La primera consulta para el programa de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de El Cercado, Santiago, Nuevo León, México. Luego de saludarnos y manifestar su agradecimiento por nuestro programa nos hace la siguiente consulta: ¿Adónde va el alma de una persona al morir, asumiendo que esta persona es creyente?
Cuando una persona recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador, esa persona es salva, de modo que al morir, el alma de esa persona va inmediatamente al cielo donde está Cristo. Esto se confirma en varios pasajes de la Biblia. Permítame señalar a manera de ejemplo solo un par de ellos. Primero, 2 Corintios 5:6-8 donde dice: “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” El alma del creyente puede morar solamente en uno de dos lugares. O en el cuerpo mientras el creyente vive en este mundo, o en el cielo con el Señor, una vez que el creyente muere. No existe otra posibilidad. Queda así demostrado que el alma del creyente va al cielo con el Señor una vez que muere. Segundo, Efesios 3:14-15 donde dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.” Según este texto, la familia de Dios, está en los cielos y en la tierra. En la tierra están los creyentes que están vivos. ¿Quiénes serán entonces los que siendo parte de la familia de Dios están en los cielos? No pueden ser otros sino los creyentes que han muerto. Una vez más vemos que el alma de un creyente que muere va al cielo. Esto hace que la muerte para el creyente no sea sino el pasadizo que conduce a ese creyente de la morada en el cuerpo humano a la morada en el cielo con el Señor. Todo esto no por mérito de los creyentes sino por la sola gracia y misericordia de Dios, hecha posible mediante la muerte de Cristo Jesús en la cruz del Calvario.
La segunda consulta de nuestro amigo oyente de El Cercado, Santiago, Nuevo León, México dice lo siguiente: ¿Cómo puede una persona saber que es salva?
Esta consulta es importantísima. Una persona es salva cuando ha recibido por fe a Cristo como su Salvador personal. Recibir a Cristo implica creer totalmente que Cristo murió en la cruz en el lugar del pecador, para pagar lo que merece el pecador culpable. Recibir a Cristo implica también creer que Cristo fue sepultado, pero resucitó al tercer día conforme a las Escrituras y hoy está vivo, ofreciendo perdón de pecados y vida eterna a todos los que en él creen. La diferencia entre estar condenados y ser salvos está dada por creer o no en Jesucristo. Ponga atención a lo que dice Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” Según lo que dice este texto, la salvación viene por creer en una persona, no en algún dogma de determinada religión. Hay mucha confusión en cuanto al significado de creer. Se piensa que creer es solamente un mero asentimiento intelectual; pero creer va mas allá de lo intelectual. Creer es sinónimo de confiar plenamente. Una persona que cree en Cristo ha depositado totalmente su confianza en Cristo como su Salvador. Ya no dependerá de su religión o de sus buenas obras para ser salvo sino única y exclusivamente de lo que Cristo hizo en la cruz por él. Para creer en Cristo se necesita de fe. La fe que salva no es una fe ciega. Es una fe inteligente, cuyo objeto es la persona de Cristo. La fe que salva ha sido catalogada como una fe viva. Si existe una fe viva, entonces debe existir también una fe muerta. ¿Cómo se diferencia una fe viva de una fe muerta? Pues por el fruto de la fe. La fe viva produce buenas obras. La fe muerta produce malas obras. Cuando una persona recibe a Cristo como su Salvador y su fe es viva o genuina, esa fe se manifestará irremediablemente en buenas obras. No estamos diciendo que las buenas obras traen salvación o que las buenas obras otorgan seguridad de salvación. Lo que estamos diciendo es que las buenas obras son el resultado en la vida de una persona verdaderamente salva. Jesucristo decía a sus discípulos: Guardados de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos ni el árbol malo dar frutos buenos. Así que, por sus frutos los conoceréis. Si Usted ha recibido por fe a Jesucristo como su Salvador y Usted ve en su vida el fruto de la salvación, es decir, si en Usted se están manifestando esas buenas obras que caracterizan a los que son salvos, entonces Usted puede estar seguro de que es salvo. Pero por otro lado, si usted dice que ha recibido a Cristo como su Salvador, pero su vida está caracterizada por la mentira, la inmoralidad, el robo, los pleitos, la borrachera, los vicios, etc., entonces, su fe no es una fe viva sino una fe muerta y una fe muerta no está en capacidad de producir salvación.
