Qué gozo es para nosotros compartir este tiempo con Usted, mi amiga, mi amigo. Bienvenido a nuestro Consultorio Bíblico. En instantes más estará David Logacho con nosotros para responder las consultas de hoy. Mientras tanto, quisiera anunciar nuestra oferta del mes. Con tan solo hacer su pedido, usted recibirá a vuelta de correo y totalmente gratis, un ejemplar del librito titulado Diez Primeros Pasos para el Nuevo Creyente, escrito por el Dr. Woodrow Kroll. Este librito es un excelente material para que Usted pueda hacer su trabajo de discipulado con personas que acaban de recibir a Cristo como Salvador. En este libro encontrará información acerca de la seguridad de salvación, de la necesidad de compartir el evangelio con otras personas, de la importancia del tiempo devocional, de la bendición de la oración, de las amistades, de la importancia de congregarse, de la necesidad del bautismo en agua, del privilegio de la ofrenda, y de los beneficios de la memorización. Haga su pedido por correo a la siguiente dirección: La Biblia Dice… casilla 1701-3715 Quito, Ecuador. Para pedidos por teléfono o fax, marque cualquiera de estos números: 475563, 475564 o 472292 todo en Quito, Ecuador. Para pedidos por Internet, visite nuestro web site en la siguiente dirección: HYPERLINK «http://www.labibliadice.org» www.labibliadice.org En su pedido debe incluir su nombre, su dirección postal y el nombre de la emisora por la cual escucha nuestro programa.
Esta consulta es de un amigo oyente quien se ha comunicado con nosotros por Internet. Dice así: Jeremías 31:34 dice que Dios perdonará la maldad y no se acordará más del pecado. Sin embargo, Eclesiastés 12:14 dice que Dios traerá toda obra a juicio. ¿Cómo me explica esta aparente contradicción?
Gracias por su consulta mi amigo. Vamos a leer el texto que se encuentra en Jeremías 31:34, pero con la finalidad de tomar en cuenta el contexto leeremos desde el versículo 31. Dice así: He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” Lo que tenemos aquí es una profecía acerca lo que vendrá en el futuro cuando Jehová haga un nuevo pacto con Israel y Judá, no como el pacto de la Ley, sino un pacto de gracia. Los beneficios para los que estén amparados por este nuevo pacto son fabulosos. Jehová pondrá su ley en sus mentes y la escribirá en sus corazones. Jehová será para ellos el único Dios y ellos serán para Jehová su único pueblo. No hará falta que alguno enseñe a su prójimo o a su hermano, porque todos conocerán a Jehová, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande y Jehová perdonará la maldad de su pueblo y no se acordará más de su pecado. Grandiosos beneficios, pero note que estos beneficios no son para todo ser humano en general, sino solo para aquellos que estén amparados por este nuevo pacto. Dios ha hecho este nuevo pacto teniendo en cuenta principalmente a Israel y Judá. Este es un pacto incondicional. Se nota lo que Dios hará mas no lo que el hombre hará. Jesús es el Mediador del nuevo pacto, porque es por medio de él que se logran sus beneficios. El nuevo pacto fue ratificado por su sangre derramada en la cruz del calvario. Según Lucas 22:20, cuando Jesús tomó la copa dijo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Este nuevo pacto no se hará efectivo en Israel como nación sino hasta la segunda venida de Cristo, mientras tanto, los beneficios espirituales del nuevo pacto pertenecen a todos los que por fe hemos recibido a Cristo como Salvador, no importa si se trata de judíos o gentiles. Nuestra obediencia a Dios está motivada por la gracia mas no por la ley, Jehová es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo, Dios ha perdonado nuestra maldad y nunca más se acordará de nuestros pecados. Así que, mi amigo, efectivamente, para los que por la fe hemos entrado a los vínculos del nuevo pacto, Dios nos garantiza que perdonará nuestra maldad y nunca más se acordará de nuestros pecados. Esto es algo maravilloso. Ahora consideremos el texto en Eclesiastés 12:14 donde leemos: “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” Este, amigo oyente, es un principio fundamental e inquebrantable de los tratos de Dios con el hombre. Todo lo que el hombre hace, es juzgado por Dios, no importa si se lo ha hecho encubiertamente o a la luz pública. En el caso de los creyentes, de los que por la fe en Cristo como Salvador estamos dentro de los vínculos del nuevo pacto, Dios ha juzgado ya nuestro pecado. Fuimos hallados culpables, como cualquier otro pecador. Pero hubo una víctima inocente que se ofreció voluntariamente a tomar nuestro lugar para recibir el castigo que nosotros merecíamos por el pecado. Cuando creímos en él y le recibimos como Salvador, quedamos libres de ser condenados por nuestro pecado. Recuerde que uno de los beneficios del nuevo pacto es que Dios perdonó nuestra maldad y se olvidó de nuestro pecado. Esto sin embargo, no significa que podemos vivir como queramos haciendo el mal que queramos por el hecho que ya hemos sido perdonado por Dios. Recuerde que Dios traerá toda obra a juicio. Las obras de los creyentes serán por tanto evaluadas en lo que se llama el tribunal de Cristo. Resultado de esa evaluación, los creyentes recibiremos recompensas o perderemos recompensas. En el caso de los incrédulos, la situación es totalmente diferente. Como ellos no están dentro de los vínculos del nuevo pacto. Dios no perdonará su maldad y Dios no se olvidará jamás de su pecado. Por esto los incrédulos están condenados a una eternidad de tormento en fuego. De modo que, mi amigo, Dios en verdad perdonará la maldad y olvidará el pecado, pero de los creyentes. Para los incrédulos la situación es trágica. Dios nunca perdonará su maldad y nunca olvidará su pecado. Recibirán el castigo por sus obras malas. Su condenación eterna es segura.
La segunda consulta del amigo oyente que se ha contactado con nosotros por Internet dice así: Según Jeremías 32:4, Sedequías debía ver a los ojos del rey de Babilonia, pero según lo que dice Jeremías 52.11, el rey de Babilonia hizo sacar los ojos a Sedequías. ¿Cómo pudo Sedequías ver a los ojos del rey de Babilonia si no tenía ojos?
Interesante su consulta, mi amigo. Leamos la cita en Jeremías 32:4 donde dice: “y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los Caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos” Esto es parte de lo que Jeremías profetizaba mientras el rey de Babilonia tenía sitiada a la ciudad de Jerusalén. En concreto, Jeremías profetizó que Sedequias caerá en la mano del rey de Babilonia y hablará con él boca a boca y sus ojos verán sus ojos. Ahora vayamos a la cita de Jeremías 52:11 donde leemos: “No obstante, el rey de Babilonia solo le sacó los ojos a Sedequías, y le ató con grillos, y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día en que murió” Este fue el triste final de Sedequías, se cumplió la profecía de Jeremías, porque Sedequías cayó en manos del rey de Babilonia. Pero note lo que sucedió antes de que el rey de Babilonia haga sacar los ojos a Sedequías. Como antecedente, Sedequías estaba en franca retirada, escapando por su vida, ante el asedio de los Babilonios. En estas condiciones, Jeremías 52:8-10 dice: “Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abandonó todo su ejército. Entonces prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló en Ribla a todos los príncipes de Judá” Antes de que le saquen los ojos, Sedequías fue traído ante la presencia del rey de Babilonia. Fue allí cuando Sedequías habló boca a boca con él y le miró a los ojos y se cumplió la profecía de Jeremías. Posteriormente el rey de Babilonia hizo sacar los ojos a Sedequías. Así fue como se dieron las cosas.
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