamente podían atormentar, no matar. También se limitó a cinco meses el tiempo que estos siniestros seres podían causar daño. El tormento que causen estos demonios a manera de langostas con poder como de escorpiones, serán tan terrible que sus víctimas, los incrédulos, buscarán la muerte con desesperación. Les parecerá que solo en la muerte hallarán alivio al dolor causado por las criaturas demoníacas. Pero por más que traten de matarse no podrán. Ansiarán morirse, pero la muerte huirá de ellos. Será espantoso amigo oyente. Intentarán suicidarse, pero el lugar de morir quedarán malheridos. El hecho que la muerte huirá de ellos significa que Dios está decidido a hacerles padecer el tormento que ellos merecen por su incredulidad.

La segunda consulta del amigo oyente de Zapotillo, Provincia de Loja, Ecuador dice así: Apocalipsis 9:4 habla de personas que tienen el sello de Dios. ¿Qué es este sello?

Leamos el texto en Apocalipsis 9:4 donde dice. “Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.” Este texto tiene que ver con el tormento que causarán las criaturas diabólicas que saldrán del pozo del abismo, durante la tribulación. Estas criaturas no debían causar ningún daño ni a la hierba de la tierra ni a cosa verde alguna ni a ningún árbol, sino solamente a un grupo especial de personas. La Biblia relata que durante la tribulación la población de la tierra estará dividida prácticamente en dos grupos. El un grupo está formado por los incrédulos, fieles seguidores del Anticristo. Estas personas serán reconocidas por un sello en su frente o en su mano derecha. El sello es el número 666. El otro grupo está formado por los creyentes, fieles seguidores de Cristo. Estas personas serán reconocidas por la ausencia del 666 en sus frentes o en sus manos derecha. Es decir que el sello de Dios es la falta del 666 y eso representa que esa persona es creyente. Las criaturas demoníacas atormentarán exclusivamente a las personas que tengan el 666 en sus frentes o en sus manos derecha. Si una de estas criaturas observa que no existe 666 en la frente o en la mano derecha de alguien, sabrá que esa persona es creyente y se abstendrá de causar tormento.

La tercera consulta del amigo oyente de Zapotillo, Provincia de Loja, Ecuador dice así: He oído hablar de la misión Bautista. ¿Quiénes son? 

La misión Bautista, amable oyente es una organización misionera perteneciente a la denominación Bautista, que normalmente se establece en determinado país con el propósito de cumplir con la gran comisión, esto es de hacer discípulos de Cristo, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

La siguiente consulta nos ha sido hecha por un amigo oyente de Yurimaguas, Loreto, Perú. Dice así: Es sobre 1 Timoteo 3:13 en cuanto a los diáconos. Cuando allí se dice que los que ejercen bien el diaconado ganan un grado honroso, ¿significará esto que por su buen trabajo los diáconos deber ser premiados con la promoción a Ancianos y más tarde con la promoción a Pastores? O es que unos son llamados a ser diáconos y otros son llamados a ser Ancianos y otros son llamados a ser Pastores.

Comienzo a dar respuesta a su consulta leyendo el texto que se encuentra en 1 Timoteo 3:13 donde dice: “Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.” Este es un fuerte incentivo para ejercer bien el diaconado. Los buenos diáconos ganan dos cosas. Número uno, ganan para sí un grado honroso. Esto significa un cada vez más creciente respeto entre los creyentes de una iglesia local. Número dos, ganan mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. Esto significa que cada vez tendrán más y más oportunidades de ministerio para el Señor. Esto es lo que en esencia enseña este texto. No tiene por tanto nada que ver con que por su buen desempeño un diácono debe ser premiado promoviéndole al oficio de Anciano. Incidentalmente, el Nuevo Testamento no presenta al oficio de Anciano y al oficio de Pastor como dos oficios diferentes. La palabra Anciano es sinónimo de la palabra Pastor y sinónimo de la palabra Obispo. Es decir que cuando se habla de Anciano, Pastor u Obispo se está hablando del mismo oficio. Según Filipenses 1:1 en la iglesia local deben haber Obispos, diáconos y santos. Eso es lo que dice el texto. Ponga atención “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos” Este texto presenta la estructura más básica de una iglesia local. Esta formada por los santos, es decir los creyentes, de entre ellos se levantan los Obispos y también los diáconos. Observe que no se mencionan Ancianos ni Pastores ¿Por qué? Pues porque Ancianos y Pastores son palabras sinónimas, es decir que significan lo mismo que Obispos. Muy bien. Entonces para que un creyente sea reconocido como Anciano en la iglesia local no necesariamente debe primero ser diácono en esa iglesia local. Los Ancianos llegan a ser tales por cumplir con los requisitos que aparecen en 1 Timoteo 3:1-7. Ninguno de los requisitos que se mencionan dice algo como: Debe ser primero un buen diácono. Es posible que alguien siendo diácono sea después reconocido como Obispo, Anciano o Pastor. Pero será porque cumple con los requisitos de carácter que aparecen en 1 Timoteo 3:1-7 mas no porque ha sido un excelente diácono. Un creyente perfectamente puede ser Anciano sin nunca haber sido diácono.

 

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