La tercera consulta del amigo oyente de El Cercado, Santiago, Nuevo León, México dice así: ¿Adónde van los católicos al morir?
La salvación, amigo oyente no es cuestión de religión sino de relación. El destino de una persona al morir no depende en absoluto de la religión que esa persona profesa, sino de la relación que esa persona tiene con Cristo. Si una persona conoce a Cristo y le ha recibido como su Salvador personal, esa persona irá al cielo cuando muera. Si no le conoce y jamás ha recibido a Cristo como Salvador, esa persona irá al castigo eterno cuando muera. La gente piensa que todas las religiones llevan a Dios así como los antiguos pensaban que todos los caminos conducen a Roma. Pero no hay tal amigo oyente. El camino al cielo es una persona, no una religión cualquiera que sea. Note lo que dice Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí” Jesús es el camino al Padre, no existe ningún otro camino. Jesús es la verdad, nadie está en la verdad si no está en él. Jesús es la vida, todo aquel que no está en Jesús no tiene vida. Eso es lo que enseña la Biblia. La gente también dice: Mi religión es la única verdadera, todas las demás son falsas. Bueno, la Biblia en cambio declara que Jesús es la verdad. La verdad no está en una religión cualquiera que sea, sino en una persona y esa persona es Jesús. Si alguien quiere estar en el camino al Padre, si alguien quiere estar en la verdad, si alguien quiere tener vida, no tiene que andar de aquí para allá buscando la religión que ofrezca todo esto. Ninguna religión puede ofrecer todo esto. Solamente la persona de Cristo puede ofrecer todo esto. Usted me pregunta: ¿Adónde van los católicos al morir? Lo mismo le hubiera dado preguntarme ¿Adónde van los evangélicos al morir? Y mi respuesta siempre sería la misma. No es cuestión de religión sino de relación. Los que han recibido a Cristo como Salvador tienen vida eterna y los que no han recibido a Cristo como Salvador no tienen vida eterna. Esto no significa que yo puedo decir: Como yo he recibido a Cristo como mi Salvador, puedo meterme en la religión que quiera, puedo ser católico o evangélico, o mormón, o testigo de Jehová, etc. Un verdadero creyente siempre va a tratar de agradar a Dios quien es su Padre. La única forma de agradar a Dios es sometiéndose a la palabra de Dios o cumpliendo con lo que Dios dice en la Biblia. Una persona que ha recibido a Cristo no se guiará por lo que dice la religión sino por lo que dice la palabra de Dios. Hay muchas personas que dicen: En mi religión también se recibe a Cristo. Bueno, si eso es así habría que ver si Cristo está manifestándose en esa persona por medio de su conducta semejante a Cristo y si esa persona conoce la palabra de Dios y vive en la práctica lo que Dios dice allí.
La cuarta consulta para el programa de hoy, dice así: Entiendo que Usted enseña que la salvación no se pierde. Pues yo sé de un caso muy triste de un pastor que también enseña esta doctrina. Me consta que este pastor es un hombre totalmente impío y sin embargo, dice que como es salvo nunca va a perder su salvación. ¿Qué piensa Usted de esto?
Asumiendo que lo que Usted dice sobre este pastor es absolutamente verídico, me refiero a que este pastor vive en pecado, entonces se aplicaría a él lo que dice 1 Juan 3:7-9 donde leemos: “Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” El texto no puede ser más claro. El que practica el pecado es del diablo. El hecho que esta persona, aunque llamándose pastor, practica el pecado, o vive en pecado, es señal de que esta persona no es de Dios sino del diablo. Por tanto no es salvo aunque se llene la boca diciendo que lo es. Si fuera salvo, no practicaría el pecado, o no viviría en pecado. No olvide lo que dijo el Señor Jesucristo en Mateo 7:20 “Así que, por sus frutos los conoceréis” La salvación no se pierde y los genuinamente salvos jamás van a vivir en pecado o practicar el pecado.
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