La primera consulta de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Central George Washington, Villa Clara, Cuba. Dice así: ¿Hay evidencia bíblica para aceptar que el Anticristo sea el mismo Satanás tomando cuerpo humano? ¿Podríamos pensar que así como en la persona de Jesús, Dios se manifestó en carne para salvación, en la persona del Anticristo, se manifestará Satanás en carne para realizar un esfuerzo supremo contra Dios?
La palabra de Dios, amigo oyente, no contiene evidencia alguna para afirmar que el Anticristo es la persona de Satanás en forma humana. Existen varias pruebas para demostrar que Satanás y el Anticristo son dos personas diferentes. Solamente vamos a considerar dos, que a mi modo de ver son concluyentes para demostrar este enunciado. Demos lectura al texto que se encuentra en Apocalipsis 16:13 donde dice: “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas” Primeramente, identifiquemos a los personajes de quienes habla este texto. El dragón, según Apocalipsis 20:2 es Satanás. Luego tenemos a la bestia, según Apocalipsis 13:1 es el Anticristo. El otro personaje ya se identifica en el mismo texto como el falso profeta. De esta tríada satánica salen tres espíritus inmundos a manera de ranas. Lo notable para nuestro propósito, es ver que en el mismo tiempo, y en el mismo lugar se encuentran tanto Satanás como el Anticristo; por tanto no podrían ser la misma persona, sino personas diferentes. Otra cita que también nos ayuda a llegar a la misma conclusión es Apocalipsis 20:10 donde dice: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Este evento tendrá lugar al final del milenio; después que Satanás sea liberado por un poco de tiempo y salga a engañar a las naciones y reunir gente como la arena del mar y sitiar a Israel y su capital para luego ser consumidos con fuego que descenderá del cielo. Acto seguido, Satanás es lanzado al lago de fuego y azufre, y ¡Oh sorpresa! ¿Quiénes estaban allí? La bestia o Anticristo y el falso profeta. Por tanto Satanás y el Anticristo necesariamente deben ser dos personas distintas. Si este argumento lógico no es suficiente prueba para demostrar que Satanás y el Anticristo son distintas personas, permítame indicar que la Biblia presenta el origen del Anticristo y de ninguna manera se insinúa siquiera que el Anticristo podría ser una encarnación de Satanás. Apocalipsis 13:1 dice: “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.” La bestia o Anticristo sube del mar. Según Apocalipsis 17:15, el mar representa a los pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Por tanto el Anticristo se levantará del mundo gentil, mas no como una encarnación de Satanás. El desastre que causará este perverso ser será basto, su poder será extraordinario porque según Apocalipsis 13:2 estará vigorizado por Satanás. Dice así este versículo: “Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.” Aquí vemos que Satanás confiere al Anticristo su poder, su dominio y su autoridad. Pero esto no es lo mismo que decir que Satanás se ha encarnado en la persona del Anticristo, porque como ya se mencionó, se los ve a los dos en el mismo lugar y en el mismo tiempo.
