Por medio del correo electrónico se ha comunicado con nosotros un amable oyente para hacernos la siguiente consulta: Si Jesús es el Hijo de Dios, ¿Por qué se hacía llamar, el Hijo del Hombre?

Gracias por su consulta, amable oyente. El Señor Jesús ciertamente es el Hijo de Dios. Su deidad está fuera de toda duda por el testimonio de la palabra de Dios. Note lo que dice 1 Juan 5:20 hablando acerca del Señor Jesús. La Biblia dice: Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido,  y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero;  y estamos en el verdadero,  en su Hijo Jesucristo.  Este es el verdadero Dios,  y la vida eterna.

El Señor Jesús es el verdadero Dios, amigo oyente. Con esto, usted no tiene ningún problema. Su problema se relaciona con uno de los varios títulos del Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento. El título de Hijo del Hombre para el Señor Jesucristo aparece 83 veces en el Nuevo Testamento. 29 veces en Mateo, 13 veces en Marcos, 26 veces en Lucas, 11 veces en Juan, 1 vez en Hechos, 1 vez en Hebreos y 2 veces en Apocalipsis. Este título tiene un profundo sentido profético porque fue anunciado de antemano por el profeta Daniel, en Daniel 7:13-14, pero para apreciar el contexto, permítame leer Daniel 7:2-14. La Biblia dice: Daniel dijo:  Miraba yo en mi visión de noche,  y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar.

Dan 7:3  Y cuatro bestias grandes,  diferentes la una de la otra,  subían del mar.

Dan 7:4  La primera era como león,  y tenía alas de águila.  Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas,  y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre,  y le fue dado corazón de hombre.

Dan 7:5  Y he aquí otra segunda bestia,  semejante a un oso,  la cual se alzaba de un costado más que del otro,  y tenía en su boca tres costillas entre los dientes;  y le fue dicho así:  Levántate,  devora mucha carne.

Dan 7:6  Después de esto miré,  y he aquí otra,  semejante a un leopardo,  con cuatro alas de ave en sus espaldas;  tenía tembién esta bestia cuatro cabezas;  y le fue dado dominio.

Dan 7:7  Después de esto miraba yo en las visiones de la noche,  y he aquí la cuarta bestia,  espantosa y terrible y en gran manera fuerte,  la cual tenía unos dientes grandes de hierro;  devoraba y desmenuzaba,  y las sobras hollaba con sus pies,  y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella,  y tenía diez cuernos.

Dan 7:8  Mientras yo contemplaba los cuernos,  he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos,  y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros;  y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre,  y una boca que hablaba grandes cosas.

Dan 7:9  Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos,  y se sentó un Anciano de días,  cuyo vestido era blanco como la nieve,  y el pelo de su cabeza como lana limpia;  su trono llama de fuego,  y las ruedas del mismo,  fuego ardiente.

Dan 7:10  Un río de fuego procedía y salía de delante de él;  millares de millares le servían,  y millones de millones asistían delante de él;  el Juez se sentó,  y los libros fueron abiertos.

Dan 7:11  Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno;  miraba hasta que mataron a la bestia,  y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

Dan 7:12  Habían también quitado a las otras bestias su dominio,  pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.

Dan 7:13  Miraba yo en la visión de la noche,  y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre,  que vino hasta el Anciano de días,  y le hicieron acercarse delante de él.

Dan 7:14  Y le fue dado dominio,  gloria y reino,  para que todos los pueblos,  naciones y lenguas le sirvieran;  su dominio es dominio eterno,  que nunca pasará,  y su reino uno que no será destruido.

En este sueño que tuvo Daniel contempla a la humanidad más allá de su propio tiempo y anticipa la venida del Mesías, del Cristo, del Rey de Israel para poner fin a todos los reinos gentiles y establecer su reino eterno. En el sueño, Daniel vio que después que se había quitado a los reinos humanos su dominio, de pronto, rodeado de su gloria, venía del cielo uno como hijo de hombre, que vino ante Dios el Padre, el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Este personaje descrito como un hijo de hombre, es el Mesías, el Cristo, el Rey de Israel. En su sueño, Daniel vio que a este personaje como un hijo de hombre, el Mesías, o el Cristo, le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es dominio eterno, que nunca pasar’a y su reino uno que no será destruido. Pues, cuando el Hijo de Dios tomó forma humana y vino a este mundo, mostró sus credenciales para ser reconocido como el Mesías, el Cristo, el Rey de Israel, y una de esas credenciales fue justamente afirmar que él mismo era el Hijo del Hombre, aquel que Daniel vio en su sueño, quien iba a ser el Rey eterno de Israel. Lamentablemente Israel prevaleció en su incredulidad y no reconoció al Señor Jesús como el Mesías o el Cristo y tiempo más tarde lo entregó para que sea crucificado. Así que, no hay ningún conflicto entre el hecho que el Señor Jesús es el Hijo de Dios y también tiene el título de Hijo del Hombre, no en el sentido que es un mero ser humano, sino en el sentido que él es el cumplimiento de lo que profetizó Daniel, como el Mesías, el Cristo, el Rey eterno de Israel.

