Desde Perú nos escribe un amigo oyente para consultarnos si María Magdalena es la hermana de Marta y Lázaro y a qué se debe el uso del nombre “Magdalena”

Gracias por su consulta. María Magdalena y María la hermana de Marta y Lázaro son personas diferentes, amigo oyente. María Magdalena era originaria de la ciudad de Magdala, una pequeña ciudad entre Capernaúm y Tiberíades, en la costa del mar de Galilea. El nombre “Magdalena” que se adjunta al nombre de esta mujer, significa justamente: originaria de Magdala. De esta mujer nos habla Lucas 8:1-2 donde dice: Aconteció después,  que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas,  predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios,  y los doce con él,

Luk 8:2  y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades:  María,  que se llamaba Magdalena,  de la que habían salido siete demonios,

En cambio la otra mujer que también se llamaba María era originaria de Betania, un pueblito muy cerca de Jerusalén, en Judea. Note lo que dice Juan 11:1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro,  de Betania,  la aldea de María y de Marta su hermana.

En resumen entonces, se trata de dos mujeres diferentes, ambas con el mismo nombre, María, pero para diferenciarlas, a una de ellas se añade un nombre que indica el lugar de donde era, María Magdalena, María de Magdala. La otra era de Betania, hermana de Marta y Lázaro.

La segunda consulta del amigo oyente de Perú dice así: Usted dijo que los ángeles tienen la capacidad de tomar forma humana o de adoptan forma humana. ¿A qué se refiere esto de tomar o adoptar forma humana? ¿Será que su cuerpo es similar al humano? Pregunto esto porque me hicieron la pregunta de qué pasa si a un ángel en forma humana le disparan, ¿Se morirá?

La Biblia muestra que los ángeles son seres espirituales. Hablando de ellos, Hebreos 1:14 dice: ¿No son todos espíritus ministradores,  enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

Los espíritus no tienen cuerpo, sin embargo son personas porque poseen intelecto, voluntad y emociones o sentimientos. La Biblia muestra también que los ángeles fueron creados por Dios en algún momento, y no tienen capacidad de reproducción en su misma especie y tampoco mueren. Colosenses 1:16 dice: Porque en él fueron creadas todas las cosas,  las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,  visibles e invisibles;  sean tronos,  sean dominios,  sean principados,  sean potestades;  todo fue creado por medio de él y para él.

Además de todo esto, la Biblia enseña que a pesar de ser seres espirituales sin cuerpo, algunos ángeles han aparecido a los hombres y los hombres han podido verlos, hablar con ellos y hasta comer con ellos. De esto se desprende que Dios permite a algunos ángeles a tomar o adoptar forma humana temporalmente de modo que puedan relacionarse con los hombres para cumplir con los propósitos de Dios. Lo que esto significa simplemente es que a los ojos de los hombres, los ángeles que han adoptado forma humana, parecen como si tuvieran cuerpo humano, pero en realidad son seres espirituales. No me atrevo a especular qué pasa cuando un ángel que ha adoptado forma humana es impactado por una bala. No tengo evidencia bíblica para responder esto.

Desde Puyo, Pastaza, Ecuador nos ha llegado esta consulta. Sabemos que cuando un creyente muere va al cielo, pero antes de la venida de Jesús ¿a dónde iba el alma de un creyente cuando moría? La Biblia menciona que en el momento de la muerte de Jesús se levantaron algunos muertos de sus tumbas, me pregunto si acaso sus espíritus estaban todavía en sus tumbas.

Bueno, para tener claros los conceptos permítame señalar, que cuando cualquier persona muere físicamente, no importa si es creyente o no creyente, y no importa en qué época de la humanidad haya vivido, el cuerpo muerto va a la tumba, bajo tierra, o en nicho, o en cualquier otro lugar donde por alguna circunstancia queda el cuerpo muerto. En cambio, con el espíritu y alma de los que mueren físicamente, es un asunto totalmente diferente. En el caso de los creyentes, antes de la muerte y resurrección de Cristo, el alma y espíritu de ellos iba a un lugar llamado el Seno de Abraham. Era básicamente un lugar de reposo, de dicha y bendición, en el cual los creyentes en espíritu y alma esperaban la resurrección física, al final de la Tribulación. En el caso de los incrédulos, independientemente de la muerte y resurrección de Cristo, sus almas y espíritus iban a un lugar de tormento en fuego, que el Nuevo Testamento llama simplemente Hades, en el cual esperaban la resurrección física antes del juicio del gran trono blanco, para ser arrojados a su destino final llamado lago de fuego o infierno. Todo esto se hace evidente en la historia de Lázaro y el rico, relatada por le Señor Jesús. Lucas 16:22-25 dice: Aconteció que murió el mendigo,  y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham;  y murió también el rico,  y fue sepultado.