La segunda consulta del amigo oyente de Central George Washington, Villa Clara, Cuba, dice así: ¿Se irá el Espíritu Santo de la tierra a raíz del arrebatamiento de la iglesia? Si fuera así, ¿Cómo se convertirá la gente durante la tribulación? Porque es el Espíritu Santo quien guía al incrédulo a la verdad y convence al mundo de pecado según Juan 14:26 y Juan 16:13
Si el Espíritu Santo se fuera de la tierra a raíz del arrebatamiento de la iglesia, entonces se darían serios cuestionamientos de orden teológico, que serían muy válidos. Estoy de acuerdo con Usted en que, por ejemplo, habría que cuestionar la salvación durante la tribulación. ¿Cómo podría haber salvación en la tribulación sin la intervención del Espíritu Santo? No habría manera. Pero más importante todavía, pensemos en los atributos del Espíritu Santo. Si creemos que el Espíritu Santo es Dios, como en verdad lo es según el testimonio bíblico, entonces no podríamos afirmar que él no esté en determinado lugar y en determinado momento, porque siendo Dios, el Espíritu Santo es omnipresente, es decir que está en todo lugar al mismo tiempo. Estas dos consideraciones solas, nos deben hacer meditar en que cuando decimos que la iglesia es arrebatada, no estamos implicando que el Espíritu Santo se va también de la tierra. La idea errónea de que el Espíritu Santo se va de la tierra a raíz del arrebatamiento, surge de una mala interpretación del pasaje bíblico que se encuentra en 2 Timoteo 2:1-12 en el cual se habla de algo que en la actualidad está deteniendo el misterio de iniquidad. Vamos a dar lectura solamente a los versículos 7-8 para proporcionar una breve explicación. Dice así: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” Los creyentes de Tesalónica estaban preocupados, temiendo que el arrebatamiento ya había sucedido y que por tanto estaban ya en el día del Señor. Las persecuciones que estaban sufriendo, a las cuales hace referencia el primer capítulo, les habían arrastrado al error. Pablo les escribe para corregir este error. Primero les muestra que el día del Señor no podía cumplirse hasta tanto el mundo no se entregue a una apostasía generalizada. Segundo, Pablo revela que primero debe manifestarse el hombre de pecado o el hijo de perdición o el Anticristo. El argumento de Pablo en el versículo 7 es que aunque el ministerio de iniquidad estaba en acción en sus días, esto se refiere al sistema ilícito que al llegar a su clímax traerá al Anticristo, sin embargo, este misterio estaba siendo detenido o frenado. En otras palabras, algo o alguien está deteniendo que el propósito de Satanás llegue a su culminación. Las explicaciones en cuanto a que lo que detiene es el gobierno humano, o las leyes, o la religión, etc. no satisfacen por cuanto todas estas instituciones continuarán en la tierra, en cierta medida, después de la manifestación del Anticristo. Parece por tanto, que el único que podría llevar a cabo tal ministerio de detener la manifestación del Anticristo sería el Espíritu Santo. Sin embargo, lo que aquí está implicado es que mientras el Espíritu Santo resida en la iglesia, que es su templo, esta obra de detenimiento continuará, y el Anticristo no podrá manifestarse. Sólo cuando la iglesia, el templo, sea quitado de en medio, entonces este ministerio de detenimiento cesará, y la iniquidad tendrá el campo abierto para que se manifieste el Anticristo. Debe notarse que el Espíritu Santo no se va de la tierra con el arrebatamiento, ni deja de ser omnipresente con el arrebatamiento, pero su ministerio, o su obra de detenimiento de la iniquidad para la manifestación del Anticristo, la cual es realizada por medio o a través de la iglesia, cesará con el arrebatamiento de la iglesia. Recapitulando entonces, cuando la iglesia sea arrebatada, cesará el ministerio de detenimiento del misterio de iniquidad, pero el Espíritu Santo seguirá presente en la tierra durante la tribulación y todo lo que vendrá después. Esto nos conduce a pensar en que no existe ningún obstáculo para que esté disponible la salvación para todo pecador durante la tribulación. En este período, la salvación será por fe, aparte de las obras, como siempre lo ha sido. El individuo que es aceptado por Dios es el individuo que cree en Dios y cree a Dios. La salvación en la tribulación será sobre la base del sacrificio de Cristo en la cruz. El Apóstol Juan vio a una multitud de salvos delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos. Cuando se le informó acerca de quienes eran estas personas se le dijo: “Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” Por último, la salvación durante la tribulación será por la obra de Dios mediante el Espíritu Santo. La salvación ha sido siempre la obra de Dios mediante el Espíritu Santo, esté o no presente la iglesia en la tierra. Eso fue lo que dijo Jesús aún antes que exista la iglesia, según Juan 3:5 donde dice: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” En resumen, con el arrebatamiento no se va el Espíritu Santo de la tierra sino que cesa su ministerio del detenimiento del misterio de iniquidad,que da paso al surgimiento del Anticristo durante la tribulación. En la tribulación habrá salvación por fe, sobre la base del sacrificio de Cristo en la cruz y por la obra del Espíritu Santo.
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