La primera consulta para el programa de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador y dice así: Muchos pastores y predicadores exhortan a los creyentes a orar por los misioneros, pero no nos enseñan como hacerlo. ¿Podrían Ustedes darme algunas ideas para orar por los misioneros con sabiduría?
Claro que sí. Con mucho gusto amigo oyente. La realidad es que los misioneros tienen necesidades muy variadas. Muchas de ellas son necesidades muy personales y específicas para cada misionero. Para saber cuáles son esas necesidades, lo mejor sería ponerse en contacto con cada misionero y averiguar cuáles son esas necesidades personales por las cuales ese misionero quisiera que se ore al Señor. Pero aparte de las necesidades personales, existen necesidades que son comunes a todo misionero y a mí me gustaría compartir algunas de ellas, para que Usted pueda orar por los misioneros de una forma efectiva. En primer lugar ore por denuedo. Pablo pidió a los creyentes de Efeso que pidan a Dios por denuedo en él. Note lo que dice Efesios 6:19 “y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” La palabra denuedo significa brío, esfuerzo, valor, intrepidez. La persona con denuedo sigue hacia delante a pesar de cualquier obstáculo que se ponga en el camino. Pablo quería ser un hombre así. Sin importar los obstáculos quería dar a conocer el misterio del evangelio. Por eso estaba pidiendo a los creyentes que oren por él para que tenga denuedo. Es tan fácil sentirse desanimado en el campo misionero. A veces las cosas no se dan como el misionero ha planificado. A veces se levantan obstáculos que parecen insalvables y cosas así tienden a desanimar a los misioneros. Podemos hacer mucho pidiendo a Dios en oración por ellos para que Dios les dé denuedo. En segundo lugar, ore por aceptación. Permítame leer el texto que se encuentra en Romanos 15:31 donde dice: “para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta” Aceptación es un bien altamente cotizado por los misioneros. En cualquier campo misionero, es extremadamente importante que un misionero se sienta aceptado. A veces, las diferencias de cultura se levantan como un enorme obstáculo para que los misioneros sean aceptados en una cultura diferente. Ore para que el servicio de los misioneros sea acepto en dondequiera que los misioneros estén. En tercer lugar, ore por puertas abiertas. Colosenses 4:2-3 dice: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso” Puertas abiertas para la palabra. Eso es lo que todo misionero quisiera ver en su ministerio. Dios es quien tiene la llave de esas puertas y es necesario que los creyentes estemos orando para que Dios abra esas puertas. En cuarto lugar, ore para que los misioneros sean confortados. El apóstol Pablo estaba tan agradecido por personas que le confortaron. Note lo que dijo en 2 Timoteo 1:16 “Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas.” El trabajo de Pablo y sus frecuentes persecuciones iban minando su espíritu. Pero Dios puso cerca de él personas como Onesíforo para confortarlo y ayudarlo a recuperar fuerzas para continuar con su ministerio. Ser un misionero no es un asunto fácil. En determinadas circunstancias los misioneros se cansan, se frustran, se agotan. Por falta de ser confortados, muchos misioneros abandonan el campo misionero. Cuan importante es que los creyentes oremos a Dios para que levante personas alrededor de los misioneros para que los conforten. Mejor todavía, que bueno sería si alguno de nosotros pudiera ir a visitar a un misionero en el campo misionero con el solo propósito de confortarlo. Si no podemos ir, al menos podemos orar para que los misioneros sean confortados. En quinto lugar, ore por protección. 