Esta consulta es de un amigo oyente de Lima, Perú, dice así: ¿Por qué Jesús identificó a Juan el Bautista como el profeta Elías que debía venir antes de él?

El pasaje bíblico que trata este asunto, se encuentra en Mateo 17:10-13. Permítame leerlo. La Biblia dice: Entonces sus discípulos le preguntaron,  diciendo:  ¿Por qué,  pues,  dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?  Respondiendo Jesús,  les dijo:  A la verdad,  Elías viene primero,  y restaurará todas las cosas.  Mas os digo que Elías ya vino,  y no le conocieron,  sino que hicieron con él todo lo que quisieron;  así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.  Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Este evento ocurrió después de la transfiguración de Jesús. Al menos para Pedro, Jacobo y Juan, no había la más mínima duda en cuanto a que Jesús es el Cristo, el Mesías de Israel. Estos tres apóstoles primero lo creyeron y después en el monte de la transfiguración, lo vieron. Se necesita creer para ver. De manera que la pregunta que estos tres apóstoles hicieron a Jesús es de lo más legítima. Los expertos en las escrituras del Antiguo Testamento, los famosos escribas, afirmaban que es necesario que primero venga Elías antes del Cristo o el Mesías de Israel. Los escribas estaban muy al tanto de lo que dice Malaquías 4:5-6 donde leemos: He aquí,  yo os envío el profeta Elías,  antes que venga el día de Jehová,  grande y terrible.  El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,  y el corazón de los hijos hacia los padres,  no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

De modo que la inquietud de los tres apóstoles de Jesús era muy válida y razonable. Tal vez dijeron a Jesús: Sabemos que tú eres el Cristo, el Mesías de Israel, lo hemos creído y lo acabamos de comprobar allí en el monte de la transfiguración, pero nos queda una inquietud: Los escribas dicen que antes que venga el Cristo o el Mesías de Israel, debía venir primero Elías. ¿Es así? O estamos equivocados. La respuesta de Jesús fue muy clara. A la verdad Elías viene primero y restaurará todas las cosas. Esto fue lo que profetizó Malaquías. Pero Jesús prosiguió diciendo: Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron, así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Jesús está hablando de lo que será su segunda venida y de lo que fue su primera venida. Dios enviará a Elías para preparar la segunda venida de Jesús, pero Elías también vino para preparar la primera venida de Jesús. ¿Quién fue? Pues fue uno a quien los enemigos hicieron con él lo que quisieron. ¿A quién se refieren estas palabras de Jesús? Pues Pedro, Jacobo y Juan entendieron muy bien que ser referían a Juan el Bautista. El ministerio de Juan el Bautista creció como espuma mientras predicaba en el desierto de Judea diciendo: Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado. Pero tan pronto se manifestó públicamente Jesús y fue Bautizado por Juan el Bautista, el ministerio de Juan el Bautista entró en un franco descenso. Se había cumplido ya el propósito de Juan el Bautista en el sentido de preparar el camino para la manifestación de Jesús, el Cristo, el Mesías de Israel. Juan el Bautista perdió a muchos seguidores y a muchos discípulos. Más tarde, fue encarcelado y murió decapitado. Los enemigos de Juan el Bautista hicieron con él lo que quisieron. De la misma manera, Jesús estaba por padecer en manos de sus enemigos. Así que, parecería que Jesús dijo que Juan el Bautista fue el Elías que había de venir antes de él. Pero existe algo que no se puede dejar pasar por alto. Cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que pregunten a Juan el Bautista quien era, note la respuesta que dio Juan el Bautista. Se encuentra en Juan 1:20-21. La Biblia dice: Confesó,  y no negó,  sino confesó:  Yo no soy el Cristo.  Y le preguntaron:  ¿Qué pues?  ¿Eres tú Elías?  Dijo:  No soy.  ¿Eres tú el profeta?  Y respondió:  No.

De manera que, Juan el Bautista no era Elías, como aparentemente parecería que insinuó Jesús. ¿Cómo se explica esto? Pues se explica de la siguiente manera. Juan el Bautista en realidad no es Elías, sino uno que vino en el espíritu y poder de Elías. Hablando de la relación de Juan el Bautista con Jesús, note lo que dice Lucas 1:17  E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías,  para hacer volver los corazones de los padres a los hijos,  y de los rebeldes a la prudencia de los justos,  para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Si en la primera venida de Cristo, Israel hubiera aceptado a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel, la profecía de Malaquías se habría cumplido por medio del ministerio de Juan el Bautista quien vino en el espíritu y poder de Elías, pero como Israel no aceptó a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel, quedó todavía por cumplirse la profecía de Malaquías. Se cumplirá durante la tribulación previa a la segunda venida de Cristo. Muchos entendidos en la profecía bíblica piensan que uno de los dos testigos que ministrarán durante la tribulación será el propio Elías o alguien que actúe en el espíritu y el poder de Elías, para cumplir con la profecía de Malaquías. Espero que esta explicación satisfaga su inquietud amable oyente.

 

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