La primera consulta para el programa de hoy nos llega desde La Serena, Chile, y dice así: ¿Por qué Dios, en el Antiguo Testamento, dio el mandamiento de: No matarás y sin embargo pidió a su pueblo que mate a sus enemigos?
Gracias por su consulta amable oyente. El mandamiento al que hace referencia esta consulta es el sexto mandamiento del decálogo y se encuentra en Éxodo 20:13. La Biblia dice: No matarás.
Para entender el alcance de este mandato, es necesario examinar otros pasajes de la Escritura que tienen que ver con matar. Uno de ellos aparece antes de que entre en vigor el decálogo. Se encuentra en Génesis 9:5-6. La Biblia dice: Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
El homicidio, que en un sentido siempre es fratricidio, demanda un castigo de igual magnitud que el delito cometido. En esencia se trata de la pena de muerte. La justificación para la pena capital, es la dignidad del ser humano, puesto que es hecho a imagen de Dios. De manera que el sexto mandamiento del decálogo, cuando dice: No matarás, no se está refiriendo a quitar la vida a un homicida como castigo por su homicidio. La ley de Moisés también establecía la pena de muerte para algunos pecados como por ejemplo, ofrecer en sacrificio a uno de los hijos al Dios pagano Moloc. Levítico 20:2 dice: Dirás asimismo a los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran en Israel, que ofreciere alguno de sus hijos a Moloc, de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará.
También atender a encantadores y adivinos. Levítico 20:6 dice: Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.
Además, maldecir al padre o a la madre. Levítico 20:9 dice: Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.
También cometer adulterio con la mujer de su prójimo. Levítico 20:10 dice: Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.
Además tener relaciones sexuales con parientes cercanos. Levítico 20:11-12 dice: Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. Si alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos.
También la homosexualidad. Levítico 20:13 dice: Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
Además, tener relaciones sexuales con animales. Levítico 20:15 dice: Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia.
También blasfemar contra el nombre de Jehová. Levítico 24:16 dice: Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.
De modo que, amable oyente, aquí tiene una extensa lista y tal vez incompleta, de casos en los cuales se aplicaba la pena de muerte. Así qué, cuando el sexto mandamiento dice: No matarás, no se está refiriendo a casos como los que he citado. De igual manera, Dios ordenó a su pueblo por medio de Moisés, destruir a todos los que originalmente habitaban en la tierra prometida. Note lo que dice Deuteronomio 7: 1-2 y 16. Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.
Dios demandó exterminio total de las naciones que originalmente ocupaban la tierra prometida. Esto implica, que el sexto mandamiento, cuando dice: No matarás, no se está refiriendo a quitar la vida a los enemigos en una guerra legítima. Si no se refiere a la pena de muerte a alguien que mata intencionalmente, ni a la pena de muerte a los que cometen diversas faltas castigadas con la muerte en la ley de Moisés, ni a la muerte de los enemigos en una guerra legítima, ¿entonces a qué se refiere? ¿Qué queda? Pues lo que queda es únicamente atentar contra la vida de uno mismo o contra la vida del prójimo, motivado por el odio o el rencor o la ira o la venganza. La ley de Moisés inclusive regulaba el caso de alguien que mataba sin intención a su semejante, permitiéndole esconderse en una de las ciudades de refugio hasta que muera el sumo sacerdote en ejercicio. Era una forma de que el culpable de una muerte no intencional escape de la venganza de los parientes del occiso. En resumen entonces, cuando Dios en el sexto mandamiento dice: No matarás se está refiriendo a no quitarse la vida o a no quitar la vida al prójimo por odio, rencor, ira o venganza. No implicaba la pena capital por asesinato, ni la pena capital por infringir algunas de las leyes de Moisés ni matar al enemigo en una guerra legítima.
La segunda consulta para el programa de hoy dice así: ¿Cuál es la diferencia entre rapto y rapto parcial?
Gracias por su consulta amable oyente. El rapto o mejor dicho, arrebatamiento se refiere al momento cuando el Señor Jesús vendrá desde el cielo hasta las nubes para sacar de este mundo a su pueblo, la iglesia de Cristo, para estar para siempre con él. En el arrebatamiento participarán absolutamente todos los que han recibido al Señor Jesucristo como su personal Salvador, no importa si están vivos o están muertos. Los que estén vivos serán transformados en un abrir y cerrar de ojos y los que ya hayan muerto serán resucitados. El arrebatamiento se fundamenta en textos como 1 Tesalonicenses 4:13-18, donde dice lo siguiente: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras
Este es el pasaje bíblico en el cual se fundamenta el arrebatamiento. No es nuestro ánimo hacer un análisis minucioso de todo lo que está involucrado en el arrebatamiento, sino solamente hacer notar en ninguna parte de este pasaje bíblico se declara o se insinúa siquiera, que solamente algunos creyentes participarán en el arrebatamiento. De esto se desprende que en el arrebatamiento participarán absolutamente todos aquellos que han recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, no importa si están vivos cuando ello suceda o si han muerto antes de que ello suceda. Por otro lado, arrebatamiento parcial significa que solamente los creyentes maduros, o fieles o consagrados participarán en el arrebatamiento, mientras que el resto de creyentes, es decir los que no son maduros ni fieles ni consagrados se quedarán en la tierra para pasar por la tribulación que acontecerá inmediatamente después del arrebatamiento. Lamentablemente esta creencia no tiene sustento bíblico ni en 1 Tesalonicenses 4:13-18 ni tampoco en otro pasaje bíblico que también trata el tema del arrebatamiento y se encuentra en 1 Corintios 15:51-54. Permítame leer este pasaje bíblico. La Biblia dice: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
Una vez más, no es nuestro ánimo hacer un análisis exhaustivo de este pasaje bíblico, sino solamente hacer notar lo que hemos tomado en cuenta para concluir que el arrebatamiento parcial no tiene sustento bíblico. El texto dice: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados. Esto significa que no todos los creyentes habrán muerto cuando acontezca el rapto. Habrá quienes estén vivos cuando acontezca el arrebatamiento. Sin embargo, absolutamente todos los creyentes, sin importar su condición espiritual, seremos transformados para participar en el arrebatamiento. De esto se desprende que el arrebatamiento es un acontecimiento en cual participarán absolutamente todos los creyentes, no solamente los maduros o los fieles o los consagrados. Si no fuera así, ¿Cuán maduro tendría que ser un creyente para participar en el arrebatamiento? ¿Provee la Biblia algún indicio? Absolutamente no. La Biblia exhorta a que todos los creyentes debemos ser maduros en Cristo, pero no dice cuál es la medida de madurez para poder participar en el arrebatamiento, si existiera un arrebatamiento parcial. Lo mismo podríamos decir de la fidelidad de los creyentes o de la consagración de los creyentes. Por estas consideraciones, nosotros creemos en un arrebatamiento total, el cual ocurrirá antes del comienzo de la tribulación.
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