La primera consulta para el programa de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador. Dice así: ¿Qué habrá pasado con el arca del testimonio que solía estar en el lugar santísimo del tabernáculo y posteriormente en el lugar santísimo del templo de Jerusalén?
Gracias por su consulta. El arca del pacto o el arca del testimonio era una especie de cofre o urna que medía aproximadamente 113 centímetros de largo, por 68 centímetros de ancho y por 68 centímetros de alto. Estaba construida de madera de acacia, cubierta de oro puro por dentro y por fuera, tenía sobre ella una cornisa de oro alrededor. Además tenía cuatro anillos de oro en sus cuatro esquinas, por las cuales se introducía unas varas de madera de acacia cubiertas de oro, con la finalidad de transportarla de un lado a otro. Este cofre estaba cubierto por una tapa conocida como el propiciatorio, el cual estaba construido de oro fino, con dos querubines de oro, labrados a martillo en los dos extremos del propiciatorio. Los querubines extendían por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio. Los rostros de los querubines estaban frente a frente mirando hacia el propiciatorio. Dios se manifestaba a su pueblo desde los dos querubines que están sobre el arca del testimonio. Dentro del arca estaba el testimonio de Dios o los objetos que representan la actividad de Dios entre su pueblo. Estos objetos eran las tablas de piedra en las que estaban grabados los diez mandamientos, la vara de Aarón que reverdeció y una vasija de oro con el maná. En el libro de Deuteronomio capítulo 31 versículo 26 se menciona que al lado del arca estaba el Pentateuco escrito por Moisés. Algunos intérpretes bíblicos creen que en realidad estaba dentro del arca del testimonio. Este mueble estaba localizado en la parte más interior del Tabernáculo, conocido como el lugar santísimo. Más tarde, una vez que se construyó el templo de Jerusalén, el arca del testimonio fue puesta en el lugar santísimo del templo. Una pesada cortina, conocida con el nombre de velo, dividía el lugar santo del lugar santísimo. Solamente el sumo sacerdote y una vez por año, en el día de expiación, podía entrar al lugar santísimo, para rociar el propiciatorio con la sangre de un macho cabrío inmolado. El último rastro del arca en la Biblia, se encuentra en 2 Crónicas 35:3 donde dice: “Y dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel, y que estaban dedicados a Jehová: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que no la carguéis más sobre los hombros. Ahora servid a Jehová vuestro Dios, y a su pueblo Israel.” Este texto es parte de las reformas que hizo el rey Josías, en el templo, luego que su abuelo Manases y su padre Amón lo contaminaron colocando y adorando ídolos. Al menos dos cosas son dignas de notarse en este texto. Primero, que el arca fue sacada del lugar santísimo del templo en algún momento antes de lo que relata este texto. Por eso es que Josías está pidiendo a los levitas que pongan el arca santa en el templo que edificó Salomón, hijo de David. El autor Randall Price, en su libro titulado: En Busca de los Tesoros del Templo, sugiere que el arca fue sacada entre los años 695 a 642 cuando el rey de Judá Manases puso ídolos dentro del templo, incluyendo el lugar santo y el lugar santísimo. Segundo, después del reinado de Josías, la condición moral y espiritual del pueblo de Israel no cambió en absoluto. Era inminente por tanto que Dios iba a derramar su ira sobre Israel por medio de entregarles a sus enemigos de turno, los babilonios. Ante este peligro, es muy probable que piadosos levitas se adelantaran a los acontecimientos escondiendo el arca del testimonio, de modo que no sea capturada por los babilonios. Esta hipótesis se ve fortalecida por el hecho que la Biblia no registra que los babilonios hubieran transportado el arca del testimonio en alguna de las tres deportaciones de judíos. Además, hasta donde se sabe, no existe mención de la presencia del arca en el segundo templo. Todo esto ha rodeado de un velo de misterio el destino final del arca del testimonio. Esto ha sido caldo de cultivo para todo tipo de especulaciones. Algunas totalmente disparatadas como las que han enriquecido las arcas de Hollywood, la meca del cine, otras mucho más creíbles, como aquella que el arca del testimonio y algunos otros utensilios del templo están escondidos en alguna cámara secreta subterránea en el sitio donde se levantaba el templo de Jerusalén. ¿Cuán verídico será esto? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Por ahora, solo Dios sabe con certeza lo que sucedió con la famosa arca del testimonio.
La segunda consulta de hoy nos ha sido hecha por uno de nuestros amables oyentes de Quito, Ecuador. Dice así: ¿Qué es el Bullingerismo?
