La primera consulta para el programa de hoy nos llega desde Guatemala, Centro América y dice así: Por favor acláreme en qué día de la semana santa murió Jesús.

Gracias por su consulta. Un cuidadoso examen de los eventos en la semana de la pasión mostrará que el Señor Jesús murió un Jueves por la tarde, no un viernes por la tarde.

Seguramente Usted querrá pruebas que apoyan que Señor Jesús murió la tarde de un Jueves. Bueno, considere esta. Vamos a leer Juan 19:14 donde dice: “Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro rey!”

Esto sucedió el día de la preparación de la pascua, a las seis de la mañana, la hora sexta según la costumbre romana de contar las horas del día. La pascua era la principal fiesta de los judíos y se celebraba el 14 del mes de Nisán. En el año que murió el Señor Jesús, el 14 de Nisán cayó un día Jueves. En este día se sacrificaba el cordero pascual y se lo comía al anochecer, es decir al comienzo del 15 de Nisán.

Recuerde que para los judíos, el día comenzaba a las seis de la tarde y terminaba a la seis de la tarde del día siguiente. El 15 de Nisán era el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, fiesta que duraba siete días. Este día era un día de reposo de gran solemnidad, donde no se podía hacer trabajo alguno.

Es a este día el que hace referencia Juan 19:31 donde dice: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”

Este día de reposo de gran solemnidad es el 15 de Nisán, el primer día de la fiesta de los panes sin levadura. Este día fue el viernes de la semana de la pasión. Luego llegó el 16 de Nisán, que también era día de reposo, por cuanto era el séptimo día de la semana. Incidentalmente, la primera oportunidad que tuvieron las mujeres para ir al sepulcro fue al amanecer del primer día de la semana como efectivamente lo hicieron. Para entonces Jesús ya había resucitado cumpliendo la Escritura en cuanto a que debía estar en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

La segunda consulta del amigo oyente de Guatemala, Centro América dice así: Quisiera que me explique a qué se refiere la palabra “aquello” en Mateo 23:23.

Con mucho gusto amable oyente. Demos lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 23:23-24. La Biblia dice: ¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos,  hipócritas!  porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino,  y dejáis lo más importante de la ley:  la justicia,  la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer,  sin dejar de hacer aquello.

Mat 23:24   ¡Guías ciegos,  que coláis el mosquito,  y tragáis el camello!

Este es el quinto Ay en contra del ritualismo vacío de realidad. Los escribas y fariseos eran tan meticulosos en dar a Jehová el diezmo de todo, al punto que diezmaban hasta la menta, el eneldo y el comino que cultivaban en sus huertas. Un historiador de esa época testifica que los escribas y fariseos hasta se daban el trabajo de contar los granos de comino, para separar el 10% para darlo a Jehová. El Señor Jesús no les recriminó por la diligencia que manifestaban al diezmar hasta la más mínima cosa, pero sí les recriminó acremente por no manifestar la misma diligencia en cosas más importantes como la justicia, la misericordia y la fe. El Señor Jesús está diciendo a los escribas y fariseos de su tiempo que debían ser meticulosos en las cosas importantes como la justicia, la misericordia y la fe, y al mismo tiempo ser meticulosos en las cosas no tan importantes como diezmar la menta, el eneldo y el comino. A esto último se refieren las palabras del Señor Jesús cuando dijo: Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. El “aquello” se refiere a diezmar hasta lo mínimo como la menta, el eneldo y el comino. El craso error de los escribas y fariseos fue ilustrado de una manera magistral por el Señor Jesús cuando dijo: ¡Guías ciegos! Que coláis el mosquito, y tragáis el camello. Tanto el mosquito como el camello eran animales considerados inmundos por la ley de Moisés y consecuentemente los judíos no los podían comer. Pero ¿qué se pensaría de un judío que cuando cae un pequeño insecto en su copa de vino, se da el trabajo de pasar el vino por un colador para evitar comerse el pequeño insecto, pero a la vez se sienta a comer un buen filete de camello con todo gusto? Algo verdaderamente incongruente. Da atención a lo menos importante y pasa por alto lo más importante. Esto es justamente lo que estaban haciendo algunos escribas y fariseos del tiempo del Señor Jesús. Estaban infinitamente preocupados por las minucias, pero terriblemente ciegos a pecados tan grandes como la hipocresía, la deshonestidad, la crueldad y la codicia. Habían perdido totalmente el sentido de la proporción.

