Reciba cordiales saludos amigo oyente y la bienvenida a nuestro Consultorio Bíblico. Estamos listos para responder las consultas que nos han hecho llegar nuestros amigos oyentes. Si a Usted le gustaría enviarnos sus consultas, sírvase poner atención a la información que daremos al final de esta audición. Y ya está con nosotros David Logacho para responder a las consultad de hoy.

Nos escribe un amigo oyente, a través de Internet, para hacernos la siguiente consulta: Hebreos 6:18 dice que es imposible que Dios mienta, pero Mateo 19:26 dice que para Dios todo es posible. ¿Cómo se puede armonizar estas dos declaraciones?

La forma de armonizarlas, amigo oyente, es partiendo de lo que la Biblia declara en cuanto al carácter de Dios. Entre muchas de las declaraciones, tomemos esta que se encuentra en Salmo 77:13 donde dice: “Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?” Cuado decimos que Dios es santo, estamos hablando de un atributo de Dios por el cual está apartado totalmente de todo aquello que es intrínsecamente malo. Cuando decimos que los caminos de Dios son santos, estamos afirmando que todas las obras de Dios son hechas conforme a su carácter santo. Por eso es justamente que entre muchas cosas, Dios por ejemplo, no puede mentir. Leamos el texto citado por Usted. Se encuentra en Hebreos 6:18 donde dice: “para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.” Con sobrada razón este texto, afirma que es imposible que Dios mienta. La mentira es intrínsecamente mala y es de esperarse que Dios esté totalmente separado de ella. Pero ahora leamos el otro texto citado por Usted. Se encuentra en Mateo 19:26 donde dice: “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.” Jesús había dicho a sus discípulos que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Para ilustrar lo dicho, Jesús añadió que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Los discípulos se quedaron asombrados y se preguntaban entre ellos: ¿Quién pues, podrá ser salvo? Fue entonces cuando Jesús dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. Jesús no estaba hablando de mentir o robar o asesinar o cualquier otra acción intrínsecamente mala. Jesús estaba hablando de la salvación de un rico. Algo muy bueno, algo loable. Difícil por cierto para la mente humana, pero nada imposible para Dios. En esencia entonces, amigo oyente. Cuando la Biblia hace declaraciones en el sentido que nada es imposible para Dios debemos entender que se refiere a que nada que esté de acuerdo con el carácter de Dios es imposible para Dios, porque existen ciertas acciones que son imposibles para Dios. Todas las acciones que son intrínsecamente malas. Es imposible que Dios mienta, que Dios robe, que Dios asesine, que Dios no cumpla con sus promesas, etc.

La segunda consulta del amigo oyente que se ha comunicado con nosotros por Internet, dice así: Hebreos 7:19 afirma que nada perfeccionó la ley. En cambio Salmo 19:7 dice que la ley de Jehová es perfecta. ¿Por qué es que la ley de Jehová, siendo perfecta no perfeccionó nada?

Para entender este asunto es necesario primeramente entender el significado de perfeccionar. Perfeccionar, bíblicamente hablando, no significa hacer a alguien tan santo y puro que nunca va a cometer ningún pecado. Perfeccionar significa llevar a alguien a la madurez, a algo completo, conducir a alguien hacia el final. En el libro de Hebreos, se refiere específicamente a llevar a alguien a la salvación. Muy bien, dicho esto, demos lectura al texto citado por Usted. Se encuentra en Hebreos 7:19, pero para incluir el contexto vamos a leer también el versículo 18. Dice así: “Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.” El mandamiento anterior es lo que se conoce con el nombre de la ley de Moisés. Dice el autor de Hebreos, que la ley de Moisés ha quedado abrogada. Abrogar es sinónimo de abolir o revocar. ¿Cuál es la razón para esto? El autor de Hebreos da tres razones poderosas. La ley de Moisés era débil. La ley de Moisés era ineficaz y surgió una mejor esperanza para acercarnos a Dios aparte de la ley de Moisés. Con esto no se está diciendo que la ley de Moisés fue mala. Tampoco se está diciendo que la ley de Moisés fue buena. No se está evaluando el carácter de la ley de Moisés. No es cuestión de malo o bueno. Es cuestión que la ley de Moisés jamás fue dada para perfeccionar a una persona en el sentido de llevar a la salvación a esa persona. La ley de Moisés tuvo su propósito, pero ese propósito no fue hacer salva a una persona. Nadie se ha salvado jamás por cumplir con la ley de Moisés. Por eso es que el autor de Hebreos con toda certeza ha dicho que nada perfeccionó la ley. Muy bien, ahora vayamos al texto en Salmo 19:7 donde dice: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” Dos cosas importantes. Cuando el autor de este salmo habla de la ley de Jehová, no se está refiriendo solamente a la ley de Moisés, sino a toda la palabra de Dios, incluyendo la ley de Moisés. El salmista también se refiere a la palabra revelada de Dios como el testimonio de Jehová o como los mandamientos de Jehová o como el precepto de Jehová o como el temor de Jehová. Son frases sinónimas para referirse a la palabra completa de Dios. La otra cosa es que en este caso, el autor del salmo está refiriéndose no al propósito de la ley de Moisés, sino a la calidad de la palabra de Dios. Por ser palabra dada por Dios es perfecta, es pura, es recta, es deseable, es dulce, etc. Así que no existe ningún problema en cuanto a que la ley de Moisés no perfeccionó en nada, porque jamás tuvo el propósito de otorgar salvación y la declaración de la Biblia en cuanto a que la ley de Jehová o la palabra revelada por Dios es perfecta.

La tercera consulta del amigo oyente que nos ha hecho las dos consultas anteriores dice así: Hebreos 10:31 señala que horrenda cosa es caer en manos de Dios, pero 2 Samuel 24 14 dice que David prefirió caer en manos de Dios. ¿Por qué?

Bueno, amigo oyente, una persona puede caer en manos de Dios para recibir castigo o puede caer en manos de Dios para recibir misericordia. Todo depende del contexto. En Hebreos 10:31 encontramos a una persona cayendo en las manos de Dios para castigo. Note lo que tenemos en Hebreos 10: 26, 27 y 31 “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” Este pasaje bíblico habla de personas que sabiendo a ciencia cierta la verdad en cuanto a la salvación de su alma, voluntariamente escoge rechazar esa evidencia y rechazar a Cristo como Salvador. Existe una seria consecuencia de este terrible pecado. La consecuencia es caer en las manos del Dios vivo, no para hallar misericordia sino para recibir su merecido. Es claro que este caer en manos de Dios es para recibir castigo. La palabra de Dios es enfática cuando afirma que esto es algo horrendo. Significa castigo eterno en fuego. Pero en 2 Samuel 24:14 tenemos un contexto diferente. David había pecado contra Dios. Dios determinó el castigo para David. Le dio a escoger entre siete años de hambre en la nación o que huya tres meses delante de sus enemigos o que haya una peste en la nación por tres días. Fue entonces cuando David dijo al profeta Gad lo que vamos a leer en 2 Samuel 24:14 “Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.” En este caso, David sabía con claridad cuál iba a ser el castigo en cada uno de los tres casos. Ninguno de esos casos era castigo eterno en fuego. David sabía que Dios es más misericordioso que el hombre, de modo que sabiamente escogió la tercera opción.

 

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