Nos ha escrito un amigo oyente de Zapotillo, Provincia de Loja, Ecuador. Luego de agradecernos porque a través de este programa llegó a conocer al Señor Jesucristo como su Salvador, nos hace la siguiente consulta: En Mateo 28:19 dice que los discípulos deben ser bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Pero en Hechos 10:48 se ve que los discípulos fueron bautizados solo en el nombre de Jesús. ¿Por qué?
No se imagina el gozo que sentimos al saber que Dios ha utilizado este programa radial para llevar las buenas nuevas de Salvación a su vida. Damos la gloria a Dios y le animamos a perseverar en la fe. Estamos dispuestos a colaborar en su crecimiento espiritual, en lo que esté a nuestro alcance. Con relación a su consulta, demos lectura al texto que se encuentra en Mateo 28:19 donde dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Por cuanto a Jesucristo se le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, Jesucristo resucitado ordena a sus discípulos a hacer más discípulos entre las naciones. Los nuevos discípulos deberán ser bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. De aquí nace la práctica de las iglesias Evangélicas de bautizar a los creyentes en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Hasta aquí no existe ningún problema para comprender. El problema viene cuando se encuentran textos en el libro de los Hechos en los cuales, aparentemente, no se bautizó aplicando la fórmula bautismal de Mateo 28:19. Tal es el caso de Hechos 2:38 donde se dice que los que recibieron a Cristo debían bautizarse en el nombre de Jesucristo. Lo mismo se ve en Hechos 8:16 donde los creyentes fueron bautizados en el nombre de Jesús. También en Hechos 19:5 dice que los creyentes fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Demos lectura al texto que Usted ha citado en su consulta y que se encuentra en Hechos 10:48 donde dice: “Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” Este texto es parte de la experiencia de Pedro en la casa de Cornelio. Mientras Pedro predicaba el evangelio, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Los judíos creyentes que acompañaban a Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Entonces intervino Pedro y dijo: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados esos que han recibido el Espíritu Santo? Nadie hizo ningún reparo a lo que Pedro dijo y por tanto Pedro mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. ¿Por qué en el nombre del Señor Jesús y no en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, como enseña Mateo 28:19? Bueno, no se trata de dos maneras de bautismo. No existen dos fórmulas bautismales. En todos los casos de bautismo en el nombre de Jesucristo o en el nombre de Jesús o en el nombre del Señor Jesús, se trató de un mismo bautismo, del único que existe, es decir en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Lo que pasa, muy probablemente, es que el autor del libro de Hechos, el médico e historiador Lucas, usó una figura de lenguaje llamada sinécdoque. Este es un tropo que consiste en extender, o restringir o alterar de algún modo la significación de las palabras para designar un todo con el nombre de una de sus partes o viceversa, un género con el de una especie o al contrario, una cosa con el de la materia de que está formado. Por ejemplo, a veces decimos que a una persona le hace falta el pan, para dar a entender que le hace falta todo tipo de alimentos. Otras decimos que un hombre blandió el acero para indicar que blandió la espada. Son ejemplos de sinécdoque. Igual cosa es cuando decimos que alguien fue bautizado en el nombre de Jesús. En realidad se está dando a entender que fue bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La siguiente consulta nos ha hecho una amiga oyente de Quito, Ecuador. Le gusta mucho la astrología y no puede vivir sin el horóscopo. Alguien le ha dicho que todo eso es satánico. Nos consulta si en realidad la astrología y el horóscopo son algo satánico.