Luk 16:23  Y en el Hades alzó sus ojos,  estando en tormentos,  y vio de lejos a Abraham,  y a Lázaro en su seno.

Luk 16:24  Entonces él,  dando voces,  dijo:  Padre Abraham,  ten misericordia de mí,  y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,  y refresque mi lengua;  porque estoy atormentado en esta llama.

Luk 16:25  Pero Abraham le dijo:  Hijo,  acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida,  y Lázaro también males;  pero ahora éste es consolado aquí,  y tú atormentado.

La muerte y resurrección de Cristo causó un cambio en el destino de las almas y espíritus de los creyentes, mas no en el destino de las almas y espíritus de los incrédulos. Es así como después de la muerte y resurrección de Cristo las almas y espíritus de los creyentes van directamente al cielo, la morada de Dios, según lo que dice textos como 2 Corintios 5:6-9 donde dice: Así que vivimos confiados siempre,  y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo,  estamos ausentes del Señor

2Co 5:7  (porque por fe andamos,  no por vista);

2Co 5:8  pero confiamos,  y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo,  y presentes al Señor.

2Co 5:9  Por tanto procuramos también,  o ausentes o presentes,  serle agradables.

Mientras estamos vivos en este mundo, nuestro espíritu y alma moran en nuestros cuerpos, en estas circunstancias estamos físicamente ausentes del Señor. Cuando morimos, me refiero a los creyentes, nuestro espíritu y alma salen de nuestro cuerpo donde hasta ese momento habían morado y van inmediatamente al cielo a la presencia inmediata del Señor. Estamos físicamente presentes al Señor. Muy bien, con esto en mente vayamos a su consulta con respecto a las personas que resucitaron con ocasión de la muerte del Señor Jesús. El relato se encuentra en Mateo 27:50-53 donde dice: Mas Jesús,  habiendo otra vez clamado a gran voz,  entregó el espíritu.

Mat 27:51  Y he aquí,  el velo del templo se rasgó en dos,  de arriba abajo;  y la tierra tembló,  y las rocas se partieron;

Mat 27:52  y se abrieron los sepulcros,  y muchos cuerpos de santos que habían dormido,  se levantaron;

Mat 27:53  y saliendo de los sepulcros,  después de la resurrección de él,  vinieron a la santa ciudad,  y aparecieron a muchos.

Mateo es el único que menciona este milagro. El Nuevo Testamento no dice absolutamente nada más sobre estas personas que murieron y resucitaron, por lo cual parecería que no permanecieron mucho tiempo en la tierra una vez que resucitaron. No se puede saber con certeza tampoco si el cuerpo que recibieron estas personas fue un cuerpo glorificado inmortal o un cuerpo resucitado pero mortal, como el de Lázaro de Betania, quien volvió a morir algún tiempo después de haber resucitado. Algunos intérpretes, piensan que estas personas que resucitaron recibieron cuerpos glorificados y poco tiempo después de aparecer a muchos en Jerusalén fueron arrebatados al cielo. Si esto fuera así sería una especie de anticipo de lo que el Nuevo Testamento profetiza en cuanto a la resurrección y traslado al cielo de los creyentes, en lo que se conoce como el Rapto o Arrebatamiento. Otros intérpretes piensan que estas personas que resucitaron recibieron cuerpos mortales y por tanto volvieron a morir físicamente en algún momento. No se puede ser dogmático en cuanto a esto. En todo caso, amable oyente, los espíritus y almas de las personas que resucitaron cuando el Señor Jesús murió en la cruz, estaban en el Seno de Abraham, no en una tumba, y al resucitar, esos espíritus y almas pasaron a morar en un cuerpo resucitado. No se puede precisar si esos cuerpos resucitados fueron glorificados como para no volver a morir, o mortales como el cuerpo resucitado de Lázaro de Betania, quien a pesar de haber resucitado volvió a morir.

 

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