La segunda consulta de nuestro amigo oyente de Guatemala, dice así: ¿Puede ser profeta una persona que no tiene un buen testimonio de vida?

Por medio de mirar las obras de los falsos profetas por contraste podemos determinar cuál debe ser el estilo de vida de los verdaderos profetas. Hablando de los falsos profetas note lo que dijo el Señor Jesucristo en Mateo 7:15-20 Guardaos de los falsos profetas,  que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,  pero por dentro son lobos rapaces.

Mat 7:16  Por sus frutos los conoceréis.  ¿Acaso se recogen uvas de los espinos,  o higos de los abrojos?

Mat 7:17  Así,  todo buen árbol da buenos frutos,  pero el árbol malo da frutos malos.

Mat 7:18  No puede el buen árbol dar malos frutos,  ni el árbol malo dar frutos buenos.

Mat 7:19  Todo árbol que no da buen fruto,  es cortado y echado en el fuego.

Mat 7:20  Así que,  por sus frutos los conoceréis.

Los falsos profetas esconden su carácter impío detrás de un manto de piedad. Son lobos rapaces que se visten de ovejas para ocultar su verdadero carácter y terminan arrebatando a las ovejas. ¿Cómo reconocer a falso profeta cuando externamente parece un verdadero profeta? El Señor Jesucristo contestó esta pregunta diciendo: Por sus frutos los conoceréis. Esto significa por su estilo de vida los conoceréis. Así como es imposible cosechar uvas de los espinos o higos de los abrojos, es imposible que un falso profeta lleve un estilo de vida de santidad delante de Dios. Es como en la naturaleza. El árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Los falsos profetas son como árboles malos y por tanto, de una forma natural van a dar frutos malos. El destino de los falsos profetas ha sido anunciado de antemano por el Señor Jesús. Serán cortados y echados en el fuego. Así que amable oyente, la forma de reconocer si un profeta es falso es por medio de mirar su estilo de vida. Los falsos profetas manifiestan una vida esclavizada al pecado. Los verdaderos profetas manifiestan una vida de santidad delante de Dios. Hoy en día, los profetas ya no comunican nuevas revelaciones de Dios, porque todo lo que Dios ha querido revelar a la humanidad está en la Biblia, la palabra de Dios. Los profetas en la actualidad son aquellos que toman la palabra de Dios, y la anuncian con mucho denuedo con el fin de edificar, exhortar y consolar, conforme a lo que dice 1 Corintios 14:3. Lamentablemente, hoy en día también existen falsos profetas. ¿Cómo reconocerlos? Pues por sus frutos, por su estilo de vida. Los falsos profetas de hoy, al igual que los falsos profetas de antaño viven esclavizados por sus pecados. Si Usted ve a un supuesto profeta, pero proclama cosas como que el pecado no existe, como que Satanás no existe, como que no importa como vivimos porque ya somos salvos, lo ve manipulando a la gente para que le entreguen dinero en cantidades porque supuestamente debe vivir como hijo del rey, lo ve ofreciendo sanidades y milagros a cambio de dinero y tantas otras barbaridades más, Usted debe saber que está ante un falso profeta. Por sus frutos los conoceréis. La Epístola de Judas es muy drástica y directa con los falsos profetas. Note lo que dice en el versículo 16  Estos son murmuradores,  querellosos,  que andan según sus propios deseos,  cuya boca habla cosas infladas,  adulando a las personas para sacar provecho.

¿Conoce a algunos que llamándose profetas encajan dentro de la descripción que provee este versículo? Pues Usted está ante un falso profeta.

 

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