Por medio del correo electrónico nos ha llegado la siguiente consulta: Se que todos los cristianos somos hermanos seamos bautistas o pentecostales. Mi pregunta es la siguiente. ¿Porque muchos hermanos de las diferentes denominaciones actuar como si hubiese una rivalidad entre ellos?. Lo digo porque lo he vivido. No me parece correcto porque dios quiere union, paz, amor y solidaridad entre hermanos porque venimos todos a cumplir la palabra de Dios que esta escrita en la biblia.

Gracias por su consulta. Permítame compartir con Usted algunos párrafos que sobre el tema de la unidad del cuerpo de Cristo, aparece en un curso bíblico por correspondencia titulado: Cristo amó a la Iglesia. Según las Escrituras, existe sólo un cuerpo llamado Iglesia. Hablando de la iglesia universal, Efesios 4:4 dice: un cuerpo,  y un Espíritu,  como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

A pesar de las muchas circunstancias que parecen negarlo, es un hecho a los ojos de Dios que los creyentes formamos un solo cuerpo. Aunque esta iglesia nunca sea visible al hombre en su totalidad, sin embargo está constituida en un solo cuerpo por el Espíritu Santo. Esta verdad doctrinal relativa a la iglesia universal debe reflejarse totalmente en la iglesia local. ¿Cómo pueden demostrar los creyentes esta verdad doctrinal hoy en día? Tal vez la manera más evidente es por medio de abstenernos de atribuirnos nombres que nos separan de otros creyentes. Pablo refutó la tendencia entre los creyentes de Corinto de hacer divisiones en el cuerpo de Cristo. Note lo que dice 1 Corintios 1:10-17 dice: Os ruego,  pues,  hermanos,  por el nombre de nuestro Señor Jesucristo,  que habléis todos una misma cosa,  y que no haya entre vosotros divisiones,  sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

1Co 1:11  Porque he sido informado acerca de vosotros,  hermanos míos,  por los de Cloé,  que hay entre vosotros contiendas.

1Co 1:12  Quiero decir,  que cada uno de vosotros dice:  Yo soy de Pablo;  y yo de Apolos;  y yo de Cefas;  y yo de Cristo.

1Co 1:13  ¿Acaso está dividido Cristo?  ¿Fue crucificado Pablo por vosotros?  ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?

1Co 1:14  Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado,  sino a Crispo y a Gayo,

1Co 1:15  para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.

1Co 1:16  También bauticé a la familia de Estéfanas;  de los demás,  no sé si he bautizado a algún otro.

1Co 1:17  Pues no me envió Cristo a bautizar,  sino a predicar el evangelio;  no con sabiduría de palabras,  para que no se haga vana la cruz de Cristo.

En la iglesia en Corinto, unos decían: Yo soy de Pablo; otros decían: Yo soy de Apolos; otros decían: Yo soy de Cristo. Indignado Pablo les preguntó: ¿Acaso está dividido Cristo? Lamentablemente, los creyentes de hoy en día están divididos en denominaciones que llevan nombres de países, o de sus fundadores, o de las ordenanzas que practican, o de la forma de gobierno que han adoptado. Todas estas cosas son una negación de la unidad del cuerpo de Cristo. Por otro lado, lo bíblico es que los hijos de Dios se den a conocer usando únicamente los nombres que se encuentran en el Nuevo Testamento, tales como creyentes en 1 Timoteo 4:12, discípulos en Hechos 9:1, santos en Efesios 1:1 y hermanos en Santiago 2:1. Ciertamente una de las cosas más difíciles en la vida cristiana es no llevar más nombre que el de creyente. Una gran mayoría de creyentes de hoy en día piensan que debemos pertenecer a alguna organización eclesiástica y llevar algún nombre adicional a aquellos que se encuentran en la palabra de Dios. El que rehúsa llevar más nombre que el de hijo de Dios sufrirá reproche de parte de algunos creyentes y será un enigma para otros. Sin embargo, ¿cómo pueden los creyentes decir que se rigen por la Biblia y hacer lo contrario? Cabe mencionar también que no es suficiente el tener un nombre escriturario. Es muy posible tener una adhesión estricta al leguaje de la Biblia y al mismo tiempo tener un espíritu que es sectario en extremo. Por ejemplo, algunos en Corinto, según el pasaje leído anteriormente, decían: Yo soy de Cristo. Tal vez se jactaban por lo correcto de su nombre, pero en realidad tenían la forma de pensar que sólo ellos pertenecían a Cristo, excluyendo a otros creyentes verdaderos. Pablo censura a los tales de la misma manera que censura a los que decían: Yo soy de Pablo o yo soy de Apolos. Cuando alguien pone en tela de duda lo escriturario de las divisiones denominacionales existentes dentro del cuerpo de Cristo en la actualidad, no falta quien lo defienda diciendo que Dios ha bendecido ricamente y está bendiciendo ricamente a algunas de las facciones dentro del cuerpo de Cristo. Pero debemos recordar que la bendición del Señor no indica aprobación del Señor en cada detalle. El Señor honra su propia palabra aunque el medio de difusión esté revestido de fracaso e imperfección. Si Dios únicamente bendijera donde hay perfección, jamás hubiera bendición. Por tanto, el hecho que alguna facción dentro del cuerpo de Cristo reciba bendición de su mano no quiere decir que él aprueba las divisiones en su cuerpo. La actitud del Señor ante las divisiones en la iglesia aparece claramente en 1 Corintios 3:4 donde dice: Porque diciendo el uno:  Yo ciertamente soy de Pablo;  y el otro:  Yo soy de Apolos,¿no sois carnales?

