Abrimos nuestro consultorio de hoy para dar respuesta a un amigo oyente de Quito, Ecuador quien dice así: Cuando en la cita de Efesios 2:8 dice “y esto no de vosotros” ¿a qué se refiere? ¿Solo a la fe? ¿Solo a la gracia? ¿O tanto a la fe como a la gracia?
Gracias por su consulta. Demos lectura al texto que Usted hace referencia. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” Este texto presenta un claro enunciado del sencillo plan de salvación. Todo se origina con la gracia de Dios. Es Dios quien toma la iniciativa para otorgar la salvación. La salvación es dada a aquellos que no la merecen en absoluto. Cristo Jesús lo hizo posible mediante su obra perfecta en la cruz. Esto es gracia. Supongamos que alguien hubiera asesinado a su único hijo. Bueno, si Usted hubiera tomado la justicia en su propia mano y hubiera quitado la vida al asesino, eso sería venganza, si el asesino hubiera sido apresado, procesado y sentenciado, eso sería justicia. Pero si Usted adoptara a ese asesino como su hijo y lo hiciera heredero de toda su fortuna, eso sería gracia. Pues esto último es lo que hace Dios al otorgar la salvación al pecador. ¿Sabía Usted que, en el fondo, fuimos nosotros pecadores, quienes llevamos a la cruz al Hijo de Dios, el Señor Jesucristo? Pero a pesar de eso, Dios no se vengó contra nosotros ni nos hizo pagar lo que justamente merecemos, sino que nos adoptó como hijos adultos en su familia y nos ha hecho herederos de su cuantiosa fortuna. Esto es gracia y solo alguien como Dios puede lograrlo. Porque por gracia sois salvos. Note la conjugación del verbo ser. Está en tiempo presente. No dice fuisteis salvos, tampoco dice seréis salvos. Dice sois salvos. Esto significa que desde el momento que recibimos a Cristo como nuestro Salvador somos salvos y será así por la eternidad. Nada ni nadie puede cambiar esta gloriosa realidad. La manera de recibir el regalo de la vida eterna es mediante la fe. La fe en un sentido, es como la mano que se extiende para tomar el regalo de la salvación. Fe es confianza plena en la persona que ofrece el regalo de la salvación. Es entonces cuando la Biblia declara: y esto no de vosotros, pues es don de Dios. La gran pregunta es: ¿A qué se refiere el pronombre demostrativo “esto”? Para saberlo debemos tomar en cuenta que el pronombre demostrativo que se ha traducido como “esto” está en género neutro en el idioma en que se ha escrito el Nuevo Testamento. Es decir, que el sustantivo al que hace referencia debe coincidir en cuanto a género con el pronombre demostrativo. El sustantivo gracia es de género femenino, el “esto” por tanto no puede referirse a la gracia. El sustantivo fe también es de género femenino, el “esto” por tanto no puede referirse a la fe. Entonces, ¿a qué puede referirse? Pues se refiere a todo lo que está implicado en la salvación. Por eso es que está en género neutro. Es decir, tanto a la gracia, como a la fe por la cual se recibe la salvación. En otras palabras, la salvación que es por gracia y que se recibe por la fe, es un don de Dios, o un regalo de Dios. Todo es de Dios, el hombre no tiene nada de mérito en la salvación. Aún la fe que el hombre necesita ejercitar para recibir la salvación, proviene de Dios. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Lo que este texto está diciendo es que mientras la persona lee o escucha la palabra de Dios con atención, brota en su alma la fe como una manifestación del poder soberano de Dios. Es por esta razón que cuando hablamos a un incrédulo acerca de su necesidad de salvación, no es suficiente que el incrédulo oiga nuestras palabras sino que él mismo las lea en la Biblia, tratando de entender su significado. Es la forma como Dios produce la fe para recibir el regalo de la salvación por gracia.
La segunda consulta para el programa de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador. Dice así: Varios de los personajes importantes del Antiguo Testamento como Abraham, Jacob, David, Salomón, etc. tuvieron más de una esposa. ¿Será acaso que la poligamia era permitida en el Antiguo Testamento?