Antes de responder a la consulta es necesario tener al menos una noción de lo que es la astrología. Voy a citar lo que sobre la astrología y el horóscopo aparece en el libro titulado: Demonios, Brujería y Ocultismo, escrito por Josh McDowell y Don Stewart. Sobre la astrología, dice que se trata de una práctica muy antigua que parte de una premisa según la cual la posición de las estrellas y los planetas tiene una influencia directa sobre las personas y los acontecimientos. Supuestamente, el esquema de la vida de una persona puede determinarse de antemano si se conoce la posición de las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento de dicha persona. Hasta aquí la cita de este autor. La premisa de que las estrellas y los planetas tienen influencia directa en el destino de los hombres no tiene fundamento científico alguno, peor bíblico. Por tanto se trata de algo empírico. Para creer en la astrología entonces se necesita de fe. El problema del que cree en la astrología es que su fe está puesta en algo vacío, en algo hueco, y peor todavía, en algo condenado por la palabra de Dios. Note lo que dice la palabra de Dios con respecto a la astrología, en Jeremías 10:2: “Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman” Las naciones y pueblos impíos, andan por el camino de la astrología. Ven a la astrología como una especie de dios que determina el destino de las personas. No hacen nada sin antes consultar a las estrellas y a los planetas. Presidentes de naciones poderosas de hoy en día tienen entre sus consejeros a renombrados astrólogos. Las decisiones de estado, en algunos países, deben ser evaluadas por los astrólogos antes de ser puestas en práctica. Pobre nuestro mundo, con razón que estamos tan mal. Con razón que las decisiones que toman muchos gobernantes agravan los problemas en vez de solucionarlos. Esta es la costumbre de la gente pagana. Pero hablando a los creyentes, la Biblia dice: No anden Ustedes por esos caminos. En otras palabras, amiga oyente, si Usted tiene temor y respeto a Dios, más aún, si Usted es una hija de Dios, es necesario que hoy mismo abandone cualquier contacto con la astrología. Queme todos los libros y revistas que tenga sobre astrología. Queme la colección de horóscopos que debe tener. Anule todas las suscripciones a los horóscopos. Borre de su agenda todos los números telefónicos o direcciones de sus astrólogos favoritos. Sobre todo, pida a Dios que pueda desarrollar un rechazo natural al aparentemente inocente horóscopo. El horóscopo no es un juego. No olvide que el horóscopo es el hijo indeseado de la astrología. Quiera Dios que a Usted le pase lo que me pasa a mí y a muchos otros creyentes. Cuando me encuentro con el horóscopo en los periódicos o cuando estoy leyendo una revista y al virar la página me encuentro con el horóscopo, se me eriza el cabello, se me pone la carne como de gallina, hasta me provoca náusea. Es mi rechazo natural a lo que yo sé que es contrario a la voluntad de Dios. Pero su consulta también tenía que ver con la vinculación entre la astrología y el horóscopo y Satanás. Con respecto a esto, es necesario señalar que toda actividad contraria a la voluntad de Dios está en último término orquestada por Satanás. El mismo nombre Satanás significa adversario. Es Satanás quien motiva e impulsa la astrología, porque Satanás sabe que la astrología es condenada por Dios. ¿Qué saca Satanás arrastrando a la humanidad hacia la astrología y el horóscopo? Pues mucho amiga oyente. Satanás es astuto por naturaleza. Cuando Satanás logra que una persona confíe en el horóscopo, habrá logrado una gran victoria. Esa persona dejará de confiar en Dios y pasará a confiar en la astrología. Al salir de su casa, esta persona ya no pondrá su mirada en Dios esperando de él la guía, la protección y la provisión. Esta persona buscará el horóscopo para que le diga como va a ser su día. Si el horóscopo le dice que va a tener un buen día, esta persona saldrá de su casa con una mente positiva, pero si el horóscopo le dice que va tener un mal día, esta persona saldrá de su casa deprimida, a la defensiva, esperando que pase lo peor. ¿Ve Usted el asunto? El dios con d minúscula llamado horóscopo ha sustituido al Dios con D mayúscula llamado Jehová. Una gran victoria para Satanás. Mientras más aleje de Dios a las personas, mejor para Satanás. La gente que confía en el horóscopo pide con vehemencia tener a los astros a su favor. Olvida de Dios y pide que los astros desempeñen el papel de Dios. Por esto la astrología y el popular horóscopo están íntimamente relacionados con Satanás. Bien harían las personas en someterse a la palabra de Dios y desterrar la astrología y el horóscopo de sus vidas. Termino con esta historia real que ilustra lo insensato de confiar en el horóscopo. El horóscopo dijo a un hombre que tendría un buen día. Sin embargo, este hombre se rompió la pierna en un accidente de trabajo justo ese día. Desilusionado llamó por teléfono al astrólogo y se quejó de que el horóscopo había fallado. El astrólogo le dijo: No, señor, el horóscopo no falló, Usted en realidad tuvo un buen día, porque si no hubiera tenido un buen día, Usted se habría roto la columna, no solo la pierna. Así que, agradezca al horóscopo. Más fácil es curarse de una pierda rota que de una columna rota. ¿Qué le parece, amiga oyente? Los horóscopos no son de confiar definitivamente.
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