Es la carnalidad lo que eventualmente conduce a producir divisiones en el cuerpo de Cristo. Las divisiones producen barreras artificiales a la comunión, restringen el radio de acción de hombres dotados por Dios cuyo ministerio debería estar al alcance de toda la iglesia y confunden al mundo, dando lugar a la tan mentada frase: ¿Cuál de las tantas denominaciones es la verdadera? Hablando de la oración del Señor a favor de los creyentes, Marcus Rainsford escribió: Por mi parte, creo que las facciones y denominaciones han resultado del esfuerzo del diablo quien busca dañar e impedir cuanto sea posible la unión visible de la iglesia de Dios ya que todas ellas tienen sus raíces en nuestro orgullo y egoísmo espiritual, nuestra autosuficiencia y nuestro pecado. Que Dios nos perdone y corrija nuestras divisiones. Ninguna cosa da tanta ocasión al mundo para atacar a la iglesia de Cristo que las diferencias entre los que profesan ser cristianos. Las disputas y contiendas entre los miembros de diversos grupos y denominaciones de la iglesia de Dios ante el mundo siempre han sido un gran estorbo para el avance del cristianismo. En vez de observar y sentirse constreñidos a confesar: Cuanto amor sienten esos creyentes el uno para con el otro, con mayor frecuencia tienen que decir: Como se atacan, como se juzgan, como se maldicen los unos a los otros. La demostración visible de la unidad del cuerpo de Cristo no será resultado de alguno de los movimientos ecuménicos de la actualidad. Tales uniones, concilios, confederaciones sólo sirven para comprometer las grandes verdades de las Escrituras. Congregaciones cristianas niegan a su Señor al asociarse con los que repudian el nacimiento virginal de Cristo, su humanidad sin pecado, su muerte sustitutoria, su resurrección corporal y su próxima venida. La base verdadera de unidad cristiana es el compartir devoción a Cristo y su Palabra. Cuando su gloria sea el mayor anhelo de nuestros corazones, entonces sentiremos un acercamiento mutuo y entonces será contestada su oración en Juan 17:22: La gloria que me diste,  yo les he dado,  para que sean uno,  así como nosotros somos uno.

Hasta aquí lo que trae este material sobre la unidad del cuerpo de Cristo. Lo único que gustaría añadir es que jamás debemos sacrificar la doctrina bíblica en el altar de la unidad. ¿A qué me refiero con esto? Pues al hecho que por mantener unidad, no podemos asociarnos con grupos que abiertamente rechazan principios fundamentales de las Escrituras. Alguien alguna vez en el pasado puso este asunto de una manera muy clara cuando dijo: En lo fundamental debe haber unanimidad, en lo que no es fundamental, puede haber diversidad, pero sobre todo, debe haber amor. Si los creyentes pusiéramos en práctica al menos en parte lo que dice la Biblia sobre la unidad, no estaríamos presentando ese pobre espectáculo de división que hoy manifestamos al mundo con nuestras divisiones que se originan en nuestra carnalidad.

 

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