Nos escribe un amigo oyente para hacernos varias consultas. La primera dice así: Según Éxodo 2, Moisés mató a un egipcio y lo enterró en la arena. ¿Será que se arrepintió y pidió perdón a Dios por su asesinato? ¿Será que Dios le castigó por su asesinato? ¿Tendrá algo que ver con esto el hecho que Satanás intentó apoderarse del cuerpo de Moisés, según Judas 9?

Aprecio mucho su consulta mi amigo. Permítame leer el texto en Éxodo 2:11-15. La Biblia dice: En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés,  salió a sus hermanos,  y los vio en sus duras tareas,  y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos,  sus hermanos.  Entonces miró a todas partes,  y viendo que no parecía nadie,  mató al egipcio y lo escondió en la arena.  Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían;  entonces dijo al que maltrataba al otro:  ¿Por qué golpeas a tu prójimo?  Y él respondió:  ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros?  ¿Piensas matarme como mataste al egipcio?  Entonces Moisés tuvo miedo,  y dijo:  Ciertamente esto ha sido descubierto.  Oyendo Faraón acerca de este hecho,  procuró matar a Moisés;  pero Moisés huyó de delante de Faraón,  y habitó en la tierra de Madián.

Moisés era de cuarenta años cuando aconteció este episodio. Consciente de su linaje hebreo, aunque vivía en el palacio del Faraón egipcio, Moisés se solidarizó con su pueblo y al ver a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos, tomó la justicia en sus propias manos, mató al egipcio y escondió el cadáver en la arena. Moisés pensó que nadie le había visto, pero poco tiempo después se hizo evidente que un hebreo había sido testigo de todo lo que hizo con el egipcio. Moisés entonces tuvo temor de que este hebreo informe al Faraón lo que había pasado, lo cual efectivamente aconteció, y por ese motivo el Faraón procuró matar a Moisés. Esto obligó a Moisés a salir del palacio y huir al distante desierto de Madián. Efectivamente, la Biblia no registra que Moisés hubiera reconocido su pecado de asesinato, se hubiera arrepentido y hubiera pedido perdón a Dios, pero el silencio de la Biblia a este respecto no necesariamente indica que Moisés no lo hubiera hecho. Recuerde que Moisés pasó cuarenta años en el desierto de Madián, tiempo suficiente como para reflexionar sobre los errores que le condujeron a ese paraje solitario. Si bien Moisés escapó de la justicia egipcia y de la venganza de Faraón, sin embargo no pudo escapar de la consecuencia de su pecado de asesinato. La consecuencia fue esos cuarenta años que Moisés tuvo que pasar en el desierto. Todo pecado siempre trae su consecuencia. Hasta donde yo conozco las Escrituras, el hecho relatado por Judas en su epístola, versículo 9, no tiene nada que ver con el asesinato de Moisés al egipcio. Permítame leer Judas 9. Dice así: Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo,  disputando con él por el cuerpo de Moisés,  no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él,  sino que dijo:  El Señor te reprenda.

Moisés murió en el Monte Nebo en Moab, sin haber podido entrar a la tierra prometida, y fue enterrado en un lugar secreto en Moab. Lo más probable es que la lucha entre el arcángel Miguel con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés haya acontecido el momento que Moisés murió. No se puede precisar por qué el diablo quería el cuerpo muerto de Moisés. Es muy posible que sea para hacer de él un ídolo para que sea adorado por los hebreos. Si fuera así, Dios por medio del arcángel Miguel lo impidió.

La segunda consulta de nuestro amigo oyente dice así: En Salmo 8:4-6 dice que el hombre fue hecho un poco menor que los ángeles, ¿por qué entonces en 1 Corintios 6:3 dice que el hombre ha de juzgar a los ángeles?

Efectivamente, amable oyente, En Salmo 8:3-8 se hace evidente que la raza humana es de un orden inferior a la raza angélica. Note lo que dice: Cuando veo tus cielos,  obra de tus dedos, 

 La luna y las estrellas que tú formaste,  Digo:  ¿Qué es el hombre,  para que tengas de él memoria, 

 Y el hijo del hombre,  para que lo visites?  Le has hecho poco menor que los ángeles, 

 Y lo coronaste de gloria y de honra.  Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; 

 Todo lo pusiste debajo de sus pies:  Ovejas y bueyes,  todo ello, 

 Y asimismo las bestias del campo,  Las aves de los cielos y los peces del mar; 

 Todo cuanto pasa por los senderos del mar.

