¿Cuánto tiempo y dedicación pones a orar?. No es sólo cuestión de hacer las repetitivas oraciones como la de “ángel de la guarda”; es el poner la mente, voluntad y deseo de cumplir con este ejercicio espiritual. Porque no es simplemente recitar un verso sino combatir a la carne y al deseo de autosuficiencia y depender de Dios.

Si nos disponemos a humillarnos y negarnos a nosotros mismos para pedir, no según nuestros intereses, sino cómo Dios quiere; Él nos será propicio. Es difícil pedir algo conforme a la voluntad de Dios y no la nuestra, pero ahí tenemos la asistencia del Espíritu Santo que nos ayuda a pedir de forma coherente con los planes de Dios. Acércate a Dios y pregúntale qué planes tiene y cómo puedes unirte a ellos.

¿Ayunas?, ¿dedicas tiempo a orar?