El Bullingerismo es un sistema particular de interpretación de la Biblia, desarrollado por el Dr. E. W. Bullinger, cuyo nombre está íntimamente relacionado con un enfoque ultra dispensacional de la Biblia. El Dr. Bullinger fue un clérigo de la Iglesia de Inglaterra, hoy ya fallecido. Fue un escritor prolífico y al menos en sus inicios fue muy fiel a la sana doctrina, tal cual como aparece en la Biblia. Lamentablemente con el paso de los años, comenzó a desviarse y desarrolló un sistema de interpretación bíblica que ha causado mucho daño al cristianismo. Ignorando por ejemplo lo que Jesús dijo a la nación de Israel, según Mateo 23:38: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta.” En clara alusión a que Dios ha puesto a un lado a Israel temporalmente, el Dr. Bullinger enseñó que todo el libro de Hechos fue el llamado final de Dios a Israel, y que las iglesias de las cuales se habla en ese libro fueron simplemente asambleas comparables a las sinagogas judías, pero que la Iglesia, el cuerpo de Cristo, no llegó a existir sino hasta después de que Pablo fue hecho prisionero por los Romanos. Fallando en reconocer que en el libro de los Hechos, Dios está llamando primeramente de entre los judíos y luego de entre los gentiles, un pueblo para su nombre, lo cual constituye el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, el Dr. Bullinger se confundió totalmente y confundió a muchos otros. Su sistema de interpretación de la Biblia implica en esencia el rechazo de todas las epístolas generales, es decir: Santiago, 1 y 2 de Pedro, 1, 2, y 3 de Juan y Judas, y de todas las epístolas Paulinas que no fueron escritas desde la prisión. Es decir, 1 y 2 a Tesalonicenses, Romanos, 1 y 2 a los Corintios y Gálatas. En lo que a las cartas paulinas se refiere, aceptaba solamente Efesios, Filipenses, Colosenses, Filemón, 1 y 2 a Timoteo y Tito. Por cuanto en las epístolas que Pablo escribió desde la prisión, no hace énfasis en el bautismo en agua, ni la cena del Señor, el Bullingerismo rechaza estas ordenanzas y dice que no tienen aplicación en absoluto para la Iglesia de Cristo. A medida que el Dr. Bullinger iba envejeciendo se iba alejando más y más de la sana doctrina. En su vejez llegó a enseñar la doctrina conocida como “sueño del alma” según la cual, cuando una persona muere, pasa a un estado de inconciencia absoluta hasta el momento de la resurrección. Esto arrastró a que muchos de sus seguidores en Inglaterra, caigan en el error doctrinal conocido como aniquilamiento, que significa que en algún momento Dios eliminará del universo al pecado y a los pecadores. Otros, especialmente en Estados Unidos, fueron arrastrados al error doctrinal conocido como restauración final, que llevado a su máxima expresión obliga a pensar en la restauración final de Satanás y de los ángeles caídos.
La tercera consulta para el programa de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador. Dice así. En relación con Juan 19:34, ¿cuál fue el significado de la sangre y el agua?
Demos lectura al texto que se encuentra en Juan 19:34 donde dice: “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua” Este hecho real de la muerte de Cristo, tiene importancia capital. Por un lado, desde un punto de vista biológico, significa que Jesús había muerto físicamente antes que la lanza del soldado romano abriera su costado. Esto demuestra el error de los que creen que Jesús no murió en la cruz, sino que solamente sufrió un desmayo. Pero por otro lado tiene un significado espiritual muy profundo. La sangre nos debe hacer pensar en que está disponible el perdón absoluto de su pecado para todo pecador. Hablando de Jesús, Juan el bautista dijo lo siguiente, según Juan 1:29 “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” Como Cordero de Dios, Jesús tenía que ser ofrecido en sacrificio por el pecado. Tenía que derramar su sangre, porque sin derramamiento de sangre no se hace remisión o perdón de pecado, según Hebreos 9:22. En cuanto al agua, nos debe hacer pensar en la limpieza práctica y constante de la palabra de Dios. Efesios 5:25-26 dice: “así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” La exposición constante a la palabra de Dios permite que el creyente reconozca sus errores y tome las medidas correctivas que sean necesarias. La muerte de Cristo, hace posible que los creyentes sean perdonados de todo su pecado, pasado presente y futuro y permite que los creyentes aspiren a una vida de santidad.
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