David está asombrado que un Dios tan grandioso, poderoso y maravilloso, quien hizo todo lo que hay en el universo, sin embargo tiene presente al hombre, el cual a pesar de haber sido hecho poco menor que los ángeles, sin embargo fue coronado de gloria y de honra al punto que Dios le hizo señorear sobre todas las obras que Dios hizo con sus manos, ya sea ovejas y bueyes, las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar. Ciertamente que el privilegio de dominar la creación por parte del hombre, resultó seriamente afectado por la entrada del pecado en la creación, pero no se debe olvidar que el Señor Jesucristo murió para redimir al hombre hundido en el pecado, y a la misma creación, al punto que recupere la gloria que Dios siempre quiso que tenga. El futuro para el hombre redimido por el sacrificio de Cristo, es tan glorioso que un día todavía futuro, el hombre redimido por Cristo tendrá el privilegio de juzgar a los mismos ángeles. A esto es a lo que se refiere 1 Corintios 6:2-3 donde leemos lo siguiente: ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?  Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros,  ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?  ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?  ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

A causa de nuestra unión con Cristo, los creyentes juzgaremos juntamente con Cristo al mundo, durante el reino milenial y también juzgaremos a los ángeles. Es el privilegio que nos espera gracias a la obra redentora de Cristo Jesús.

La tercera consulta de nuestro amigo oyente dice así: Cuando en 2 Corintios 4:4 se habla de el dios de este mundo, ¿A quién se refiere? ¿A Jehová o a Satanás?

Para dar respuesta a su consulta es necesario leer el pasaje bíblico que se encuentra en 2 Corintios 4:3-4, de modo que podamos apreciar el contexto. La Biblia dice: Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,  entre los que se pierden está encubierto;  en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,  para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo,  el cual es la imagen de Dios.

Estas son las palabras del apóstol Pablo. Está hablando de un formidable obstáculo para que el Evangelio, o las buenas noticias de salvación, sean comprendidas y aceptadas por los que se pierden. Pablo identifica como el dios de este siglo, a la persona que logra cerrar el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. De entrada, se nota que la palabra dios, está escrita con minúscula, lo cual nos ayuda a intuir que no se trata del Dios verdadero, con mayúscula o de Jehová. Pero el razonamiento incuestionable para confirmar que el dios de este siglo es Satanás se sustenta en considerar el contexto. ¿Quién puede estar tan interesado en que los incrédulos no oigan, y si oyen, no entiendan, el Evangelio, o las buenas noticias de salvación? No puede ser otro sino el archi enemigo de Dios, Satanás. Sólo a él le puede que los incrédulos no lleguen a ser salvos por medio de oír, entender y aceptar el mensaje del Evangelio. De modo que, amable oyente, el dios de este siglo, o de esta edad, o de este mundo es Satanás. Interesante que en textos como Juan 12:31, a Satanás se le llama el príncipe de este mundo, equivalente a dios de este mundo.

La última consulta de nuestro amigo oyente dice así: Alguien me dijo que Jesucristo es el mismo arcángel Miguel, según 1 Tesalonicenses 4:16.

Leamos el texto en 1 Tesalonicenses 4:16. La Biblia dice: Porque el Señor mismo con voz de mando,  con voz de arcángel,  y con trompeta de Dios,  descenderá del cielo;  y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Me imagino que el razonamiento seguido por las personas que piensan que el Señor Jesucristo es el arcángel Miguel es que el texto habla del Señor, con voz de arcángel. De aquí entonces, el Señor debe ser un arcángel, y como la Biblia habla de un arcángel llamado Miguel, pues debe ser el arcángel Miguel. Pero no hay tal amable oyente, en el mismo texto se habla de una voz comparable a la trompeta de Dios. Se trata entonces de Dios, no de un arcángel. La diferencia entre Dios y arcángel, es como el día y la noche. Dios es todopoderoso, los arcángeles son poderosos, pero no todopoderosos. Dios es omnisciente, o conoce absolutamente todo, los arcángeles conocen muchas cosas, pero no todas las cosas. Dios es omnipresente, está en todo lugar a la vez, los arcángeles no pueden estar en todo lugar a la vez. Dios es el creador de todo, los arcángeles son seres creados por Dios. La Biblia enseña que Jesucristo es Dios y realmente es una blasfemia contra Dios, afirmar que Jesucristo es meramente un arcángel.

 

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