Gracias por su consulta. La poligamia, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento es contraria a la voluntad de Dios. Note lo que Jesús dijo al respecto en Mateo 19:4-5 “Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” Este fue el principio regulador para el matrimonio desde que Dios creó al hombre y a la mujer en el huerto de Edén. Varias cosas dignas de mencionarse dentro de este principio. El matrimonio es heterosexual. Esto significa entre un hombre y una mujer. No entre un hombre con un hombre o entre una mujer con una mujer. Dios condena la homosexualidad. El matrimonio es monógamo. El texto no dice: Por esto el hombre dejará padre y madre y se unirá a sus mujeres. La Biblia es clara cuando dice que el hombre se unirá a su mujer. Singular. No más de una. Tampoco una a la vez, tantas veces como quiera. Además, el matrimonio es autónomo. Los casados no deben propiciar ni permitir que los padres de los cónyuges se inmiscuyan en el matrimonio. Este principio divino para el matrimonio siempre ha estado en vigencia en el mundo y siempre lo estará, mientras en el mundo haya matrimonios. El hecho que algunas personas en el Antiguo Testamento hayan desobedecido este principio para el matrimonio, no anula o invalida el principio. Simplemente manifiesta la dureza de su corazón para obedecer los mandatos de Dios. Como cualquier otro pecado que el hombre comete, este pecado tuvo serias consecuencias en los que lo cometieron. Fíjese por ejemplo el caso de Salomón. 1 Reyes 11:1-4 dice: “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.” Esta fue la triste consecuencia de la poligamia en Salomón. Este hombre comenzó una carrera muy prometedora delante de Dios. Pero a medida que pasaba el tiempo se enredó más y más con muchas mujeres. Terminó en lo más bajo que podía caer un israelita, en la idolatría. Así que, amigo oyente, Dios nunca ha aprobado la poligamia, tampoco se ha hecho de la vista gorda con los que cometieron poligamia en la época del Antiguo Testamento. Todos los polígamos habrán cosechado las consecuencias de su pecado. El principio divino de matrimonios heterosexuales, monógamos y autónomos siempre ha estado en vigencia, porque esa es la voluntad de Dios para el matrimonio.
La tercera consulta para el programa de hoy, nos ha sido hecha por uno de nuestros oyentes de Quito, Ecuador. Dice así: Si una pareja se ama con sinceridad y delante de Dios hacen un compromiso de fidelidad mutua hasta que la muerte los separe, y comienzan a vivir juntos como esposos ¿Por qué es necesario que se casen por lo civil y también por la iglesia?
Para responder a esta consulta, es necesario tomar en cuenta que el matrimonio es un compromiso solemne al cual se someten dos personas, un hombre y una mujer, libre y voluntariamente, y que se efectúa en diversas esferas. En primer lugar en la esfera espiritual, ante Dios. Marcos 10:7-9 dice: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” Esta es la voluntad de Dios para el matrimonio. La pareja que se casa debe hacer un solemne compromiso ante Dios, quien estableció el matrimonio, de someterse a todas las demandas de Dios para el matrimonio. Es aconsejable que este voto o compromiso solemne se haga en presencia de testigos. Por eso es que se acostumbra, en el caso de los creyentes, realizar una ceremonia con la iglesia como testigos. Además, la ceremonia religiosa es una especie de anuncio público de que la pareja ya se ha casado. De esta manera a nadie le causará sorpresa que los dos estén viviendo juntos. Pero el compromiso solemne también tiene que hacerse ante las autoridades civiles, conforme a las leyes de cada país. Note lo que dice Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridades sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” Si la ley dice que es necesario casarse por lo civil, los creyentes tenemos que someternos a esa ley sin pensarlo dos veces. Recuerde que las leyes han sido establecidas para el bienestar de la humanidad. Celebrando este compromiso solemne en estas dos esferas, nadie tendrá motivo para escandalizarse al ver a una pareja que viven como esposos sin haberse casado. Está bien amarse, prometerse fidelidad mutua y todo lo demás, pero para que todo esté perfecto es necesario hacer este compromiso ante Dios con testigos y ante las autoridades civiles.
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