2 Tesalonicenses 3:1-2 dice: “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.” El campo misionero de Pablo no era un lecho de rosas. Había hombres perversos y malos que estaban acechando a Pablo. Por eso pide a los creyentes de Tesalónica que oren al Señor para ser liberado de estos hombres perversos y malos. Igual es con los misioneros hoy en día. Estar en el campo misionero no es como estar de vacaciones. Los misioneros son los que están en el frente de batalla, luchando contra un enemigo muy poderoso. Un enemigo que no escatima esfuerzo alguno para causar daño. Cuánto hace falta que los creyentes oremos por protección de Dios para los misioneros y en general para todos los que estamos ocupados en el servicio al Señor. Es increíble el poder para hacer daño en algunas personas que se levantan alrededor nuestro para estorbar el trabajo para el Señor. Ore amigo oyente para que el Señor en su gracia nos proteja de hombres perversos y malos. En sexto lugar, ore por provisión. 1 Corintios 16:5-6 dice: “Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir” Pablo esperaba que los creyentes de Corinto provean lo suficiente para que pueda continuar con su ministerio. Sin provisión suficiente no se puede hacer la obra misionera. De allí la necesidad que personas contribuyan económicamente con el sustento para los misioneros. Ore para que los misioneros tengan lo necesario para hacer la obra que el Señor les ha encomendado. En séptimo lugar, ore por santidad. 1 Tesalonicenses 2:10 dice: “Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes.” Una vida de santidad era indispensable en Pablo para la ejecución apropiada de su ministerio. Satanás gana mucha ventaja cuando logra que un misionero caiga en algún pecado que ponga en mal predicamento el testimonio de alguna iglesia. Ore para que el Señor ayude a los misioneros a tener las manos limpias y el corazón puro. Aquí tiene mi amigo, algunos motivos de oración que le ayudarán a orar con sabiduría por los misioneros.
La segunda consulta de hoy nos ha sido hecha por un amigo oyente de Quito, Ecuador. Dice así: ¿Es el bautismo en agua esencial para la salvación?
No, amigo oyente. El bautismo en agua no es esencial para la salvación. Una de las muchas pruebas de esta declaración es lo que aconteció con uno de los dos ladrones que fue crucificado junto a Jesús. El relato de este evento se encuentra en Lucas 23:39-43 donde dice: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Allí lo tiene amigo oyente. Se trata de un hombre que en el filo mismo de su condenación eterna reconoció que Jesús, quien estaba siendo crucificado junto a él, tenía poder para perdonarle. En un arrebato de fe, este hombre dijo: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Con estas palabras estaba reconociendo a Jesús como su único y suficiente Salvador personal. En consecuencia, y sobre la base de la declaración de fe de este hombre, Jesús le dio lo que este hombre no merecía. Jesús le dio la salvación eterna. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Qué palabras tan benditas y solemnes. El hombre merecía castigo eterno, pero por la sola fe en Cristo Jesús le otorgó vida eterna. Poco tiempo después, Jesús murió y pagó el precio completo por el pecado del hombre. Mas tarde, en cuestión de horas, murió también el ladrón arrepentido. En lugar de ir al lugar de tormento, donde van todos los muertos que no han recibido a Cristo como Salvador, el ladrón arrepentido fue al paraíso, conforme a la palabra de Jesús. Ahora detengámonos a pensar un momento. ¿Tuvo el ladrón arrepentido la oportunidad de bautizarse en agua? ¿Será que le bajaron de la cruz para que alguien le bautice y luego le pusieron otra vez en la cruz para que se muera? Por supuesto que no. El ladrón arrepentido no tuvo la más mínima oportunidad de hacer ni siquiera una obra buena, peor bautizarse en agua y sin embargo fue salvo. Para ser salvo se necesita de la sola fe. El bautismo en agua y cualquier otra obra no son esenciales para la salvación. Esto no significa que los creyentes no deben bautizarse en agua o que no deben procurar hacer buenas obras. Recuerde que la salvación viene por la sola fe, pero la fe que salva nunca viene sola. Siempre produce obediencia a la palabra del Señor. La palabra de Dios enseña que los creyentes deben bautizarse en agua, no para ser salvos sino porque ya son salvos. La palabra de Dios enseña que los creyentes deben hacer buenas obras, no para ser salvos sino porque ya son salvos.
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