¿A qué naciones se refiere Apocalipsis 21:24?

Yo pienso que no han de ser los sobrevivientes de Armagedón, o sea lo que les toca reproducirse en esta tierra durante el reino mesiánico de Cristo, a lo que Ud. llama los súbditos del reino. La verdad es que no entiendo por qué en la nueva Jerusalén habrá naciones gobernadas por reyes cuando dice que las naciones andarán a la luz de la ciudad celestial. Mi criterio es que este pasaje no se refiere al milenio terrenal como dicen algunos eruditos porque en Isaías 60 dice algo parecido de la Jerusalén terrenal y en el versículo 19 dice que el sol y la luna no servirán más como luz sino que Jehová será por luz perpetua. Es decir que la Jerusalén del milenio, la terrenal, se parece mucho a la Jerusalén celestial, aunque la celestial no tiene templo. pero yo no puedo entender que las naciones mencionadas en Apocalipsis 21.24 sean las mismas de Isaías 60:11 en primer lugar porque la Jerusalén de Isaías 60:11 es terrenal y la de Apocalipsis 21:24 es celestial y es descrita dentro de la nueva creación, o sea en la visión del cielo nuevo y la tierra nueva, mas no en la visión de los mil años. por favor, ¿Qué cree Ud. de las naciones de Apocalipsis 21:24?

Me alegro mucho al saber que Ud. está vivamente interesado en desmenuzar la palabra de Dios hasta el último detalle. Siga así, y no me cabe la menor duda que Ud. pronto se transformará en un cazador de tesoros bíblicos.

Su pregunta gira en torno a la cita de Apocalipsis 21:24 que dice: «Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella»

Como Ud. bien ha señalado este texto se inscribe dentro de lo que se llama la descripción de la Nueva Jerusalén, lo cual comienza en el versículo 9 de este capítulo y va hasta el versículo 5 del capítulo 22.

Si Ud. hace un análisis de esta ciudad, inmediatamente llegará a la conclusión que no puede ser una ciudad terrenal, por cuanto allí se nos habla de dimensiones extraordinarias, materiales extraordinarios, diseño extraordinario y habitantes extraordinarios.

Ninguna ciudad en la tierra puede tener las dimensiones de la ciudad que aquí se menciona. Ninguna ciudad en la tierra puede tener puertas de perlas, cimientos de piedras preciosas, calles de oro, etc. Ninguna ciudad en la tierra puede prescindir del sol y la luna. Ninguna ciudad en la tierra puede jactarse de que en ella habita Cristo y todos sus seguidores.

Es muy obvio que la Nueva Jerusalén es una ciudad celestial, no terrenal.

Dicho esto, vayamos a lo medular de su consulta. Si la Nueva Jerusalén es una ciudad celestial, entonces ¿qué hacen allí las naciones con sus reyes? ¿De qué naciones estamos hablando? ¿Estará allí mi nación? ¿Estará allí su nación?

pero no hay necesidad de especular. Lo que tenemos que reconocer es que durante el reinado milenial de Cristo en la tierra. Habrá seres humanos de carne y hueso poblando la tierra, todos ellos bajo el dominio del Señor Jesucristo como Rey de Reyes y Señor de Señores. Estos seres humanos estarán ciertamente agrupados en naciones con sus respectivos gobernantes. pero además habrá una especie de ciudad satélite, suspendida sobre la tierra, lo que nosotros conocemos como la Nueva Jerusalén.

De esto nos habla Apocalipsis 21:10 dice: «Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios»

Note que esta ciudad no se posará sobre la tierra, sino que solamente descenderá del cielo. Esta será la ciudad que arrojará su luz sobre los habitantes de la tierra durante el milenio. Las naciones que hubieren sido salvadas, y que para entonces estarán en la tierra durante el milenio, andarán a la luz de esta ciudad satélite, en la cual, incidentalmente, estará morando permanentemente la iglesia. De modo que, las naciones a las cuales se refiere Apocalipsis 21:24 tiene que ver con las naciones de la tierra durante el milenio.

En Isaías 60, en cambio se nos habla mayormente de la Jerusalén terrenal durante el milenio, pero en el versículo 19, Isaías ve en algo más allá de la Jerusalén terrenal y con la ayuda del Nuevo Testamento, ahora sabemos que Isaías estaba viendo la gloria de la Jerusalén celestial en este versículo.